lunes, 24 de noviembre de 2014

10 pautas para eliminar nuestra basura emocional

A lo largo de la vida acumulamos sentimientos negativos relativos a acontecimientos pasados. Debido a esto, quedan resentimientos, tristezas, miedos y enojos, respecto de experienciasdesagradables. Pero ¿Qué se puede hacer para eliminar toda esa basura emocional?
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A continuación te dejamos 10 técnicas escritas por la psicóloga Ciara Molina.
1. Pensamientos positivos o negativos, tú eliges. Según Molina, «los pensamientos negativos generan una enorme cantidad de malestar, y su manifestación común es la ansiedad». Los positivos, en cambio, provocan todo lo contrario a nivel emocional. Así, con afirmaciones positivas, lograremos modificar el pensamiento a través del uso del lenguaje. Se trata, prosigue esta experta, «de que te creas lo que te dices, no solo que te quedes con las palabras: "me quiero", "me valoro", "soy capaz"… Hay que animarse a potenciar aquello que quieres atraer y tu pensamiento abrirá el camino emocional que te ayudará a alcanzarlo», asegura.
2. Creando expectativas, acumulando frustraciones. Tendemos a fijarnos demasiado en lo que consideramos que nos hace falta, y esto nos dificulta poner atención en lo que somos, sentimos y pensamos en nuestro día a día. No podemos saber lo que v a pasar de aquí a cinco años, pero sí podemos gestionar adónde queremos llegar dando pequeños pasos desde el hoy. «La mejor manera de no excedernos en nuestras expectativas será establecer pocas y a corto plazo, al hacerlas alcanzables ganaremos confianza», asegura Molina.
3. La actitud determina el estado de ánimo. ¿Alguna vez has tenido la sensación de vivir un día pésimo desde que te levantas hasta que te acuestas? o, por el contrario, ¿no te ha pasado que de repente sientes que te comes el mundo y que todo lo que acontece a tu alrededor parece estar en sincronía contigo? «Lo que determina uno u otro es la actitud con la que nos enfrentamos a él», afirma esta psicóloga. «El mundo según lo vemos no es más que un reflejo de nuestro estado interior: cuanto más optimistas seamos a la hora de interpretar lo que nos pasa, mejor valoración haremos de nosotros mismos (autoestima) y mejor adaptación al medio tendremos. Por tanto, toda actitud positiva comienza por tener una autoestima saludable».
4. Voluntad sin acción es papel mojado. Cuando nos sentimos decaídos, lo primero que perdemos es la voluntad. «Sabiendo que la voluntad es nuestra capacidad para decidir si realizar un determinado acto o no, ¿por qué escoger quedarse en la oscuridad pudiendo ver la luz?», se pregunta Molina. Para tener una buen a predisposición a la acción voluntaria ella aconseja ser receptivo, priorizar los pasos, visualizar positivamente aquello que queremos que suceda…
5. Salir de la zona de confort, definiendo zona de confort como todo aquello que nos rodea y con lo que nos sentimos cómodos. ¿Cómo salir de la zona de confort? Molina aconseja al respecto explorar nuevos horizontes y dejar que la vida nos sorprenda. «Perder el miedo a avanzar, a descubrir nuevos mundos y buscar oportunidades que nos aporten nueva sabiduría. Cuando decidimos explorar más allá de los límites que nos autoimpusimos empezamos a entrar en lo que se conoce como la "zona de aprendizaje"».
6. Quiero, puedo, me lo merezco. «Tenemos que tener claro que lo que nos define no son las opiniones positivas que los demás puedan tener o las críticas a las que nos veamos expuestos, sino la valoración que hacemos de nosotros mismos. Es decir, de la autoestima», señala Molina.
7. Autoestima: camino al bienestar. Para hacer que mejore, esta psicóloga recomienda que «nos aceptemos, tengamos confianza plena en lo que hacemos, nos cuidemos a nosotros mismos, seamos autosuficientes emocionales, aprendamos a poner límites, realicemos autocrítica constructiva, sepamos que somos los únicos responsables de lo que nos pasa, nos dediquemos un momento al día solo para nosotros, y apostemos por el sentido del humor, entre otras muchas cosas que podemos hacer».
8. Aceptación, pero no olvido. No se olvida, se supera, dice Molina. «Superamos relaciones, miedos, malestares, frustaciones, pérdidas y heridas emocionales. Eso sí, el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional y pensar constantemente en borrar nuestros recuerdos negativos no hará más que hacerlos más conscientes», afirma. Por eso para que un malestar se supere no podemos negar que exista, necesitamos admitirlo para cambiarlo», añade.
9. Críticas, ¿constructivas o destructivas? Lo que diferenciará que una crítica sea catalogada de constructiva o destructiva será la intención con la que se dice, las palabras que se escogen y la manera de decirla. «Pero por muy destructiva que sea la crítica, si no se le da importancia, no se vivirá como una ofensa». «Asimismo, cuando seamos nosotros los que formulemos la crítica, no debemos ser apresurados a la hora de opinar, debemos dejar claro el aprecio, basarla en el respeto, y expresarla en el momento adecuado… además de ser conscientes de que el otro tiene derecho a réplica», recuerda.
10. La comunicación, por último, como base del equilibrio emocional. Resulta imprescindible saber comunicarnos, entendernos y comprendernos los unos a los otros. Una buena o mala comunicación puede marcar la diferencia entre tener una vida feliz o tenerla llena de problemas. Para que la comunicación sea efectiva y emocionalmente sana partiremos de las siguientes premisas: Tendremos la actitud adecuada, nos centraremos en un tema en concreto, escucharemos con atención, nos expresaremos de forma clara y directa, diremos lo que pensamos y sentimos, aceptaremos la opinión del otro, no daremos nada por supuesto, preguntaremos, y seremos coherentes con lo que decimos y lo que expresamos de una manera no verbal.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Humberto Maturana: “En Chile hemos perdido la confianza”

