viernes, 26 de julio de 2019

Los 81 años de Superman


81AÑOS DE SUPERMAN, EL HEROE DE TODOS LOS HEROES.
Víctor Rey

Superman fue uno de mis primeros héroes en esos tiempos en los cuales todavía la televisión no era parate de la vida cotidiana. Estaba atento todas las semanas cuando aparecía la revista en los kioskos de períodicos y revistas. Nos deleitabamos de sus portadas e imaginabamos las aventuras. Luego alguno de los amigos podía comprar la revista y la leiamos y la volviamos a leer imaginando que volabamos y luchabamos contra la injusticia defendiendo la paz y la justiacia. Sus aventuras eran el tema de conversación en los recreos. Luego vienieron otros héroes de papel como El Llanero Solitario, Tarzán, Batman, etc. Con su traje azul, capa roja y unos músculos sobrehumanos, Superman estrellaba un coche verde contra un acantilado en aquella primera edición de "Action Comics", de la que este año se cumplieron 79 años. Había nacido el primer superhéroe de la historia del cómic.

Diez centavos costaba en 1938 el cuadernillo de 64 páginas, un precio que entonces equivalía al de una barra de pan o cuatro litros de gasolina. En 2011, tras más de siete décadas de historia, un ejemplar de esta primera edición se subastó por más de dos millones de dólares.

En realidad, Superman no estaba destinado a ser un superhéroe, sino más bien un supervillano. Sus creadores, Jerry Siegel y Joe Shuster, se conocieron en la escuela en Ohio e idearon juntos el musculoso personaje enfundado en un ajustado traje azul.

Al parecer, la muerte del padre de Siegel durante un robo marcó el punto de inflexión, y Superman pasó a ser un superhéroe bueno con superpoderes: velocidad y fuerza extremas, invulnerabilidad, oído privilegiado, vista telescópica y microscópica y por supuesto, la capacidad de volar.

Siegel y Shuster diseñaron una completa biografía para su "hombre de acero". Nació con el nombre de Kal-El en Krypton, llegó a la Tierra lanzado por su padre -un científico- en un cohete espacial para protegerlo de la inminente destrucción del planeta. Superman aterrizó por casualidad en Kansas, donde fue adoptado por un matrimonio sin hijos que lo crió como Clark Kent.

Más tarde, Clark empezaría a trabajar como reportero en el diario local, mientras compagina su tarea con la de Superhéroe allá donde haya crímenes o injusticias.

Tras muchos rechazos, una editorial accedió a publicar la primera historia de Superman en la colección "Action Comics #1" con una edición de 200.000 ejemplares. Y muy pronto, aquel primer cuadernillo se convirtió en un éxito de ventas, tras el que vendrían cómics dedicados sólo a Superman, películas de Hollywood y series de televisión.

Superman se convirtió en un icono estadounidense mientras el mercado del cómic clásico se iba desmoronando. Shuster y Siegel murieron en los años 90, tras décadas de campañas en los tribunales por los derechos del superhéroe. El año pasado, sus sucesores convirtieron en bloguero al reportero Clark, en un intento de adaptarlo al espíritu de los tiempos y atraer lectores.

Aún hoy sigue sin conocerse a quién tenían en mente Siegel y Shuster cuando idearon a Superman. Según contó a "The New York Times", Larry Tye, autor de un libro sobre el padre de todos los superhéroes, héroes clásicos como Hércules y Sansón habrían tenido su influencia.

