viernes, 21 de junio de 2019

A 114 años de su nacimiento



Resultado de imagen para jean paul sartre imagenes
MI FILÓSOFO PREFERIDO
Víctor Rey

Estando de visita en la ciudad de Mar del Plata en Argentina, caminaba por sus calles y  encontré el local de La Alianza Francesa.  Me recibieron muy bien y me invitaron a conocer la biblioteca de esta institución. Al contemplar la maravilla de textos que reposaban en los estantes, lo primero que vino a mi mente fue buscar los libros del filósofo Jean Paul Sartre en su lengua original.  Ojeando uno de ellos me percaté que ese mismo día estaba de aniversario de nacimiento.  Sartre había nacido un 21 de junio y si estuviese todavía entre nosotros tendría 113 años. Pasé algunas horas revisando su obra y recordando los primeros textos que leí en la escuela secundaria, donde nuestro profesor de filosofía nos introdujo a su pensamiento.  Luego en la universidad ya en plena dictadura era difícil encontrar algún texto de él, pero nos ingeniábamos para compartir sus libros en forma clandestina.  Un profesor se animó o tuvo la osadía de dictar un curso sobre su pensamiento y el curso se llenó de postulante, fue alta la demanda, el salón de clase se desbordó.  Queríamos respirar un poco de libertad y de existencialismo.
Luego pasé por una época existencialista donde sus libros junto a otros autores me acompañaron en esos tiempos de duda, conjeturas, y reflexiones acerca de la vida, el sentido y la muerte.  Recuerdo que deboraba sus libros en la biblioteca de la Universidad y también pasaba largas jornadas leyéndolo en los parques y plazas de Concepción.
Creo que si alguna persona encarna lo que es un filósofo, este fue Jean Paul Sartre.  Sus lentes, su pipa, su voz pausada lo hacían recordar a Sócrates en esas interminables charlas con jóvenes estudiantes.  No fue perfecto y por supuesto tiene detractores y defensores fanáticos.  Su vida no dejó a nadie indiferente ya sea leyéndolo o a quien lo conoció.
Jean-Paul Sartre tuvo una infancia solitaria. Nació en París en 1905 y quedó huérfano de padre a los seis meses. Fue un niño sin apenas amigos, bajo de estatura, bizco y torpe para el juego físico. Tal como relata en su autobiografía Las Palabras, publicada en 1963, se refugió en la escritura para escapar de un mundo que lo rechazaba.
En 1929 se graduó en la prestigiosa Escuela Normal Superior, donde había conocido a Simone de Beauvoir, su única pareja estable hasta la muerte. Tres años después consiguió una beca para ampliar sus estudios en Berlín, lo que le permitió familiarizarse con la fenomenología de Husserl y el existencialismo de Heidegger. Tras volver a Francia, publicó una serie de ensayos influidos por el pensamiento alemán que apenas tuvieron repercusión, pero la aparición en 1938 de su primera novela, La Náusea, convirtió a Sartre en un autor famoso y respetado.
Reclutado por el ejército francés en 1939, las tropas alemanas lo capturaron en 1940 y no consiguió volver a París hasta el año siguiente, cuando organizó junto a otros intelectuales una célula de la Resistencia. En 1943 publicó su obra filosófica medular, El Ser y la Nada, cuyas ideas principales quedarían recogidas en el panfleto El Existencialismo es un Humanismo, aparecido en 1946.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Sartre abandonó su trabajo como profesor de instituto para dedicarse únicamente a escribir. De esta época es su ambicioso proyecto Los Caminos de la Libertad, una novela en cuatro volúmenes que dejó inconclusa cuando se convenció de que el teatro era un medio más adecuado para la difusión de sus ideas. En 1943 había publicado Las Moscas, considerada como su mejor obra dramática, y en los años siguientes aparecieron A Puerta Cerrada, La Puta Respetuosa, Las Manos Sucias y El Diablo y Dios.
Hasta 1956, cuando los tanques soviéticos ahogan la rebelión de Hungría, fue un ardiente defensor del comunismo sin llegar nunca a militar en ningún partido. Sus objeciones al marxismo quedarían plasmadas en Crítica de la Razón Dialéctica, publicada en 1960, en la que también reconoce el valor innegable de esta doctrina.
Tras rechazar el Premio Nobel en 1964, dedicó más y más tiempo a la militancia callejera, convirtiéndose en un icono de la llamada generación del Mayo 68.
A partir de los años setenta se agravaron su ceguera y sus problemas de salud, dejando al escritor prácticamente imposibilitado. Un tumor pulmonar acabó con su vida un 15 de abril de 1980. Más de 25.000 personas asistieron a su funeral.
Sartre fue el último filósofo.  O sea, un escritor que escribía sobre realidades tenebrosas y misteriosas, burlescas para llenar el vacío, un explorador de lo que a veces se llama “destino”, “dios”, “el diablo” y luego terminar siendo en París el comunista de siempre.
Creo que es conveniente volver a leer a Sartre hoy cuando se ve en el horizonte las amenazas de integrismos y fundamentalismos que vienen del neonazismo, neo stalinismo, islamismo, cristianismo, cientificismo, la tecnología y el neoliberalismo.  Nos puede ayudar mucho volver a las páginas de este filósofo para aprender a ser más tolerantes, respetuosos y humildes.