El científico -reconocido a nivel mundial- está preocupado del clima que hay en el país, donde a su juicio todo se ve en términos de confrontación. “Vivimos en una cultura generadora de dolores y resentimiento”, alerta. Pero, a sus 86 años, se declara optimista: “Para tener una convivencia democrática no es la competencia lo importante, sino la colaboración”.
Por Carla Sánchez Mutis
Fotos: Verónica Ortiz
Humberto-Maturana
Un gato. Que se mueve flexible, sin urgencias y que caza cuando tiene hambre. Ese es el animal que mejor representaría a Humberto Maturana. El epistemólogo, doctor en biología de la Universidad de Harvard y Premio Nacional de Ciencias (1994) –sólo por nombrar algunas de sus credenciales– dice que su secreto para llegar a los 86 años activo y vigente está en no estresarse y en básicamente seguir el estilo de vida de los felinos. “La calma no quiere decir lentitud”, aclara de entrada, sino que la “no urgencia”.
El doctor Maturana habla pausado. Se toma su tiempo para pensar antes de responder. Y mira a los ojos, gesticulando con sus manos huesudas y esa chasca canosa que le da un aire a Charly García. Sin el bigote bicolor, claro. Es un observador y ha dedicado gran parte de su vida a estudiar el comportamiento del ser humano, el cómo nos relacionamos y comunicamos.
Hace 16 años, el creador del concepto de “autopoiesis” –que describe a un sistema capaz de reproducirse y mantenerse por sí mismo- fundó junto a la epistemóloga Ximena Dávila la Escuela Matríztica, un “centro de estudios, pensamientos, reflexión y acción”, como el mismo Maturana la define. Una empresa que ofrece charlas y cursos y que nació en torno a una pregunta que les quita el sueño: ¿Por qué a las personas les importan las consecuencias de sus actos pero otras veces no?
De la biología y las relaciones humanas a la innovación. Maturana es una persona muy conectada que navega en temas como el uso de las redes sociales. No tiene Facebook ni Twitter, no porque no le parezcan interesantes sino porque “personalmente, no los necesito”. Este año estuvo en el MIT dictando una conferencia titulada “Innovación, innovación o ¿adicción?” y viene llegando de otro seminario en Paraguay. Así se mueve el doctor.
Junto a su socia y discípula Ximena Dávila, con quien viaja por el mundo exponiendo sus ideas a distintas audiencias, están a punto de lanzar El árbol del vivir, un libro que refleja las líneas de pensamiento en las cuales han estado trabajando en estos años en la Escuela Matríztica. Y una de sus principales conclusiones es que “el cambio cultural no se va a producir con revoluciones o marchas, sino que a través del entendimiento”.
“El tema central de la educación es la formación de los profesores, de modo que los estudiantes puedan crecer como ciudadanos democráticos, colaboradores, responsables e imaginativos”.
-Por lo que se observa, pareciera que en Chile es cada vez más difícil llegar a acuerdos.
-Es un tema. Hablamos de una situación económica difícil y en vez de armonizarnos, hacemos las cosas más difíciles ¿Por qué? Porque defendemos intereses privados cuando todas las cosas que hacemos son  políticas y públicas, en el sentido que tienen consecuencias en la comunidad que nos hace posibles. Mi actividad económica nunca es privada, no puedo tener una fábrica de zapatos sin consumidores, por lo tanto uno siempre es de alguna manera servidor a la comunidad que lo sostiene. Servidor no significa servidumbre, sino que dar un servicio.
-¿Lo impactan los bombazos?
-(Silencio) La pregunta que yo me hago es qué lleva a esas personas a poner bombas. ¿Cómo estamos conviviendo? ¿Están pidiendo algo? Poner una bomba es un acto contrario a la convivencia, me pregunto por qué esa persona se ha salido de la comunidad social, cuál es su queja.
-¿Cuál cree que es?
-No sé. Pero cuando hay una manifestación en la calle yo escucho, por ejemplo, la queja de que  “no me pagan el sueldo”. En ese caso, me pregunto qué clase de comunidad estamos haciendo que prometemos pagar un sueldo y no lo hacemos. La bomba no es una protesta para ser escuchado, es una acción destinada a generar daño.
-¿Lo califica como terrorismo?
-Un acto destinado a generar daño es un acto terrorista para desquiciar la condición de convivencia, romper la confianza.
-Sus teorías hablan de la importancia del lenguaje, ¿cree que en Chile se ha descuidado?
-En el mundo en general pensamos que el lenguaje es un sistema simbólico de comunicación para transmitir información, pero no es eso: es un modo de convivir en coordinaciones de sentires, emociones y haceres. Un acuerdo es generar un espacio de coincidencias de deseos y lo interesante es que cuando lo logramos, somos libres para cumplirlo.
-¿El acuerdo se basa en la confianza?
-Absolutamente. Toda la convivencia se funda en la confianza y en el mutuo respeto. Una de las cosas que nos pasa en Chile es que hemos perdido la confianza y eso ocurre cuando no se cumple ese acuerdo.
-¿El malestar es parte de los dolores de crecimiento de un país?
-No, no tiene que ver con el crecimiento, sino que con la cultura en la que vivimos, generadora de dolores y resentimiento. Hacemos promesas que no cumplimos, invitamos todo el tiempo a la lucha a través de la competencia. Pero la competencia es la negación del otro, para que alguien gane el otro tiene que perder. Para tener una convivencia democrática no es la competencia lo importante, sino la colaboración. Si digo que este es un problema de crecimiento, de alguna manera lo autorizo. Cuando un joven está creciendo y se pone torpe porque los brazos son más largos, respeto lo que le está pasando porque la torpeza no fue con mala intención. Pero en el caso de Chile, por ejemplo, hay dificultades económicas y en vez de unirnos para colaborar en resolverlas nos restringimos para generar más dificultad.
-En términos generales, la calidad de vida de los chilenos ha mejorado. ¿Por qué surge el descontento?
-Para algunas personas ha mejorado la calidad de vida, ¿podríamos decir que es para el promedio? No lo sé. Hay gente que vive en poblaciones callampa y es muy pobre, y estamos todo el tiempo invitándolo a que compre un auto ¿Qué genera uno con eso? Si se me promete que voy a tener acceso a algo y no se crean las condiciones para ello, entonces me voy a quejar. Hay mucha inequidad.
-¿De quién es la responsabilidad?
-De todos, del estado, del gobierno, de los empresarios. Si yo gano 10 veces más de lo que necesito para vivir holgadamente en esta comunidad que lo hace posible, ¿por qué no contribuyo con una parte importante de ese exceso que tengo al bienestar de la comunidad?
-Pero si se enriqueció lícitamente no tiene obligación de hacerlo…
-No, no la tengo, pero hay un compromiso ético fundamental ya que esa comunidad hace posible que yo me enriquezca.
-¿Un deber moral?
-No; ético, que es más importante.
-¿Los empresarios no sienten ese deber?
-No lo sé, pero lo que no veo es que los empresarios digan “en vez de ser la competencia, somos la colaboración” para resolver esta situación que parece crítica económicamente para el país. No se trata de limosnas, ni de donaciones, sino que de participar creativamente. Eso requiere imaginación y disposición.
-¿Qué piensa del libre mercado?
-Alguna vez, debe haber sido por 1978, le pregunté a un profesor de economía cuál era la diferencia entre el libre mercado entre amigos y el libre mercado entre desconocidos.
“Si fuese jefe de un partido político y el gobierno elegido es de otro, yo no me llamaría la oposición sino que la colaboración. Entonces el otro no trataría de deshacer lo que yo hice en el gobierno anterior porque queremos hacer un proyecto común”.
-Difícil pregunta…
-No me la pudo contestar. Entre conocidos, a usted le importa el otro; entre los desconocidos no. Si el libre mercado significa transacciones económicas entre desconocidos van a luchar unos por tener ventajas sobre otros. Si en cambio, se respetan, van a buscar una armonía en la equidad.
-¿Usted prioriza la libertad o la igualdad?
-La equidad.
-¿No es lo mismo que la igualdad?
-No. La diferencia es que en la igualdad yo pretendo que las cosas sean indistinguibles cuando digo que son iguales. Pero los seres humanos somos todos diferentes, entonces lo fundamental es convivir con esas diferencias, respetándonos. Si miro hacia el lado y digo “ellos han vivido así siempre”, estoy justificando una diferencia que es exagerada y no ética.

