domingo, 30 de octubre de 2022

 



"JOAN MANUEL SERRAT: SIN UTOPÍA LA VIDA SERÍA UN ENSAYO PARA LA MUERTE"

 Víctor Rey

                      "Quieren ponerle cadenas pero,¿quién es quién le pone puertas al monte?

No pases pena,que antes que lleguen los perros, será un buen hombre

el que la encuentre y la cuide hasta que lleguen mejores días.

Sin utopía la vida sería un ensayo para la muerte".

(J.M. Serrat)

 

Es un referente obligado en la canción de autor.  A su historia ha entregado aportes fundamentales, como su obra sobre la poesía de Miguel Hernández, Rafael Alberti, Antonio Machado y Mario Benedetti.  Y títulos perfectos desde “Mediterráneo”, hasta “Utopía”, pasando por “Penélope”, “Lucía”, “Benito”, “Manuel”, entre otros. 

Joan Manuel Serrat nace el 27 de diciembre de 1943 en Barcelona, España,  en el barrio obrero de Poble Sec (Pueblo Seco) en la calle Poeta Calanyes.  Es el menor de dos hermanos.  Su padre Josep, es un catalán que se desempeñaba como chofer de taxi, mientras la madre, Angeles, oriunda  de Orgón, realizaba costuras para ayudar al presupuesto familiar.

El pequeño Joan Manuel estudia desde los tres hasta los diez años en las escuelas Pías de San Antonio, de los Padres Escolapios.  “El colegio me disgustó.  Creo que allí empezó a forjarse el “rebelde que llevo dentro” diría en cierta oportunidad.  Posteriormente continuó sus estudios en el Instituto Milá y Fontanela de Barcelona, en donde permanece hasta los trece años, edad en que se traslada como alumno interno a la Universidad Laboral de Terragona, lugar donde aprende el oficio de mecánico tornero y fresador.  Al terminar la instrucción, decide continuar sus estudios, eligiendo la profesión de Perito Agrícola.

Ya en aquel entonces le acompañaba una guitarra, de la cual comienzan a nacer sus primeras creaciones.  En 1961, junto a otros tres compañeros de estudio, forman un cuarteto, lo que fortalece la vena musical de Joan Manuel Serrat.

Quizá fue ahí cuando nació para muchos ese primer amor por su música y la poesía, por aquella magia que encerraba “Penélope”,  “Lucía” - la más bella historia de amor que tuve y que tendré- y cantar con todas las fuerzas “Mediterráneo” y “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.  Con “Tu nombre me sabe a yerba” y "La mujer que yo quiero" aparecerían los primeros amores, y con "Fiesta" y “Para la libertad”, las primeras luchas sociales.

A esa altura el cantante catalán se había convertido no solo en fuente inspiradora o en acompañante de amores, luchas y lecturas, sino también en un personaje que bien valía la pena descubrir.  Había que imaginarlo, cuando se negó a cantar en el festival de Eurovisión por el hecho de no aceptar que cantara en catalán, o cuando no soportó la presión que ejercía el general Franco y su régimen y decidió su autoexilio en México, y más tarde cuando decidió hacer canciones de los poemas de Miguel Hernández y Antonio Machado.

Alguna vez Joan Manuel Serrat se definió a sí mismo como “un latinoamericano nacido en Barcelona”.  Creo que no hay mejor definición y síntesis  de sus dos entornos más queridos.  Serrat es un tipo ampliamente informado sobre la vida política, deportiva, artística y cultural de cada país latinoamericano.  Ha atesorado la virtud de ser hombre de muchas patrias, sin renunciar a su condición de catalán.  Le ha sobrado inteligencia y generosidad para saber que encerrarse limita.

La historia de amores entre Serrat y América Latina se acerca ya a los 40 años.  En 1969 realizó la primera gira, que no sólo le permitió ganar el Festival de la Canción en Rio de Janeiro con la inolvidable “Penélope”, sino también hacer cantar a todo el público del  Festival de la Canción de Viña del Mar su celebre “Mediterráneo”, así  conquistó para siempre a argentinos y chilenos.  Serrat ha roto las fronteras en Latinoamérica es toda una institución, pero una institución no tradicional, algo que se identifica con lo que aflora de nuestros sentimientos.  El amor, los padres, los hijos, las novias, las personas simples y su medio ambiente, el terruño, el humor crítico a lo establecido y aparentemente inmutable, tantas cosas que no son fáciles de comprender, las cuales las hemos llorado o reído, son “Aquellas pequeñas cosas”, que forman parte de la vida.

