martes, 29 de enero de 2019

Entrevista al biólogo Humberto Maturana


Humberto Maturana: “Los seres humanos no somos monógamos”

Humbert Maturana: "Los seres humanos no somos monógamos"

Desde la percepción del científico chileno, la sexualidad es un aspecto esencial en la convivencia entre seres humanos, la cual se manifiesta en la expansión de la sensualidad y la ternura como pilares del bienestar.
Esta entrevista, perteneciente a la extinguida revista APSI del año 1991, estuvo enmarcada en un especial relacionado al erotismo y la sexualidad. Es en este contexto que el Premio Nacional de Ciencias tuvo palabras para analizar a los chilenos, quien desde la emoción, desprende el lenguaje de la biología del amor.
-¿Usted considera que la monogamia es el orden natural del ser humano?
-No. Los seres humanos somos moderadamente polígamos. La monogamia nos puede durar toda la vida o no. Una cosa no niega la otra. Pero si usted me pregunta cuáles son los pilares de una familia larga, permanentemente, yo pienso que es la ternura. Porque la sexualidad, es un modo de ternura. Cuando uno habla de sexualidad, escucha solamente el acto sexual. Y éste es solo un momento en esta relación sensual hombre-mujer. Donde están la caricia, la atención, el cuidado, el juego: todo lo que es encontrarse con el otro en su legitimidad.
En la convivencia, son el control y la exigencia los que generan la angustia: mi impresión es que mientras más se controla la monogamia, más se destruye. El problema es la exigencia y el control. Si la pareja vive en la ternura y la sensualidad, y por lo tanto en la armonía sexual, ni siquiera se tiene que preguntar por la fidelidad. La fidelidad surge como pregunta cuando se perdió la sensualidad y la ternura.
-Usted ha dicho que la felicidad está en la armonía del presente. ¿Cuál es la relación que usted ve entre sexualidad y felicidad?
-El problema con las exigencias es que siempre interfieren con lo que exigen. Se fundan en que no está lo que se exige: usted exige cooperación y no la tiene, porque para que haya cooperación tiene que darse un fundamento distinto, que es la aceptación y el respeto, y el deseo común. Empieza a exigir cuando estas condiciones fundamentales no existen…