Lecciones de “la mamá”

Humberto Maturana Romecín nació en 1928. De niño vivió en una mediagua junto a su madre, una visitadora social del hospital San Agustín de Valparaíso. “Pertenezco a una familia muy modesta”, admite el profesor. Podría haber sido un alumno del montón, un drogadicto o simplemente un vago. Pero Maturana eligió otro camino. No porque tuviera que hacer un esfuerzo, aclara, sino simplemente porque “he hecho bien las cosas en un mundo que me ofreció las oportunidades”.
Más que el montón de libros que ha devorado, son quizás las enseñanzas que recibió en casa las que le permitieron ser quién es.“La mamá una vez nos llamó y nos dijo: ‘Niños, el pecado no existe, las cosas no son ni buenas ni malas en sí, son oportunas o inoportunas, adecuadas o inadecuadas y es responsabilidad de cada uno saber cuál es cuál en cada momento’”, cuenta Maturana, quien en esa época debe haber tenido unos 11 años. Se echa para atrás en su silla y se emociona: “¡Qué libertad maravillosa! Ella nos invitó a hacernos responsables de lo que uno sabe”.
Los tiempos han cambiado y Maturana está consciente de ello. “Hoy estamos en una cultura que genera desconfianza, estamos atrapados en una imagen histórica. No estoy negando la historia, pero estamos metiendo a los otros en una cierta categoría que ya no les corresponde”.
-¿Cree que estamos llegando a un punto de inflexión donde el péndulo ya debiera volver al centro, a la moderación?
-No; estamos en un momento en que tenemos que hacernos cargo de qué mundo queremos. Si aplico la teoría del péndulo entonces no me hago cargo, total ya bajará el péndulo.
-¿Es optimista?
-Sí, espero.
-¿Cómo ve a las instituciones y a los políticos?
-Equivocados, ciegos, pero no mal intencionados en sí. Si fuese jefe de un partido político y el gobierno elegido es de otro, yo no me llamaría la oposición sino que la colaboración. Entonces el otro no trataría de deshacer lo que yo hice en el gobierno anterior porque queremos hacer un proyecto común.
-¿Qué le ha parecido el segundo gobierno de Bachelet?
-La veo más dispuesta a realizar las cosas que quiere hacer y eso es bueno.
-¿Ha sido un error la premura en sacar adelante todas las reformas?
-Cuando se vive demasiado en la competencia, la lucha, en quién tiene la razón, cuáles son sus ventajas, esto aparece como premura porque no hay tiempo. Pero si conversamos y nos damos cuenta que efectivamente tenemos que reformar la educación de una cierta manera se facilita. Pero para eso hay que estar dispuesto.
-¿Considera a la competencia mala en todo ámbito? ¿No es propio de la naturaleza humana querer destacar?
-Lo que es propio de los seres humanos es querer hacer las cosas bien.
-Ud. antes hacía mención a los animales que toman lo básico, pero en la selva igual hay una competencia feroz.
-El león no compite con la cebra por qué se come, pero tienen modelos de vivir que definen espacios. Los seres humanos, en cambio, tenemos una historia que se ha fundado en compartir. Y claro, cuando las poblaciones aumentan y los recursos son escasos, o se reparten o se inventa la competencia. Darwin toma la noción de competencia de los economistas de su época, y los economistas actuales usan a Darwin para justificar la competencia como un fenómeno biológico. Bueno, algunas personas ganan más; sí, porque tienen otras responsabilidades. Si una persona que hace un cierto trabajo admite que otra tenga un salario distinto porque tiene una responsabilidad más grande o diferente, el problema no es que haya diferencias, sino cuando las uso para declararme mejor que otros y por lo tanto merecedor de ventajas.

