sábado, 28 de mayo de 2011

SOBRE “ISMOS” Y FUNDAMENTALISMOS

Víctor Rey

Un hecho que marco el fin del siglo XX y comienzo del siglo XXI ha sido el fanatismo. En el siglo pasado vimos como el nazismo y el comunismo fueron desapareciendo.  Una de las grandes interrogantes políticas es saber si otro “ismo”  puede aparecer en la escena.  La salud del siglo XXI está vinculada con la respuesta a esta interrogante.
La madre de todos los “ismos” es el “utopianismo”, la creencia de que una estructura basada  en una convicción puede traernos un mundo perfecto.  Esto ha demostrado ser el espejismo más grande de la historia.  Los hombres y mujeres hemos aprendido a golpes que las ideologías impregnadas de grandes certezas tienden a ser peligrosas.  Esto no es un argumento en contra de las convicciones firmes ni de difundirlas.  Pero sí se sugiere que el mundo está más seguro cuando atemperamos la ideología en vez de imponerla; cuando pensamos por nosotros mismos en lugar de someternos a lo que el historiador Robert Conquest llama la “masacre de la mente”
La gran lucha del futuro se dará entre la globalización y el nacionalismo, con el fundamentalismo como el comodín del juego.  Hasta el momento, lo que parece que hará triunfar a la globalización es la tecnología:  el ciberespacio no tiene límites ni fronteras.  Así como en el siglo XIX la tecnología doméstica ayudaron al nacionalismo, en el siglo XXI la tecnología internacional – como la Internet -, ayudará al internacionalismo.  Para ser exitosos, los fundamentalismos necesitan bloquear a sus disidentes; esa es la idea detrás del totalitarismo.  Al tiempo que la tecnología perfora las antiguas y secretas arcas de la información, la idea de controlar la mente de los demás será cada vez más difícil .   
A medida que la Internet se expande, muchos creen que incluso las naciones serán reemplazadas por cibercomunidades.  O quizás la lucha será entre la inteligencia artificial y lo que pensamos que es todavía la inteligencia real, con el “humanismo” o el “bioismo”, representando a los que prefieren a los seres humanos antes que las máquinas.  Mientras tanto, la tecnología es esencialmente neutra:  un amplificador que difunde todo tipo de pensamiento: el odio y los derechos humanos, el capitalismo y el ambientalismo, el dogmatismo y el relativismo moral.
Los ismos que se verán más directamente amenazados por la Internet son el nacionalismo y su fase económica, el proteccionismo.  Sin embargo , para muchas naciones el nacionalismo político sigue siendo una idea fuerte.  De hecho, cuanto más se difunde la globalización, más crece la reacción nacionalista en su contra.  Esto se debe en parte a un enorme resentimiento en contra de Estados Unidos.
Si el nacionalismo refleja la urgencia de preservar la herencia común, el fundamentalismo es un anhelo espiritual en medio de un mundo materialista pecaminoso.  A pesar de que  los judíos y los cristianos fundamentalistas siguen creciendo, la ideología más potente es el islamismo..  El terrorismo sigue siendo la mayor amenaza para este siglo, aunque muchos de los temores basados en el fundamentalismo islámico son exagerados.  
La segunda mitad del siglo XX fue menos sangrienta que la primera, en parte por una reacción saludable contra el nazismo y el militarismo.  El racismo, que alguna vez fue una ideología agresiva ha vuelto a reaparecer.  Quizás el movimiento más importante del siglo XX- el feminismo – continúa en plena vigencia.  A través de todo el mundo, las grandes ideas están en retirada.  Los grandes ismos  ya no son el comunismo y el nazismo, sino el alcoholismo y el cinismo.  El último de estos, si no se enfrenta, dejará a las sociedades expuestas a ismos peores.  El mejor antídoto puede ser encontrado en tres aspectos:  reflexión, acción  y espiritualidad.   Debidamente mezclados, nos ofrecen una brújula poderosa para navegar por las agitadas aguas del futuro.

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