La armonía sexual

-Parece ser que estamos mal educados para convivir.
-Yo creo que sí estamos mal educados, porque pertenecemos a una cultura que piensa o que actúa como si la armonía y el orden surgiesen de la exigencia y el control. La armonía no surge de la exigencia, sino de la coincidencia de propósitos, de la coincidencia de deseos; lo que yo llamo la ‘con-inspiración’ en el vivir.
Humberto Maturana acota que él se ha preocupado de estos temas desde un camino distinto de la psicología y la filosofía: desde la biología. “Mis preguntas han sido en general sobre las condiciones constititivas que le dan origen a las experiencias, más que lo que pasa con ellas”.
-¿Pero es una biología integrada a la ética?
-Yo nunca me interesé por la ética hasta que la biología me la mostró.
-¿Hay ética en la naturaleza?
-No, pero en el ser humano sí. Y surge del amor. La ética tiene que ver con la preocupación por el otro. Con tratar al otro como legítimo otro en la convivencia. Pero la preocupación ética nunca va más allá que el dominio social en que surge…
-En Chile en estos momentos, mientras más se “ve” la gente, se siente con mayor status. Y esto, asociado a una sexualidad lo más reprimida, posible, ¿no?
-Yo creo que todos los seres humanos necesitan vivir una vida que tenga sentido. Una vida en la cual su quehacer sea armónico y congruente con un espacio más amplio que su vida individual, y ese sentido históricamente se daba desde lo místico. Eso se ha ido perdiendo. Ahora la religión propone un espacio de integración social. Y usted se va a encontrar con que los que viven en conciencia social, los que sienten su quehacer como parte de la comunidad, están menos amarrados a lo religioso. La religión está -demasiado, para mí gusto- centrada en las exigencias y en las normas. Pero lo que la persona busca es esa integración. Quiere que su quehacer tenga sentido y a veces lo confunde con las normas, que es lo que usted señala cuando dice status: si cumplo tales y tales reglas, pertenezco a una comunidad, soy acogido por ella.
-Hay una inseguridad “típica” o básica de los chilenos que explicaría, entre otras cosas, algunas formas distorsionadas de vivir la sensualidad y la sexualidad.
-Claro, pero la inseguridad nace de una mala integración a la comunidad a la que uno pertenece.
-Y también hay un malestar con el cuerpo…
-Bueno, pero todo eso va junto. Por qué tengo yo incomodidad con mi cuerpo, si no es porque estoy mal integrado a la comunidad a la cual pertenezco. Y por qué estoy mal integrado a la comunidad si no me conecto con ella adecuadamente en ser aceptado, en aceptar, en que mi quehacer tenga sentido en ella y que ella me acoja en mi quehacer.
-Usted comentaba que los seres felices son los que han sido aceptados por la madre, ¿será que los chilenos no han sido muy acogidos por sus madres, si es que podemos generalizar?
-No podemos generalizar. Yo creo que debe haber muchos chilenos felices (se ríe). Pero creo que tenemos problemas con el futuro. Nuestra cultura se hace cada vez más exigente en el competir, en el éxito. Y la mamá piensa que tiene que estar preocupada por el éxito de su hijo o de su hija en el futuro. Entonces no se encuentra con el niño o la niña.  No lo ve. Le regala un juguete porque lo prepara para el futuro, no un juguete que tenga relación con el jugar solamente. Lo manda al colegio para que se prepare para el futuro y para el mercado profesional y no se escucha la queja del niño o de la niña en relación a cómo está viviendo su vida cotidiana en el colegio. Eso crea una tensión y una distancia, y por lo tanto una inseguridad en el niño. Porque el niño está en el presente, no en el futuro. A mí no me importa si el colegio en el que estuve era el mejor o el peor, lo único que me importa es si mi relación con mi mamá y con mis compañeros era armónica.

La muerte no es una novedad

Cabe destacar que a inicios de los años 90, Chile era un país desinformado respecto a las consecuencias del VIH, siendo un tema tabú y una enfermedad marcada por los prejuicios. El profesor Maturana, encontró palabras para comprender este fenómeno desde la contemplación.
En ese sentido, si bien los tratamientos actuales permiten mantener una vida tranquila controlando el virus, Maturana tuvo visión para pensar que esta enfermedad tendría cura en tiempos en que el miedo no permitía encontrar una respuesta.
-Hay una realidad que cambia, para los niños de hoy, la película del futuro: el sida…
-La película cambia hasta que haya un remedio contra el sida. Optar por vivir el presente no significa no hacerse cargo del futuro. La revolución sexual fue en realidad una revolución contra la hipocresía adulta. Surge con el movimiento hippie en Estados Unidos, como una reacción contra la guerra de Vietnam. Y contra la vida adulta que es mentirosa. Y entre otros aspectos de la vida adulta, contra la restricción de la sexualidad. Pero la gente tendrá que llegar a vivir su sexualidad como polisexual o como monógamo, no en contra de la restricción, sino en la armonía de su vivir.
– O sea que todo no se ha perdido, a pesar del sida.
-Por supuesto que todo no se ha perdido: el sida es una interferencia seria, y muy grave para mucha gente, pero se encontrará el remedio; si es como la sífilis. Mientras no se tenía el remedio contra la sífilis, era igual el sida…Antes la gente se moría de tuberculosis. Esto de estar cercano a la muerte no es una cosa nueva. Lo que pasa es que el sida tiene que ver con la sexualidad. Entonces uno tiene que preocuparse de su pareja: se puede ser monógamo o polígamo ordenado.
-Pero la cultura impone a las enfermedades una carga simbólica, metafórica, dice Susan Sontag. Se buscan “culpables”.
-Las enfermedades son pasares de la vida. Si el sida contiene una manipulación, usted no tiene por qué vivir esa manipulación. Es que toda la historia evolutiva del hombre tiene que ver con la sensualidad y la ternura. Por eso su negación es tan distorsionante.
-Usted dice que ser monógamo o polígamo son dos opciones legítimas. El problema es que la sociedad solo acepta una posibilidad como legítima.
-Esta sociedad, pero no todas. Hay otras culturas en las cuales no es así. Note usted que si las enfermedades venéreas y el sida se propagan como se propagan es porque no somos monógamos. Eso tampoco quiere decir que tengamos una estructura de gente perversa. Los seres humanos no somos monógamos. O no lo somos toda la vida. A lo mejor somos polígamos, y esa poligamia tampoco significa necesariamente promiscuidad.