La buena educación

El autor de la teoría biológica del conocimiento –que plantea que no se puede hacer referencia a una realidad independiente del hombre- es un sobreviviente. A los 20 años, mientras estudiaba medicina en la Universidad de Chile, contrajo tuberculosis, en una época en que la enfermedad era mortal. Pensó que iba a morir, pero lo salvó la estreptomicina, “un tratamiento muy oportuno que me permitió estar aquí”.
Maturana está agradecido de la salud gratuita –estuvo casi dos años hospitalizado– y también de la educación, por la cual no pagó ni un peso. A su juicio, el hincapié de la discusión no debiera estar puesto en la gratuidad –“porque nada es gratis en la vida”–, sino que en la calidad, la cual se perdió porque “al transformarse en un bien de comercio desaparecen las nociones de compromiso social como parte central de la educación”.
“La bomba no es una protesta para ser escuchado, es una acción destinada a generar daño... un acto terrorista para desquiciar la condición de convivencia”.
-¿Estamos criando niños basados en la competencia y no en la colaboración?
-Muchísimo.
-¿Es partidario de la educación gratuita en los términos que lo ha planteado el gobierno?
-El tema central de la educación es la formación de los profesores, de modo que los estudiantes puedan crecer como ciudadanos democráticos, colaboradores, responsables e imaginativos.
-¿Cómo se mejora la calidad de los profesores? Una de las críticas a la reforma es que este tema no está especificado.
-En algún minuto va a tener que aparecer. Por ejemplo, se ha hablado mucho del lucro. El lucro que se combate no es lo que uno gana, sino que la malversación: utilizar fondos que están destinados a una cierta tarea a otro propósito de interés personal. Como se trata de educación, el compromiso fundamental es reinvertir en el bienestar de la comunidad educativa.
-¿Qué hay de malo en obtener una ganancia una vez pagados todos los costos si se está entregando buena educación?
-No se trata de que no gane, sino de qué hago yo con el excedente una vez que he pagado todos los costos.
-¿Qué pasa si reinvierto un poco y me quedo con otro poco?
-Depende de la equidad, de si mejora el salario de todos los empleados o solamente el suyo.
-¿Es partidario del fin de la selección?
-La selección que resulte discriminadora en términos de clase, sí, absolutamente.
-Arturo Fontaine alertó en una entrevista del peligro de destruir los liceos emblemáticos…
-Creo que no debiera haber liceos emblemáticos; todos debieran serlo.
-Pero ateniéndonos a la realidad de Chile, los liceos emblemáticos son una tradición que ha funcionado bien. ¿Eliminarlos no sería un despropósito?
-Pero lo lógico sería que los otros colegios fueran igual de buenos que los emblemáticos en términos de calidad, pero resulta que los emblemáticos tienen una historia de discriminación de clases desde cuando se generaron en la época de Andrés Bello.
-¿Y qué pasa con el premio al esfuerzo? ¿Dónde queda la meritocracia?
- Si yo premio al esfuerzo y en ese proceso descalifico a otros, quiere decir que hay algo que no está bien. Por supuesto que si estos niños tienen ciertas condiciones, que vengan, pero la idea es que todos lleguen a tener las condiciones que ellos ostentan. Que las diferencias –que van a surgir- tengan que ver con sus compromisos pero no con su historia familiar, su historia de clases.
-¿No es acaso natural que los seres humanos segreguemos, que seleccionemos con quién queremos o no estar?
-Claro, pero si mi selección consiste en denigrar a otros, en decir “pertenezco a aquellos y no a estos”, ¿a esa selección se refiere? He vivido una época en la cual un niño iba con su mamá de la mano y había otro niñito, de esos que fue a recuperar el Padre Hurtado al Mapocho, y la mamá le dice “mijito, con ese niño no”. ¿Qué es eso? ¿Selección? ¿Discriminación?
-Seguramente, esa mamá quería proteger a sus hijos…
-Lógico, si no estoy diciendo que la mamá no haya querido ser cuidadosa con su hijo, eso no es lo que está en juego, sino que el niño aprende a que es legítimo negar a otro.
-¿Es algo que está internalizado en la población?
-Está en la cultura.
-Lo dice hasta la canción de los pollitos: “Tengo, tengo, tengo, tú no tienes nada”…
-¿Le cuento el cuento del huevito? Este niñito compró un huevito, este lo echó a cocer, este le echó la sal, este lo revolvió y este lo repartió en partes iguales para todos. Cuando conté eso a mi nieta me dijo “Nooo, no es así” (Risas). Pero es distinto el cuento de esa manera. Tenemos que ir cambiando la cultura, tenemos que encontrar un espacio. Depende de las redes de conversación que uno genere, de cómo uno viva con sus hijos, de la confianza que uno tiene en su entorno. No podemos enseñarles a nuestros hijos a ser desconfiados, a que no pueden jugar con todos porque algunos son malos, hay que acabar con eso. •••
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El dinero y la felicidad

-¿Qué tan importante es la felicidad? ¿Hay que perseguirla?
-No. Haga usted las cosas en armonía consigo mismo y con las circunstancias sin quedar con resentimiento y va a estar feliz.
-Convengamos que la plata no hace la felicidad, pero igual ayuda…
-La plata es energía, si no hay energía no hay procesos. Si no tengo la energía para obtener los alimentos, reparar mi casa, hacer todas las cosas que constituyen el bienestar de la convivencia, entonces está mal. Depende también en cómo vivo esa energía. La comparto, me apropio, me apego, me pongo adicto a acumularla. La riqueza, así, es una adicción. Igual que cuando alguien es adicto a la cocaína, el placer está en la droga, en este caso, en enriquecerse.

martes, 18 de noviembre de 2014

18 Reglas del DALAI LAMA por las cuales vivir

De los muchos problemas que enfrentamos hoy en día, algunos son calamidades naturales y deben ser aceptados y encarados con calma. Otros, sin embargo, son creados por nosotros, por malentendidos, y pueden ser corregidos. Uno de este tipo nace del conflicto de ideologías, políticas o religiosas, cuando la gente pelea con otras personas por cosas insignificantes, perdiendo de vista la humanidad básica que nos une a todos como una sola familia humana. Debemos recordar que los distintos tipos de sistemas de religión, ideología y política del mundo se supone que nos ayuden a alcanzar la felicidad. No debemos perder de vista esta meta fundamental y nuca debemos poner los medios por sobre los fines; la supremacía de la humanidad sobre lo material y la ideología siempre debe ser mantenida.
Por lejos el peligro más grande que enfrenta la humanidad – de hecho, todos los seres vivos de nuestro planeta – es la amenaza de la destrucción nuclear. No necesito elaborar sobre este peligro, pero sí me gustaría apelar a los líderes de energía nuclear que literalmente tienen el futuro del mundo en sus manos, a los científicos y técnicos que continúan creando estas increíbles armas de destrucción, y a toda la gente que está en una posición para influenciar a estos líderes: apelo a ellos para ejerciten su sanidad y comiencen a trabajan para desmantelar y destruir todas las armas nucleares. Sabemos que en el evento de una guerra nuclear no habrán vencedores, ¡porque no habrán sobrevivientes! ¿No es aterrador simplemente contemplar tal destrucción inhumana y sin corazón? Y, ¿no es lógico querer remover la causa de nuestra propia destrucción cuando conocemos la causa y tenemos tanto el tiempo y los medios para hacerlo? Con frecuencia no podemos superar nuestros problemas porque o no sabemos la causa, o, si la entendemos, no tenemos los medios para hacerlo. Este no es el caso con una amenaza nuclear. ~ Dalai Lama
A comienzos de este siglo, el Dalai Lama entregó las siguientes dieciocho reglas por las cuales vivir.