miércoles, 12 de junio de 2019

George Orwell y 1984


Resultado de imagen para imagenes de la novela 1984
70 años de1984

"-El Hermano Mayor Existe?
-Naturalmente, él existe.  El partido existe.  El Hermano Mayor es la personificación del Partido.
-Existe de la misma manera que yo existo?
-Usted no existe, dice O Brien." (1)

(1) Orwell, "1984", Paris: Gallimard, Coll. Folio, 1983.


Víctor Rey


Ya han pasado más de 30 años de que se cumplió la fecha del libro de Orwell, y 69 años de su publicación creo que tiene más vigencia que nunca, en especial por los grandes cambios que se han producido a nivel mundial en la política, la economía, las comunicaciones, los valores y las creencias.  En estos días he vuelto a encontrar  y a revisar este libro de una vieja edición argentina.  Lo volví a leer ahora, que ya no existe la "Guerra Fría",  en estos tiempos de globalización, neoliberalismo y postmodernidad.  He constatado con asombro que la vigencia que tiene y la importancia de volver a leerlo y estudiarlo, ya que da muchas luces sobre esta nueva época y cultura que nos ha tocado vivir.  Por su magnífico análisis del poder y de las relaciones y dependencias que crea en los individuos 1984 es una de las novelas más inquietantes y atractivas del siglo pasado.

1984  es una novela política de ficción distópica, escrita por George Orwell entre 1947 y 1948 y publicada el 8 de junio de 1949. La novela introdujo los conceptos del omnipresente y vigilante Gran Hermano o Hermano Mayor, de la notoria habitación 101, de la ubicua policía del Pensamiento y de la neolengua, adaptación del idioma inglés en la que se reduce y se transforma el léxico con fines represivos, basándose en el principio de que lo que no forma parte de la lengua, no puede ser pensado.  Muchos analistas detectan paralelismos entre la sociedad actual y el mundo de 1984, sugiriendo que estamos comenzando a vivir en lo que se ha conocido como sociedad orwelliana, una sociedad donde se manipula la información y se practica la vigilancia masiva y la represión política y social. El término «orwelliano» se ha convertido en sinónimo de las sociedades u organizaciones que reproducen actitudes totalitarias y represoras como las representadas en la novela. La novela fue un éxito en términos de ventas y se ha convertido en uno de los más influyentes libros del siglo XX.  Se le considera como una de las obras cumbre de la trilogía de las distopías de principios del siglo XX (también clasificadas como ciencia ficción distópica), junto a la novela de 1932 Un mundo feliz, de Aldous Huxley, y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury (publicada originalmente en 1953).

Corre el año 1948 y la tuberculosis avanza mientras George Orwell escribe un nuevo libro.  Sabe que será el último y quiere que sea el más combativo, el más explícito, el más convincente.  Su última obra describe una sociedad en la que la máquina y el Estado han triunfado sobre el hombre y la mujer individual.

En esas páginas estarán las cosas que le ha tocado vivir.  El colonialismo inglés en la India y Birmania, los medios de comunicación convirtiendo la mentira en verdad y a los amigos en enemigos durante la Guerra Civil Española, las demencias lúcidas del nacismo, el fascismo, el stalinismo.