El derecho a cambiar de opinión

“Es interesante lo que usted ha escrito sobre los errores”, mencionaba la periodista Mili Rodríguez, a lo que Maturana responde:”Para darnos cuenta de que comentemos errores, el error tiene que ser legítimo. Si el error no es legítimo, no lo podemos ver ni superar”.
Es aquí, donde la periodista de Apsi nota que el biólogo cuenta con una copia de la  Declaración Universal de los Derechos Humanos, documento en el que tiene anotado bajo los 30 artículos de la Carta Fundamental, tres acotaciones: 31: Derecho a cometer errores, 32: Derecho a irse y 33:derecho a cambiar de opinión.
-Son artículos fundamentales. Si el error no es legítimo no puede ser comprendido ni superado. El derecho a cometer errores y el derecho a cambiar de opinión los agregué yo. El derecho a irse, lo pusieron mis alumnos.
Tras el término de la conversación, la periodista y el científico ven un pequeño pizarrón que dice: “Silencio. Palomas entrenando”. Maturana, al ver esto, explica que “las palomas vienen a la universidad a aprender y después son liberadas. Todas las palomas ven colores. Nosotros les pedimos que nos digan cómo los ven”.
El amor es fundamentalmente ‘ver’ al otro. Es decir, que bajo su concepto, el amor no es ciego registró revista Apsi.

sábado, 19 de enero de 2019

En el aniversario 94 de su nacimiento



Ernesto Cardenal: "Pidamos a Dios que haga se haga su revolución en la tierra como en el cielo”
“El Reino es otro nombre para la revolución absoluta”  (Leonardo Boff)
“Somos soldados derrotados de una causa invencible”  (Pedro Casaldáliga)
Víctor Rey


Hace unos años atrás vino a Chile Ernesto Cardenal para recibir un premio por su obra de parte de la ex Presidenta Michelle Bachelet.  Aprovechó esta oportunidad para dar un recital de poesía y también para contar acerca de su vida y de la Revolución Nicaraguense.   Cuando entro al salón para su charla lo recibieron con bandera rojas y  gritos de “Cardenal, amigo el pueblo está contigo”.  Cuando comenzó a recitar y también a hablar sobre la Revolución Nicaraguense y a hacer críticas a los dirigentes actuales; los gritos cambiaron en silbidos y palabras de disconformidad.  Algunos días después viajaba a Costa Rica y en el aeropuerto de Santiago me encontré con Ernesto Cardenal y su asistente.  Conversamos un poco acerca de su recital en Chile, de la revolución nicaraguense, le pedí un autógrafo y también una fotografía a lo que accedió gentilmente.  En esa ocasión me habló de sus memorias y en especial del tomo III  donde relata el ascenso y la caída de la revolución.

Acabo de terminar de leer el libro de Ernesto Cardenal: “La Revolución Pérdida” donde se cuenta a manera de memorias el ascenso del sandinismo, la derrota y luego la traición a la revolución.  Esto coincide con los 30 años del triunfo de la Revolución Sandinista este 19 de julio.   No he podido quedar tranquilo después de esta lectura.  Una de las cosas que más me ha tocado es comprobar la cantidad de personas que murieron durante y después de la revolución y en la mayoría de estas muertes han sido de jóvenes.

La de Ernesto Cardenal es una vida dedicada a la lucha por la equidad, a la vez contemplativa y combativa, signada por grandes personajes y acontecimientos, y por la revolución sandinista, que él espera no haya sido en vano.

A sus 94 años, Ernesto Cardenal no cesa en su compromiso con el trabajo de transformación social a través de la cultura y la educación, aspectos que considera básicos en la evolución de los pueblos. 'La revolución perdida" es el último libro de su trilogía de memorias, y el título engaña a primera vista, pues no se trata, como parecería, de una elegía al fracaso de la revolución.