Regla 1. Toma en consideración que los grandes amores y logros involucran un gran riesgo.

Regla 2. Cuando pierdas, no pases por alto la lección.

Regla 3. Sigue las tres Rs: 1. Respeto para ti mismo 2. Respeto para los demás 3. Responsabilidad por todas tus acciones.

Regla 4. Recuerda que no obtener lo que quieres a veces es increíblemente suertudo.

Regla 5. Aprende las reglas para que sepas como romperlas correctamente.

Regla 6. No dejes que una pequeña pelea dañe una gran amistad.

Regla 7. Cuando te des cuenta de que has cometido un error, intenta corregirlo inmediatamente.

Regla 8. Pasa un tiempo solo todos los días.

Regla 9. Abre tus brazos al cambio, pero no dejes ir a tus valores.

Regla 10. Recuerda que a veces el silencio es la mejor respuesta.

Regla 11. Vive una vida buena y honorable. Entonces cuando seas viejo y mires atrás, vas a ser capaz de disfrutarla una vez más.

Regla 12. Una atmósfera amorosa en tu hogar es la base para tu vida.

Regla 13. Cuando discutas con tus seres queridos, solo habla de la situación presente. No traigas a la luz el pasado.

Regla 14. Comparte tu conocimiento. Es una manera de alcanzar la inmortalidad.

Regla 15. Se gentil con la Tierra.

Regla 16. Una vez al año, ve a algún lugar al que nunca has ido antes.

Regla 17. Recuerda que la mejor relación es en la que su amor por el otro excede su necesidad por el otro.

Regla 18. Juzga tu éxito a partir de lo que tuviste que dejar atrás para alcanzarlo.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Recordando el momento mágico de la Caída del Muro de Berlín y mí visita a esa ciudad