A los cuarenta y cinco años, está viejo y enfermo.  George Orwell, cuyo nombre original era Eric Blair, nació en un modesto hogar anglosajón en Motihari, India.  El hombre que abandonó su nombre a los treinta años de edad, después de graduarse en Eton y patrullar con uniforme blanco y sombrero cucalón las calles de Rangoon, para emprender una carrera de proletario escritor.  Flaco y alargado, con aire de sacerdote, dos mechones de pelo bailando sobre la frente llena de arrugas.  George Orwell, individualista, agnóstico, maniático de la limpieza, carente de vanidad, eternamente mal vestido, ausente, de ademanes rudos.  Un rebelde más que un revolucionario, siempre consecuente, siempre coherente, siempre decente consigo mismo y con los demás.

No le gustaba el mundo y quiso cambiarlo.  Reclamó contra la deshonestidad y la ola de mentiras en todos sus ensayos y artículos periodísticos, combatió junto a los trotskistas en la Guerra Civil Española y defendió a los anarquistas en "Homenaje a Cataluña" (1938).  En plena Segunda Guerra Mundial denunció los desesperanzadores resultados de la revolución soviética, escribiendo la fábula satírica "Rebelión en la Granja", donde dijo: "Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros".

Terminada la guerra, la paz no llegó.  Orwell advirtió los gérmenes del totalitarismo presentes en todas las sociedades del mundo.  Intuyó que el planeta se dividiría en bloques inexorablemente antagónicos, que la permanente pugna entre esos bloques justificaría todo tipo de atropellos a los derechos humanos, que el poder se concentraría cada vez más, que el mundo podía llegar a convertirse en una dictadura irreversible. Contra eso gritó, escribió y se comprometió.

Su libro "1984" fue publicado siete meses antes de su muerte en Londres en 1949, y constituye más una advertencia que una profecía.  La novela señala un camino que no debemos recorrer.  Y como tal nunca perderá vigencia, mientras existan la humanidad y la tentación del poder.

Este famoso libro escrito por el inglés George Orwell,  es una obra de ficción en la cual el autor se imaginaba el futuro.  Cuando él la escribió al finalizar la Segunda Guerra Mundial, no pensó que iba a transcurrir tan rápido el tiempo.  "1984" era una fecha lejana en la que todo iba a ser posible.  Lo que Orwell hizo fue tomar algunas tendencias de su época y mostrar como se iban a desarrollar en el transcurso del tiempo.

Algunas de estas profecías se han cumplido, otras no.  Como algunas cosas horribles que parecían muy distantes, son ahora cosa de todos los días.  Son parte de la escena mundial que aceptamos con naturalidad.  Es una inquietante interpretación futurista basada en la crítica a los totalitarismos y la opresión del poder situada en 1984 en una sociedad inglesa dominada por un sistema de “colectivismo burocrático” controlada por El Gran Hermano.  Londres 1984: Winston Smith decide sublevarse ante un gobierno totalitario que controla cada uno de los movimientos de sus ciudadanos y castiga incluso a aquellos que delinquen con el pensamiento.  Consciente de las terribles consecuencias que pueden acarrear la disidencia Winston se une a la ambigua Hermandad por mediación del líder O Brien.  Paulatinamente, sin embargo, nuestro protagonista va comprendiendo que ni la Hermandad ni O Brien son lo que aparentan y que la rebelión, al cabo, quizá sea un objetivo inalcanzable.

Quiero nombrar tres elementos del libro “1984” que me parecen importantes y que creo que de alguna manera esas profecías ya se han cumplido:

Primero: Una cosa que Orwell da a conocer con insistencia, es lo referente a la manipulación de la historia.

El Winston Smith, trabajaba en el "Ministerio de la Verdad" y una cosa que tenía que hacer cada día, era revisar la historia, leer los periódicos y libros, para acomodarlo a lo que el partido había dicho en esos días.  Existía un partido que dominaba la sociedad y había que demostrar que la ideología  que estaba escrita en los libros se cumplía en la realidad, y si no era así, había que cambiar la teoría, borrar los discursos, los periódicos y para eso se recurría a las técnicas modernas.  La función del personaje central era la de acomodar la historia a los intereses del partido.  Pero en América Latina hemos visto estos ejemplos con mucha frecuencia.  Una de las cosas que hoy particularmente se está dando en América Latina y en el mundo es justamente la revisión de la historia. Todo grupo que  se encuentra en el poder, no sólo tiene el poder de manejar la historia hacia delante, sino que también hacia el pasado.  En América Latina se está enseñando la historia desde una perspectiva en la cual se da primacía a lo económico por encima de otras áreas de la vida y todo aquello que no tiene trascendencia económica se deja de lado como poco importante.