Por el contrario, el autor narra los pormenores del proceso de alfabetización, concientización y apertura sociocultural que condujeron, como él describe, a la revolución sandinista, y, por ende, al triunfo sobre una dictadura, la de los Somoza (1937-1949) que aplastaba al pueblo nicaragüense desde hacía más de cuatro décadas.

El autor manifiesta que la revolución en sí fue un logro importantísimo, que dejó una herencia bella e irremplazable de mejoras sociales, y ve en la injerencia de los EEUU, el embargo económico, el bloqueo y la presión ejercida por ese país en Nicaragua la razón de la pérdida de las elecciones. A su vez, dice, el hecho de haberse perdido esas elecciones produjo una debacle moral en los dirigentes, que los llevó a la corrupción. Cardenal se explica este proceso acotando que 'la revolución está hecha por seres humanos'.

Al mismo tiempo, manifiesta que no se deben perder las esperanzas de lograr un mundo mejor, donde el bienestar no sea el privilegio de unos pocos. Su visión actual de la revolución por venir se basa en los movimientos anti-globalización, la libertad de expresión y la comunión acelerada de ideas que permite la internet, así como los movimientos ecologistas.

'Nací poeta', relata Cardenal, “y esa fue mi primera vocación”'. Luego experimentaría una conversión religiosa que lo llevó a la vida contemplativa en un monasterio trapense, y, por último, dice haber reconocido que la voluntad de Dios es también la transformación del mundo. Para el escritor, las tres vocaciones son una sola.

¿Es posible ser poeta en un mundo globalizado, en el que el capitalismo ha aplastado muchas de las luchas por la equidad social? El poeta Cardenal, contó en su recital, dice que sí, que no sólo es posible, sino necesario, ya que la poesía siempre ha servido para mejorar la sociedad. Ya en los profetas bíblicos ve Cardenal una denuncia poética de las injusticias de la época, y la anunciación de un mundo nuevo. 'Creo que el poeta debe seguir el ejemplo de los profetas bíblicos', comenta.

‘La revolución es evolución acelerada’, define el autor. Según él, se dan movimientos revolucionarios en todas las artes y las ciencias, y también en los sistemas sociales. Cardenal ve la revolución como un proceso de transformación que no necesariamente debe ser violento. 'La lucha armada se ve justificada', explica citando a Pablo VI, cuando una dictadura es prolongada y evidente. Pero, aclara, 'las mejores revoluciones son pacíficas, democráticas, libres y sin imposición alguna'.

El libro de Cardenal es un jugoso relato sin desperdicio alguno de la experiencia de este poeta antes, durante y después de la revolución nicaragüense, que destila humor, amor por su país y por el ser humano, valentía, una esperanza inquebrantable, y también la tristeza de comprobar que toda obra humana es imperfecta. Pero por lo perfectible de estos logros es por lo que Cardenal sigue abogando desde su monasterio íntimo e individual.

A pesar de lo difícil que pueda ser creer en un cambio luminoso a estas alturas, con tantas revoluciones fracasadas, y sin nuevos modelos de transformación, el alma del poeta dispara el arma de su palabra para ayudarnos a seguir creyendo que un mundo mejor está por venir. Como él mismo refiere, ‘no podemos saber qué formas tendrán las próximas revoluciones, porque las revoluciones siempre fueron algo nuevo’.  Es esta la razón por la cual su libro termina con esta hermosa frase: “Toda revolución nos acerca a ese Reino, aun una revolución perdida.  Habrá más revoluciones.  Pidamos a Dios que se haga su revolución en la tierra como en el cielo.”