En diciembre de 1986 el periodista Andrés Braithwaite de la revista ANALISIS le preguntó: ¿Cuándo vuelves a Chile?  La última vez se quedó mucha gente esperándote.  Joan Manuel Serrat respondió: “Hombre, agradezco mucho que se acuerden de mí, pero yo considero que el hecho de que los militares no me dejen entrar no es más una consecuencia mínima de un régimen despreciable y despreciado.  ¿Qué cuándo voy a volver?  Pues esperemos.  Con la democracia volverá mucha gente.  Entre ella, yo, a no ser que el general le dé por dejarme pasar antes.  Y, bueno, en ese caso, yo feliz de volver antes.  De cualquier forma, eso sí, prefería que mi debut coincidiera con su despedida”.

Después el cantautor catalán se iba a convertir en un símbolo de la libertad durante los regímenes militares que asolaron el Cono Sur.  En 1988, al saber que la dictadura del general Pinochet había prohibido su entrada a Chile, se introdujo en un avión y voló a Santiago, dispuesto a apoyar a los que iban a votar y apoyar la “Campaña por el NO” para el plebiscito de aquel año.  Los militares no lo dejaron entrar, ni bajarse del avión, pero Serrat logró introducir un mensaje que una emisora radial echó al viento: “Tengo que regresar a mi país.  Si hubiera podido entrar, les diría que vengo para contarles que la gente de España, como pocas veces, está sensibilizada por la lucha de su país por la recuperación de la libertad.  En las calles de España, en las casas, en el trabajo, en el bar, se siente a Chile y se identifican con Chile, porque el pueblo de España conoce su propia experiencia reciente.  Aunque solo hubiera sido por esto, ya habría valido la pena haber estado con ustedes esta mañana.  Además creo que la presencia de todos ustedes, los hombres y las mujeres que de diversos lugares del mundo se han acercado aquí para compartir sueños y luchas, pueden ayudar a esa alegría que todos esperamos y que ya viene.  Yo quiero que sepan que los estoy viendo, los escucho, que los siento y que quiero que ustedes también me vean y me sientan como uno más entre ustedes, con la seguridad de que muy pronto vamos a estar juntos, cuando Chile sea lo que siempre fue:  un país ejemplo de libertad, ejemplo de respeto mutuo y paz.  Compañeros, compañeras.  Amigos y amigas: La alegría ya viene”.

Su ilusión, que era la mayoritaria, acabó por cumplirse.  En abril de 1990, en la recién inaugurada democracia, ante un Estadio Nacional repleto y luego de 17 años de extrañamiento, Joan Manuel Serrat volvió a caminar por las “grandes alamedas, donde transita el hombre libre”, como dijera el presidente Salvador Allende, en su proclama de despedida.  Lo primero que hizo Serrat fue tomar una  guitarra prestada, visitar la cárcel de Santiago y cantar “Aquellas pequeñas cosas” y “Para la libertad” a un grupo de presos políticos, que lo escucharon en un silencio religioso.

En los últimos años Serrat ha visitado en varias oportunidades Chile.  En cada una de ellas, la comunicación con el público ha sido admirable.  Serrat es parte de la historia de Chile y de América Latina, sus canciones son parte de nosotros, de los que fuimos y somos “soñadores de pelo largo”, como el protagonista de la canción “Señora”.

domingo, 16 de octubre de 2022

James Bond cumple 60 años y celebra su día mundial

                                                                                   


 

SU NOMBRE ES BOND: JAMES BOND

Víctor Rey

Este 5 de octubre se celebra el Día Mundial de James Bond, del famoso agente secreto 007.  Este día del año 1962 se conmemora el día del estreno de la primera película (El Satánico Dr. NO), de la serie de 25 que hasta la fecha se han realizado. Durante todo este día se celebran eventos en todas partes del mundo para sus fans.  Estos consisten en exhibición de sus películas, muestras de los artilugios usados por el personaje, conciertos con la música de sus películas, exposiciones y conferencias sobre sus films y su influencia en el cine y en las artes en general.

Personalmente he visto  todas sus películas desde que era niño.  Y cada cierto tiempo vuelvo a verlas y compararlas con las nuevas versiones, con los nuevos actores.  También disfruto mucho con las bandas sonoras de sus films.

Como todo el mundo sabe, el inglés Ian Fleming, actor y escritor, fue el creador del espía más famoso y reconocido de todos los tiempos. El comandante James Bond, agente 007 del Servicio Secreto de Inteligencia Británico “con licencia para matar”, fue creado por Fleming mientras vacacionaba en Jamaica, en su casa llamada “Goldeneye”. Su nombre lo toma prestado del ornitólogo americano James Bond, autor del libro “Birds Of The West Indies”, por considerarlo masculino, simple, breve y de origen anglosajón. El ornitólogo le devolvió el favor utilizando el nombre del escritor para denominar una especie rara de pájaros jamaiquinos.