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En julio de 1991 la Asociación Mundial Para la Comunicación Cristiana por sus siglas en inglés WACC, me invitó a participar en un seminario que se realizó en Berlín en la parte oriental de esa ciudad. El tema era reflexionar sobre el papel que habían jugado los medios de comunicación en la Caída del Muro de Berlín y en la posterior caída de bloque socialista y de la Unión Sovietica.  Yo en ese tiempo me encontraba haciendo estudios de post grado de Comunicación Social en la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica.  Una de las ciudades que quería conocer era justamente Berlín, por lo que significaba en relación a su historia y a la Guerra Fría que se había vivido recientemente y todo lo que se había escrito, filmado y comentado en relación a este hecho histórico.
Hacer el viaje en tren, partiendo desde Bruselas, pasando por Liege, Aachen, Koln, Hannover y llegando a Berlín de noche a la oscura estación, fue sido para mí una de las experiencias más ricas de encontrarme con la historia contemporánea. Salí caminando de la estación para acercarme al hotel donde se realizaría el seminario. Cruzar el río Spree a esa hora fue algo sobrecogedor.
Durante los días del seminario de la WACC pude salir a caminar y conocer esta ciudad recorriendo sus calles, iglesias, monumentos y museos. Recuerdo su Catedral, el Reichstag, Alexanderplatz, el bulevar de Unter den Linder, Chekpoint Charlie, la Puerta de Brandeburgo, la Universidad de Humbold, la estatua de Carlos Marx y Federico Engels, el edificio del Partido Comunista y, por supuesto, el muro de Berlín.  Me faltaron días para recorrer la parte oeste y este de esta hermosa ciudad.
El 9 de noviembre de 1989, la gente de la Alemania Oriental ocupada tomó el control de su destino cuando literalmente derribaron a martillazos el Muro de Berlín.  Sucedió gracias a la presión de una muchedumbre que se movilizo en la búsqueda de la libertad.  La caída del muro se transformó en el símbolo del fracaso y del posterior desmantelamiento del régimen socialista instaurado por los soviéticos.
Es difícil revivir el apasionante drama de ese periodo en la Europa de hace 25 años.
Durante 1989 hubo señales claras de que el imperio soviético se desmoronaba. En Polonia, Hungría y otros lugares los movimientos populares desafiaron con éxito a los regímenes respaldados por los soviéticos que habían perdido su legitimidad desde hacía mucho. Pero el drama fue más intenso en Alemania Oriental y Occidental, el epicentro de la Guerra Fría.
Desde el 13 de agosto de 1961, cuando Alemania Oriental erigió la terrible barrera que separó a Berlín Oriental de Berlín Occidental y de Alemania Oriental, el muro se convirtió en un temido símbolo del aislamiento y de la desesperanza.
Las familias quedaron separadas, y durante el siguiente cuarto de siglo más de 100 alemanes murieron tratando de escapar al otro lado del muro. Entonces, el 9 de octubre de 1989, más de 7.000 alemanes orientales se reunieron afuera de la iglesia Nikolai en Leipzig; llevaban velas que simbolizaban la paz y coreaban: wir sind das Volk! (¡somos el pueblo!).
A las manifestaciones siguieron protestas cada vez mayores, en Leipzig y en toda Alemania Oriental. Precisamente un mes después, cayó el Muro de Berlín.
El doble muro de más de tres metros de altura y de más de 150 kilómetros de extensión es en sí mismo un testimonio de las locuras a las que puede llevar el totalitarismo.  Su construcción se inició en agosto de 1961, después de que 3,5 millones de alemanes emigraran del país.  Se hizo bajo la excusa de que se construía para evitar el ataque de la Alemania Occidental.
En Chile el año anterior habíamos derrotado en un plebiscito la dictadura de Pinochet y veíamos como una señal de los tiempos lo que se nos ofrecía a través de la televisión en Alemania y luego en el resto de Europa de Este.  Era la lucha por la libertad que se daba en todo el mundo y que atisbábamos era el inicio de una nueva época, de una nueva era de una nueva civilización para la humanidad. Por eso creo que la historia contemporánea se divide en un antes y un después de la Caída del Muro de Berlín.  Doy gracias por el privilegio que he tenido de ser un testigo privilegiado de ese hecho histórico que pude ver en directo y por la televisión.