domingo, 13 de enero de 2019

En el aniversario 90 de su nacimiento



Resultado de imagen para imagenes de martin luther king imagenes
MARTIN LUTHER KING Y LA DESOBEDIENCIA CIVIL COMO MEDIO DE ACCIÓN POLÍTICA
Víctor Rey
Ya han pasado cinco décadas desde el asesinato de este del pastor bautista Martín Luther King.  Su vida y su muerte siguen siendo un ejemplo de participación social y política desde la perspectiva cristiana.  La vida de este profeta contemporáneo es el mejor ejemplo de participación política.
Lo que más se destaca es su acción en relación a la desobediencia civil.  Esta característica es su ejecución de forma consciente, pública pacífica y no violenta, manteniendo una actitud de protesta contra la autoridad con el fin de rectificar los errores que ésta haya cometido, a juicio de quienes protestan.
El ensayista norteamericano Henry David Thoreau, quien influyó en Martin Luther King, León, Tolstoy, Ghandi describió estos principios en su obra Desobediencia Civil (1849).   Thoreau era considerado como una persona excéntrica, de ácidas reflexiones e ingenio inagotable: Elaboró su reflexión a partir de su rechazo a pagar un impuesto del gobierno de la época destinado a financiar la guerra de Texas contra México.  Decisión por la cual fue encarcelado y de donde sólo salió cuando sus amigos pagaron la fianza en el verano de 1846.  Las ideas e intenciones de Thoreau iban más allá del egoísmo individualista (es decir, no era sólo por no querer pagar ese impuesto), sino que cuestionaba la conformidad del gobierno para cobrar impuestos que financiaban una guerra que él consideraba injusta, máxime cuando ese mismo gobierno avalaba la esclavitud.
Thoreau creó un cierto tipo de resistencia no violenta pero contumaz, ni mucho menos pasiva, que tenía mucho de renuncia. Suya es la afirmación de que “Bajo un gobierno que encarcela a alguien injustamente, el lugar que debe ocupar el justo es también la prisión” (Thoreau, 1849). En fin, Thoreau es considerado hoy como uno de los padres de la desobediencia civil. Sin embargo, no es precisamente innovador cuando reconoce que el gobierno puede estar equivocado y que es legítimo por parte del pueblo rebelarse: El gobierno por sí mismo, que no es más que el medio elegido por el pueblo para ejecutar su voluntad, es igualmente susceptible de originar abusos y perjuicios antes de que el pueblo pueda intervenir
El término de desobediencia civil fue popularizado por el famoso ensayo de Thoreau; sin embargo, el concepto es el resultado de diferentes interpretaciones en la historia del pensamiento y de la acción del hombre. Durante el marco histórico de la humanidad se presentan tres desobedientes ilustres. Estos son Henry David Thoreau en Estados Unidos; Mahatma Gandhi en India y Nelson Mandela en Sudáfrica. Los tres tenían en común el fin de articular sus discursos y asumirlos como ejemplos de participación política y como movimientos de cambio social, tanto en sociedades no demócratas e incluso demócratas, como en sociedades democráticas mas no consideradas legítimas.
Mahatma Gandhi usó esta estrategia en la India siendo ésta todavía una colonia del Imperio Británico, con el objetivo de lograr la independencia de forma no violenta. Gandhi llamó a boicotear al gobierno colonial inglés, mediante huelgas, movilizaciones y violando la autoridad impuesta, con el objetivo de mostrar que de manera pacífica obtendrían mejores resultados que con la violencia, en donde la superioridad de los ingleses aplastaba cualquier lucha armada. Gandhi se destaca en la historia de las campañas masivas. El primer movimiento de masas auténtico de la desobediencia civil, dirigido por Gandhi, fue la marcha al Transvaal en noviembre del 1913, para protestar contra leyes discriminatorias. Algunas de estas leyes eran, por ejemplo, el impuesto anual a todos los indios que permanecían en Sudáfrica después de finalizado el contrato de trabajo que les había llevado allí, así como la ley que invalidaba todos los matrimonios no cristianos.