Segundo: Otra cosa que nos advertía Orwell, es que iba existir una forma de lenguaje ambiguo.  En lo cual lo negro es blanco, la paz es guerra, libertad es esclavitud, ignorancia es fuerza, la verdad es mentira.  Se manipulaba el vocabulario.  Las palabras no significaban lo que significaban originalmente.  En nuestros días asistimos a una situación parecida, en la cual las palabras, verdad, libertad, igualdad, democracia, etc. Se manipulan de acuerdo al gobierno de turno que se encuentra en el poder.

Tercero: Una expresión famosa del libro de Orwell era; "El hermano mayor te está vigilando".  El mundo de pesadilla que imagino Orwell, es un mundo en el cual la vida privada, la interioridad, la vida individual, ya no es posible.  Había todo un sistema de espionaje a través de la electrónica, de manera que las acciones de una persona estaban controladas por el estado, a través de una red de investigación.  El personaje de la novela de Orwell se da cuenta que no puede pensar por su cuenta.  Todo está vigilado.  Por todas partes el "Hermano mayor te está vigilando", por lo tanto debe autocensurarse.  Esta situación hoy es una realidad.  Vemos como las grandes potencias tienen información acerca de todos los países del mundo, a través de satélites y otros mecanismos sofisticados.

En pensador francés, Jacques Ellul, dijo que la propaganda, la publicidad, es un fenómeno característico de nuestra época.  Dijo que la propaganda es una realidad porqué todo estado cualquiera que sea su signo, lo necesita.  Y hoy todas las instituciones utilizan ya sea políticas, religiosas, económicas la propaganda, el marketing, la influencia de los medios de comunicación, para transformar el mensaje solamente en una propaganda.  Esto da que pensar.

Gracias a este libro "1984" no es "1984"... todavía.


miércoles, 5 de junio de 2019

En el segundo año de su partida



Resultado de imagen para francois houtart imagenes

EN MEMORIA DE FRANCOIS HOUTART, EN EL SEGUNDO AÑO DE SU MUERTE

Víctor Rey

Debemos encontrar un nuevo paradigma de vida frente al paradigma de muerte. El paradigma del bien común de la humanidad.” François Houtart
El martes 6 de junio del 2017, falleció en Quito Ecuador, el académico belga François Houtart, teólogo y sociólogo de la liberación de los pueblos a los 92 años. La noticia me  impactó ya que tuve la oportunidad de conocer a este sacerdote católico, sociólogo y teólogo.   Cuando en 1990 me  dieron una beca para estudiar en la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica, algunos amigos lo primero que me dijeron, es que debía contactarme con Francois Houtart.  Y así fue como a los pocos días de estar en Louvain La Neuve me encaminé hacia el Centro Tricontinental (CETRI), donde trabajaba y vivía este sacerdote. Mi intención era que me orientará para iniciar estudios de sociología en dicha universidad.  El recién se había jubilado de profesor y director de la Facultad de Sociología y más que animarme a estudiar sociología me desanimo, ya que me advirtió de los cambios que se habían experimentado en esa escuela.  Así que orienté mis estudios hacia la Comunicación Social.  En los tres años que viví en esa ciudad, asistí a varias clases que el dicto en el CETRI  y muchas veces nos encontramos en las calles y pasillos de la universidad.  Siempre me preguntaba como estaba y también se interesaba sobre Chile, su transición de la dictadura a la democracia y también por los estudiantes chilenos que habían pasado por dicha universidad.  La última vez que lo vi, fue en Bogotá en la casa de una amiga.  Fue una grata sorpresa ya que esta amiga nos invitó a desayunar a varios chilenos que estábamos participando de un congreso en esa ciudad y para mí fue una sorpresa grata volver a encontrarme con Francois Houtart.  La mañana se nos hizo corta en esa grata conversación.  Por supuesto me regalo su último libro sobre la creación de un nuevo paradigma del bien común, que ahora volveré a leer con renovado interés.