Por otra parte, el origen del número 007 tiene varias teorías. Una dice que el prefijo 00 se le daba a documentos del Whitehall que Ian Fleming veía todos los días mientras trabajaba para la División de Inteligencia Naval. Otra es la que dice que el Duque de Marlborough, John Churchill (el antepasado de), utilizaba el código 00 para los espías que trabajaban para él en la Guerra de Sucesión Española.

Por último, el número también es atribuido a John Dee, considerado el primer espía inglés, que estuvo al servicio de la Reina Isabel I. Se lo conocía por el número 007 cuando trabajaba para la inteligencia británica: el doble cero simulaba dos ojos (que quería decir que el mensaje era “sólo para sus ojos”) y el 7 se añadía como referencia al número de la suerte. La primera novela en la que aparece el espía es “Casino Royale”, publicada el 13 de abril de 1953, y automáticamente se convirtió en un éxito. Fleming escribiría doce novelas más y nueve novelas cortas sobre el agente secreto hasta su muerte en 1964.

James Bond también tuvo su versión en cómics en una tira que salía en el diario Daily Express con dibujos de John McLusky y luego de Yaroslav Horak. De 1958 a 1966, McLusky adaptó 13 de las novelas y cuentos cortos escritos por Fleming. En 1982 volvió a dibujar al personaje para cuatro nuevas historias originales, con guion de Jim Lawrence. Por su parte, Horak lo dibujó para el periódico de 1966 a 1977, y luego para el Sunday Express y el Daily Star de 1977 a 1979, y nuevamente de 1983 a 1984. En total, Horak realizó 33 cómics del espía secreto.

La primera pantalla que lo tuvo a James Bond fue la televisión, cuando la serie Climax! (1954-1958) puso un capítulo al aire titulado, justamente, “Casino Royale”, el 21 de octubre de 1954 por la cadena CBS. La trama estaba un poco cambiada: el experto jugador de cartas americano Jimmy Bond (Barry Nelson) era contactado para trabajar para una agencia combinada de inteligencia con el objetivo de ganarle a un hombre llamado Le Chiffre (Peter Lorre), que en realidad era el jefe de espionaje soviético de la región.

En 1991 se hicieron los dibujitos con la serie animada “James Bond Jr.”, que era el sobrino de 007. Otro de los medios en los que apareció fue la radio. En 1956 la novela “Moonraker” fue adaptada y se emitió en Sudáfrica, con la voz de Bob Holness como Bond. La BBC también adaptó cuatro novelas en los años 1990 (You Only Live Twice), en 2008 (Dr. No), en 2010 (Goldfi nger) y en 2012 (From Russia, with Love). El agente secreto tampoco fue ajeno a los videojuegos. El primero salió en 1983 para Atari, Commodore y ColecoVision, y después se editaron muchísimos más basados en las tramas de las películas.

Hasta el día de la fecha, se contabilizan veinticinco películas oficiales de James Bond y tres no oficiales (sumando la adaptación para la televisión de la que hablamos antes). Las dos apócrifas son Casino Royale (1967), comedia satírica con David Niven en el papel protagónico y un reparto lleno de estrellas que incluía a Peter Sellers, Orson Welles y Woody Allen entre otros. La trama consistía en que alguien mataba a todos los espías de todos los servicios secretos del mundo y los sobrevivientes acudían al jubilado Sir James Bond para que los ayude. El agente descubría que todo era un complot tramado por su sobrino Jimmy Bond, acomplejado por la fama de su tío. La otra es Nunca digas Nunca Jamás (1983), con un Sean Connery con peluquín que se enfrentaba a la organización SPECTRA que conseguía dos misiles nucleares y chantajeaba al Gobierno. Supuestamente este film era una remake de Operación Trueno (1965) y fue la última aparición de Connery como el agente secreto.

En total seis actores se pusieron en la piel de 007: Sean Connery en las cinco primeras, después reemplazado por George Lazenby en Al Servicio Secreto de su Majestad (1969), y de vuelta al escocés. Le siguió a Connery Roger Moore con siete films de corrido (tiene el récord), sucedido en 1987 por Timothy Dalton con dos películas. Luego llegó la era Pierce Brosnan con cuatro, hasta llegar a Daniel Craig que ya tiene cuatro, y habría firmado para hacer una más. Quince fueron los directores que se pusieron detrás de cámaras, con John Glen con cinco en su haber (desde Sólo Para sus Ojos hasta 007 Licencia Para Matar). Lo siguen Terence Young y Guy Hamilton con cuatro cada uno. Vale decir que las siete últimas entregas fueron realizadas todas por directores distintos.

Por lo visto James Bond no solo es el agente secreto más conocido, sino también el más longevo, ya que se anuncia una nueva película que saldrá pronto.  Tiene “licencia para matar” y para él “licencia para no morir.”