Otro antecedente significativo lo ofrece el movimiento sufragista. En 1913 más de mil mujeres habían pasado por las cárceles inglesas acusadas de cometer actos ilegales, públicos y no violentos en el marco de la lucha por el sufragio femenino. Cientos de ellas realizaron huelgas de hambre. El Gobierno británico respondió con la alimentación forzosa, y con leyes que permitían el cumplimiento escalonado de las penas.
“El objetivo es crear una situación de crisis generalizada que abra inevitablemente la puerta a las negociaciones”.  Así pudo resumir Martin Luther King su testamento de acción sociopolítica: encarar pacíficamente un contexto en el cual, a pesar delos elementos en contra, la movilización pueda desestabilizar el panorama hasta llegar al punto de ebullición, pero sin permitirle estallar gracias al liderazgo y a las convicciones compartidas.  Esta era una de las diferencias principales entre la no-violencia abogada por King y la violencia proactiva de su contemporáneo Malcolm X.  mientras que el último no dudaba en acudir a la defensa propia para lograr sus cometidos, King, pastor bautista y fundador de la Southern Christian Leadership Conference, llevó los principios de Gandhi de no-cooperación hasta cada rincón del sur estadounidense.  Las batallas de King comenzaron contra la segregación racial en autobuses, escuelas e instituciones públicas.  Cuando Rosa Parks se negó a cederle su puesto a un blanco, como indicaba la ley, en diciembre de 1955, King organizó un boicot al sistema de autobuses de la ciudad de Montgomery que duró más de un año y que terminó en el veredicto de la Corte Suprema de eliminar la separación racial en los buses públicos. 
Fue el primer éxito notable de King, quien continuó ejerciendo estrategias no violentas en Albany, Birmingham, Chicago y Washington.  Su modus operandi consistía en organizar a los afroamericanos en forma regional en huelgas o paros civiles que presionaran a las autoridades locales que debían responder a las solicitudes hechas por King y la comunidad negra.  Fue el primer éxito notable de King, quien continuó ejerciendo estrategias no-violentas en Albany, Birmingham, Chicago y Washington.
El éxito de esta estrategia fue diverso: mientras que el paro comercial y los arrestos masivos en Birmingham llamaron la atención del presidente Kennedy y eliminaron toda prohibición segregacionista en el pueblo, sus esfuerzos tras un año de movilización civil en Albany fueron un fracaso.  Sin embargo, la reputación de King subió considerablemente y fue establecido como el rostro del movimiento por los derechos civiles.
Múltiples grupos radicales como el Ku Klu Klan atentaron contra la vida de martin Luther King y de los manifestantes en muchas manifestaciones a favor de los Derchos Civiles, lo cual elevó a nivel nacional el perfil de King y su apuesta pacífica.  La cúspide mediática vendría el 28 de agosto de 1963, con la marcha hacia Washington que reunió a más de 250.000 personas frente al Capitolio, donde King emitió su más recordado discurso.  “I have a Dream”.  El año siguiente el movimiento recolectó recompensas aún mayores, con la firma del Acta de los Derechos Civiles por el presidente Johnson y la entrega del Premio Nobel de la Paz a Martin Luther King.
En el agitado clima de los años sesenta, Martin Luther King continuó luchando por una vida más justa y fraternal para los afroamericanos y los desvalidos en general, ampliando su discurso a los pobres de América y combatiendo a la impopular guerra de Vietnam.  En una década plagada de mártires estadounidenses, el asesinato de King a manos de James Earl Ray, un segregacionista blanco, clausuró una etapa – probablemente la más importante – en la histórica campaña afroamericana por la libertad y la calidad de vida.
La desobediencia civil sigue siendo la clave de la acción política de los cristianos que quieren involucrarse en esta área de la misión y para las iglesias que quieren asumir su rol profético en la sociedad.  Algo anda mal cuando los gobiernos de turno aplauden y se sienten complacidos con las iglesias. En este tiempo de acomodos políticos y búsqueda de privilegios de líderes cristianos el ejemplo de Martín Luther King está más vigente que nunca.