Sin embargo, 25 años más tarde, el 9 de noviembre de 2014, todos deberíamos festejar como conmemoración de lo que ocurrió en ese día crucial.  Se puede hacer un balance de estos años desde muchos puntos de vista. Como en toda historia humana, en el período recorrido hay luces y sombras, éxitos y fracasos. Pero quedan algunas verdades: Alemania del este se integró en la República Federal y recuperó la democracia.
Ese momento mágico es un recordatorio para toda la gente de todo el mundo, para los que vivían entonces, para los que viven ahora y para quienes vivirán en el futuro. La tiranía no puede suprimir la voluntad de quienes ansían la libertad y desean una vida mejor para ellos mismos y para sus hijos.
Las palabras del Papa Francisco en el aniversario de estos 25 años rezando el Angelus en la Plaza de San Pedro son la mejor lección que podemos aprender de este hecho histórico que ha marcado a la humanidad: “Que caigan todos los muros que todavía dividen al mundo y que exista una cultura del encuentro. Que no vuelva a suceder que personas inocentes sean perseguidas y asesinadas a causa de sus creencias o religión.  Donde hay un muro hay una clausura del corazón. Sirven puentes y no muros.”

sábado, 8 de noviembre de 2014

DECLARACION CRISTIANA EN APOYO A LAS DEMANDAS LGTBI EN CHILE

"Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (San Juan: 10,10)

            Ante las recurrentes manifestaciones de hostilidad y rechazo expresadas tanto por jerarcas como por miembros de diversas Iglesias y Comunidades Cristianas, a propósito de la tramitación del Proyecto de Ley de Vida en Pareja (APV) o la publicación del cuento “Nicolás tiene 2 papás”, las y los abajo firmantes, también cristianas y cristianos comprometidos con nuestra Fe y con el Evangelio, manifestamos públicamente que:
1)      Chile es un Estado laico desde 1925 y las Iglesias no pueden pretender tener la tutela de las y los ciudadanos, atentando contra la libertad de las personas.
2)      Con esta actitud, pierden la posibilidad de contribuir grandemente a la sana convivencia social, compartiendo con respeto y en un espíritu de diálogo, la maravillosa experiencia surgida de la fe: Para ser libres nos liberó Cristo. (Cf. Gal. 5, 1-ss)
3)      Ninguna persona se puede arrogar el derecho de pensar o decidir por otras. La conciencia es inviolable. Las Iglesias y Comunidades Cristianas, tienen que ser espacios de hermanxs y amigxs, donde abiertxs a la acción del Espíritu Santo, que se expresa en la vida y en la historia, tanto personal como colectiva, se permita la reflexión y el discernimiento para actuar de acuerdo al querer de Dios, que siempre será el que las personas puedan desarrollarse en plenitud y ser quienes son, hechas a imagen y semejanza de Dios. (Gen. 1, 27)
4)       El mensaje de Jesús es siempre una Buena Noticia de salvación para todas y todos, sin importar ni identidad de género, ni orientación sexual, ni procedencia social o étnica, ni ninguna otra cosa.
5)      Cualquier afirmación justificada en las Sagradas Escrituras, tiene  que ser respetando la centralidad de Jesucristo, sin hacer reducciones tendenciosas o lecturas surgidas desde interpretaciones ideológicas. Hay que leer el texto en su contexto y a la luz del mensaje central del Evangelio: Dios ama a todas y todos sin excepción y quiere que todas las personas vivan en justicia, hermandad y caridad. Lo que Dios rechaza es justamente el fariseísmo, la hipocresía, las discriminaciones e injusticias. Utilizarla para excluir, con frases tan burdas como que “Dios ama al pecador y no al pecado”, además de evidenciar una ignorancia sobre la profundidad y sentido del texto bíblico,  ofenden gravemente el  Mensaje de Jesucristo.
6)       Como cristianos y cristianas comprometidos con el proyecto de Jesús, pedimos sinceramente perdón por el daño a tantas personas, que en razón de su identidad de género u orientación sexual, son discriminadas por  dichos y prácticas excluyentes y por lo tanto, anti evangélicas, de muchos al interior de nuestras Iglesias.
7)      No basta con decir “nosotros no discriminamos, pero…” NO hay nada que justifique acciones tendientes a frenar derechos humanos fundamentales, como el matrimonio o el tener hijxs.
8)      Llamamos también a tantas cristianas y cristianos de buena voluntad, a que alcen su voz proféticamente y no permitan que la Buena Noticia sea tergiversada por quienes actúan desde sus miedos, prejuicios, intereses y doctrinas que nada tienen que ver con la fe en Cristo ni la pertenencia al Pueblo de Dios.
Un saludo cordial a todas y a todos en el Dios de la Vida y la esperanza,