Nació en Bruselas en 1925.  Fue ordenado sacerdote en 1949.  Licenciado y Doctor en Sociología por la Universidad de Lovaina, la misma donde estudió el ex presidente del Ecuador, Rafael Correa.  Tempranamente surgió como una de las voces para la renovación de la Iglesia.  Para la preparación del Concilio Vaticano II, el presidente de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM), Dom Helder Cámara, le encomienda sistematizar la propuesta de la Iglesia de América Latina para presentarla en l apertura del Concilio.

Su voz ha acompañado las luchas de los pueblos desde la década de los 50 del siglo pasado.  Ninguna lucha le era extraña.  En una misma semana podía estar en Vietnam, en reuniones con el Partido de Gobierno, y luego en Siria, para buscar acuerdos de paz.  Luego en América Latina podía pasar por las mesas de negociación de las FARC, hablar con el Partido de los Trabajadores sobre la crisis en Brasil. Una conferencia en Argentina, un curso en la Escuela de Formación los Sin Tierra, una reunión en La Habana.  Trotamundo incansable en búsqueda de la palabra, de las semillas de los de abajo, desde el Sur, portador de la palabra de esperanza desde la ciencia, la reflexión, la teología.

El Ecuador tuvo el privilegio de ser elegido como el hogar de residencia de Francois Houtart en estos últimos años.  La Fundación Pueblo Indio, fundada por Monseñor Leonidas Proaño, fue su nueva casa.  Profesor del Instituto de Altos Estudios (IAEN), docente de la Maestría de Sociología Política de la Universidad Central.  Cuando estaba en el país, todos los mièrcoles se reunía con el Grupo de Pensamiento Alternativo, para informar sus periplos por el mundo, analizar la situación del Ecuador y de América Latina, programar las nuevas solidaridades y debatir sobre las alternativas.

Uno de los últimos actos de su vida comprometida fue la participación en el Taller de Pukahuaiko, la sede de la tumba de Monseñor Proaño, para acordar el nuevo Mandato de la Vida, junto a los pueblos y comunidades indígenas, las comunidades cristianas de base, las organizaciones sociales.  La víspera de su muerte, organizó el Acto de solidaridad con el pueblo Tamil de Sri Lanka, para pedir que el Gobierno ecuatoriano, como presidente de turno del Grupo de los 77, plantee una investigación internacional sobre el genocidio del siglo XXI.
Fundó con Samir Amin el Centro Tricontinental (CETRI), la revista “Alternatives du Sud” y el Foro Mundial de Alternativas, como tribunas de pensamiento sobre las luchas y las alternativas en el Tercer Mundo. 

En el 2009, como asesor del Presidente de la ONU, Miguel D;Scoto, inició el trabajo sobre un nuevo paradigma civilizatorio, el Bien Común de la Humanidad, que es un legado teórico-plítico más importante, en el que trabajó el final de su vida.

Escritor incansable.  Publicó alrededor de 70 libros, un promedio uno anual, además de artículos, ponencias.  Casi imposible saber cómo lo hacía.  Los títulos muestran el recorrido de su pensamiento: El cambio social en América Latina (1964), Iglesia y Revolución,  Religión e Ideología en Sri Lanka.  Religión y Desarrollo en Asia (1976).  Sociología de la religión (1992), El otro Davos (1999), Haití y la mundialización de la cultura (2000), Desligitimizar el Capitalismo,  Reconstruir la Esperanza (2005), La Etica de la incertidumbre en las ciencias sociales (2006), Africa codiciada.  El desafío pendiente (2007), De los bienes comunes al bien común de la humanidad (2012), El camino a la Utopía y el bien común de la humanidad (2014), El camino a la utopía desde un mundo de incertidumbre (2015).  Acompañó el proceso de los Gobiernos “progresistas”, entre el apoyo vigilante y la crítica serena.  Una característica de su pensamiento fue la crítica con la presentación de alternativas.  En los últimos dos años la pregunta era sobre el “cierre del ciclo” en América Latina, la crisis y decadencia del capitalismo, y la necesidad de abrir nuevas alternativas.  Terminó de escribir el segundo tomo de sus Memorias, que será publicado póstumamente.  Allí podremos ver el camino recorrido, sus dudas y esperanzas, su mensaje sobre la comunidad universal, libre y justa, que soñó. 

Hoy quiero rendir este homenaje a su memoria y de alguna manera recoger su legado.