sábado, 5 de enero de 2019

¿Somos libres?

María López Vigil


No somos libres para elegir quiénes nos engendran, de quiénes nacemos, quiénes serán nuestro padre y nuestra madre, nuestros hermanos y hermanas, qué genes nos serán transmitidos en esa recombinación con que el puro azar nos marcará desde el rostro hasta el alma. No somos libres para seleccionar lo mucho que heredaremos en la ruleta de la vida. Pero sí somos libres para decidir qué haremos, qué personalidad nos construiremos con ese engranaje único e irrepetible de genes, con sus ventajas y desventajas, con sus potencialidades, posibilidades y limitaciones.
No somos libres para elegir el sexo con el que nacemos: niñas o niños, masculinos o femeninas, con una o con otra orientación sexual.Pero sí somos libres para aprender y para decidir vivir y disfrutar nuestra sexualidad siempre como expresión de amor y comunicación, nunca como expresión de poder y de violencia.
No somos libres para escoger el color de nuestra piel. Pero sí somos libres para no menospreciar ni envidiar a nadie que no tenga nuestro color. También lo somos para respetar, valorar y celebrar los colores de todas las pieles.
No somos libres para elegir la lengua en la que aprendemos a hablar, las palabras y los matices con que pondremos nombre a las cosas.Pero sí somos libres para elegir qué palabras hablaremos en esa lengua, a quiénes las diremos y para qué las pronunciaremos. Hominizados y humanizados por el lenguaje, con el poder de la palabra podremos oprimir o liberar, enseñar o entontecer, podremos dañar o sanar, crear y cambiar o repetir y repetir. Podremos embellecer el mundo o afearlo. También podremos aprender otras lenguas y en sus otras palabras descubrir los muchos otros acentos con que otras gentes le dan nombre a las cosas del mundo.
No somos libres para elegir la religión en la que seremos educados. Porque todas las religiones son expresiones del país, la cultura, el pueblo o la familia en donde nacemos. Todas, caminos distintos para buscar la Realidad Última. Todas con atajos equivocados y con recodos de hermosos paisajes. Pero sí somos libres para aceptar o rechazar las creencias, los dogmas, las prácticas, los ritos, los mediadores, las autoridades de la religión aprendida. También lo somos para revisar todas esas tradiciones, para re-pensarlas y decidir si nos nutren, si nos dan sentido, alegría y libertad. O por el contrario, si son barrotes de una prisión ideológica en donde abundan culpas, miedos y represiones, una cárcel de la que somos libres para escapar.
No somos libres para elegir nacer en pobreza o en riqueza, con la vida asegurada o con la vida carenciada. Pero sí somos libres para elegir si compartimos o no lo que tenemos, si nos arriesgamos o no a luchar por hacer menos desigual el mundo en que nos tocó vivir, si vivimos contemplando las injusticias del mundo o contribuimos a transformarlas.
No somos libres para elegir el país donde nacemos. Pero sí somos libres para elegir otro país donde vivir, donde trabajar, donde luchar, hasta donde morir. Y en ese país de adopción también somos libres para contribuir a que vivan con dignidad quienes llegaron hasta ese mismo puerto no libres, sino forzados por el desempleo, el hambre, la guerra o la violencia.
No somos libres para dejar de sentir temor, miedo, hasta pánico, uno de los dos mecanismos que la sabia ley de la evolución dejó inscrito más arraigadamente en nuestra psique para garantizar nuestra sobrevivencia. Pero sí somos libres para enseñorearnos del miedo, para confesarlo cuando lo sentimos sin avergonzarnos y para acompañar los miedos de nuestros hermanos y hermanas hasta que logren superarlos.
No somos libres para elegir la época en la que nos toca vivir, ni para determinar cómo seremos recordados. Pero sí somos libres para luchar por la justicia en el tiempo de nuestros años, con sus incertidumbres, sus desafíos y sus esperanzas. Sí somos libres para poner en juego en esa lucha todo el corazón que tenemos. Más allá de nuestro tiempo, nos recordarán por el fuego que pusimos en esa lucha.

María López Vigil
Managua, Nicaragua

martes, 1 de enero de 2019

Consejos para Cristo al comenzar al año

                                                           Resultado de imagen para imagenes del nuevo año


1

Yo sé que tú conoces esta angustia
que llevo en los costados.
Estas ansias de ser lo que no he sido
que me queman los labios.
Hemos paseado juntos, muchas veces.
Mirándonos las manos.
Y te he encontrado siempre como amigo.
Por esto te he invitado
a caminar con paso distraído
alrededor de la ciudad y el llanto.