FIRMANTES
Colectivo Ecuménico de Diversidad Sexual Tal Como Eres
Hildegard Arbogast, Iglesia Evangélica Luterana, Congregación La Trinidad
CEGAL Comunidad Ecuménica Gay-Lésbica
Josaphat Jarpa,  Estudiante en la Comunidad Teológica Evangélica de Chile
Marcos Cárdenas, Presidente Federación Estudiantes UAH
Helga Sepúlveda Contreras, Santiago
José Álvarez Gallardo...diverso sexual, cristiano, artista, persona...
Mauricio Naranjo, Valparaíso
Víctor Rey,  Servicio de Estudios de la Realidad (SER)
José Suazo, Santiago
Daniela Aceituno Silva, Bautista, Trabajadora Social, Magíster en Ciencia Política, dirigenta sindical, profesional del Instituto Nacional de Derechos Humanos.
Loreto Fernández Martínez, feminista, católica, vegana y libertaria.
Luis Garcia-Huidobro
Andrea De Lourdes Castillo
Loreto Andrea León Soto
Carol Crisosto Cádiz
Pilar Segovia
Fernando Covarrubias

viernes, 7 de noviembre de 2014

25 LECCIONES DE VIDA DE ALBERT EINSTEIN

Albert Einstein fue más que solo un científico. Uno de los hombres más sabios del mundo, su gran capacidad de observación le permitió llegar a conclusiones que al día de hoy (y siempre) siguen teniendo vigencia. Aquí hay 25 lecciones de vida que nos muestran su gran sabiduría.
  1. El crecimiento intelectual debe comenzar desde el nacimiento y detenerse solo hasta la muerte.
  2. Todos deben ser respetados como individuos, pero no idolatrados.
  3. Nunca hagas algo contra tu conciencia incluso si la situación lo demanda.
  4. Si las personas son buenas solo porque temen al castigo, y esperan recompensa, entonces verdaderamente lo sentimos mucho.
  5. La búsqueda de lo perfecto, y la confusión de habilidades, parecen ser nuestros principales problemas.
  6. El amor es un mejor profesor que el deber.
  7. Si no puedes explicarlo de forma simple, no lo entiendes lo suficientemente bien.
  8. Ningún problema puede ser resuelto con el mismo nivel de conciencia con el que fue creado.
  9. Locura: hacer lo mismo una y otra vez, esperando diferentes resultados.
  10. Aprende del ayer, vive del hoy, espera del mañana.
  11. Es horriblemente obvio que nuestra tecnología ha excedido nuestra humanidad.
  12. Todo lo que puede ser enumerado no necesariamente cuenta; todo lo que se cuenta no necesariamente puede ser enumerado.
  13. La fuerza siempre atrae a hombres de baja moral.
  14. Todo debe ser tan simple como es, pero no más sencillo.
  15. Un hombre debe buscar lo que es, no lo que piensa que es.
  16. Cualquiera que lea mucho y use su cerebro muy poco cae en hábitos de pereza mental.
  17. Una persona que nunca ha cometido un error nunca ha intentado algo nuevo.
  18. El arte supremo de un maestro es saber despertar en sus alumnos la felicidad en la expresión creativa y en el conocimiento.
  19. Cualquiera que no tome seriamente la verdad en pequeñas cosas no puede ser confiable en las grandes tampoco.
  20. Los grandes espíritus siempre han encontrado resistencia violenta de mentes mediocres.
  21. Educación: es lo que recordamos después de lo que hemos aprendido en la escuela.
  22. La lógica te lleva del punto A al B. La imaginación te llevará donde sea.
  23. La ira habita en el pecho de los tontos.
  24. Información no es conocimiento.
  25. Nunca pierdas la sagrada curiosidad.