2

Una vez me contaste tu milagro
hecho en las Bodas de Caná. ¿Recuerdas?
Dijiste que te había causado mucha
emoción por haber sido la primera
vez que hacías cosas grandes.
Melo contaste guiñándome los ojos,
como si yo no lo supiera.
Se te volvió el semblante ancho y alegre
y la cara de fiesta...

Nosotros dos hemos hablado mucho,
en horas de esperanza y de miseria.

No creo que te avergüences
de esta amistad sincera
y de haberme contado algunas cosas
con el ruego que a nadie lo dijera.

3

Ya que somos amigos (en secreto,
para nosotros dos), dime: ¿Qué piensas
hacer en este año
que comienza?
Muchos sueñan temblando,
porque esperan
la súbita caída sobre el mundo
de un vendaval de guerra.
Yo sé que habrá sollozo,
soledad y miseria
y esquinas inundadas por el chisme.
Y hasta es posible que, las malas lenguas,
sin nos ven conversando tan a solas,
digan que tramamos alguna contienda.

4

Siempre he deseado que me digas Cristo,
qué piensas preparar para el futuro

¿Piensas dejar que sigan desangrándose
los hombres por el banquillo sucio
de una Presidencia?. Ya es hora
de cortar con machete estas tristezas!.

Debieras ordenar
que haya más siembra
de esperanza y amor,
y menos guerra
y crimen en el mundo.

Yo – el menos - ya estoy bien cansado
De oír que llaman héroe al que mata
Cien hombres defendiendo a un tirano
Que se mama los pechos de la patria.

5

Muchos niños se caen en el pozo
del hambre y de la muerte, noche a noche.
Muchos hombres fallecen en aceras
olorosas a alcohol, negros y pobres.
Muchas mujeres compran pan y carne
con el sexo blenorrágico y deforme.
Los más fuertes hornean capitales
quemándoles los dedos a los pobres.
Unos rezan a Dios pidiendo llanto,
dolor y crimen para los enemigos.
Otros vienen con panes en la boca
y en las manos venenos y cuchillos.
A mí, personalmente, me parece
que deben acabarse estos suplicios.

6

Pero en fin, tú conoces
más que yo estas cosas.

Has vivido casi 2000 años,
que son bastantes para una persona.

Yo apenas tengo un poco más de 20
y ya me siento con las manos rotas.

No porque haya sufrido demasiado:
sino porque me duele lo que otras
gentes padecen en el mundo entero,
donde sufren igual que fieras locas.

¿Qué te parece, Cristo, si arrancamos
este volcán de plantas venenosas?.

7

Yo casi estoy seguro que los hombres
desean ser buenos.
Claro que no lo pueden por sí solos:
Necesitan maestro
¿Por qué no nos ayudas un poquito?
Ya ves que en esta tierra hay mucho cieno
que limpiar.
Yo a veces pienso
que Dios la hizo con las manos sucias.
Sería bueno
que vinieras, allá de cuando en cuando,
a pasar por lo menos
los fines de semana
en estos pueblos.

8

Perdona si te doy estos consejos:
Sabes que lo hago en calidad de amigo.
Yo no quisiera que las gentes hablen
mal de ti, Cristo.
Por eso te propongo que en este año,
aún recién nacido,
vengas a visitarnos con frecuencia
y nos ayudes a buscar caminos.
Podrías darles lecciones a los curas,
recordarles lo que es el Cristianismo,
cambiarles el cerebro a algunos tipos:
A los políticos
y a algunos dictadores
presumidos.
Podrías darles consejos a los padres
y a los hijos.
También podrías traer algunos panes
para los mendigos.
En fin ya tendrás tiempo de ir pensando
todo lo que hay que hacer en estos sitios.

9

¿Te marchas ya? Perfectamente, Cristo.
Ya tendremos un rato para hablarnos.
Yo siempre te he querido como amigo.
Por ahora, permíteme decirte
que ha sido un gran placer charlar contigo.
Espero que de vez en cuando vengas.
Hay mucho por decir que no hemos dicho.
Y ojalá que pienses mucho, hasta los huesos,
todo esto que hoy te puse en los oídos.


Jorge Debravo.
Milagro Abierto
Turrialba 1960