Además, también se conservan .algunos bocetos realizados por Shuster, encargado sobre todo del dibujo, de un hombre que encontró por la calle y cuyo rostro utilizó como modelo para el personaje. Al parecer, incluso él mismo se puso frente al espejo para crear a Clark Kent y Superman.
En estos días se han organizado diversas actividades para conmemorar este hecho de las historietas o comics. Exposiciones, películas, charlas, etc. Para los que tuvimos la exeriencia de vivir ese mundo de las revistas y cuadernillos será un festín volver a esos tiempos. Para los niños de hoy será descubrir ese mundo que ya se fue y que a sus padres los hizo vivir momentos inolvidables.

martes, 23 de julio de 2019

En el tercer año de su partida


El futurólogo Alvin Toffler

Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender.” (Alvin Toffler)

Víctor Rey

El lunes 27 de junio del 2016 a los 87 años falleció el escritor norteamericano Alvin Toffler. Inmediatamente vino a mi mente su libro “El Shock del Futuro”, que leímos y discutimos con algunos amigos en los patios de la Universidad de Concepción en los años 70, cuando estudiábamos filosofía. Para ese tiempo tan ideologizado nos parecían exageradas algunas de sus predicciones. Nos parecía que era más ciencia ficción que una posible realidad. En los años 90 cuando vivía en Ecuador volvieron a caer en mis manos su trilogía ahora incluía “La Tercera Ola” y “El Cambio del Poder”. Estos libros los encontré de ocasión en una librería de libros usados. A partir del nuevo milenio, me he dado cuenta que las predicciones de Toffler han tenido una capacidad de asertividad increíble. Sus textos me han ayudado mucho para entender el cambio cultural que estamos viviendo.

Alvin Toffler se hizo conocido a partir de la publicación en 1970 de su ensayo “El Shock" del Futuro” que se convertiría en un auténtico bestseller. A este libro le seguirá 10 años después --1980—“La Tercera Ola”, desarrollo y profundización de sus tesis centrales, y 20 años más tarde --1990—“El cambio del Poder”. Estos tres ensayos configuran en opinión de Toffler una «trilogía» que recoge lo central de su pensamiento. Después de su trilogía ha publicado --firmando esta vez con su esposa Heidi, quien ha sido siempre su estrecha colaboradora--: “Las guerras del futuro” --1993-- y “Creating a new civilization”, 1995.

La preocupación por los temas sociales y el cambio nació desde muy joven en Toffler. De origen judío, luego de concluidos sus estudios de universitarios de filosofía y letras se doctoró en sociología y quiso hacer --en compañía de su esposa Heidi-- una experiencia como obrero industrial durante cinco años. En aquella época se interesó en la política y asumió la ideología marxista.

Hablando de esos tiempos de su vida dice Toffler: «Finalmente, era un activista político. A finales de la década de los cuarenta, había viajado al Sur para luchar en pro de los derechos civiles. Había participado en manifestaciones y descubierto el marxismo, el cual contempla las fábricas como el centro exacto del universo. Por tanto, el ir a la industria" también constituía una posibilidad de ayudar a organizar a los obreros. Todo esto resultaba embriagador”.



Entre las revistas en las que escribió se debe mencionar la publicación Fortune, de la que se convertiría en columnista de temas laborales. En 1961 dejará esta revista y se convertirá en colaborador libre de diversas publicaciones y, con el tiempo, en conferencista itinerante.

En 1964 publicó el ensayo “Los consumidores de cultura”, que, en sus propias palabras, constituyó un análisis de la economía de las artes en Estados Unidos y un ataque al elitismo cultural.

“El shock del Futuro” produjo un cambio radical en la vida de Toffler. El libro alcanzó un éxito de ventas inesperado que convirtió a su autor en toda una personalidad. Incluso se hizo una película, animada por el conocido actor inglés Orson Wells, a partir del ensayo.

Para ese momento, según dice Toffler, habría dejado atrás, en lo fundamental, su adhesión al marxismo. En la actualidad se refiere a él como una expresión de la revolución industrial en total crisis y, como tal, anticuado, insuficiente e inadecuado para comprender el mundo de la alta tecnología, es decir el mundo del futuro. Sus criterios de juicio adquirirán curiosos matices y perspectivas propias. Su interés se centrará en el tema del futuro y el proceso de cambio por el que está pasando la humanidad.

El tema central de la reflexión de Alvin Toffler es el cambio. Los tres ensayos que conforman lo que ha llamado su trilogía abordan desde diversas perspectivas este proceso que el autor considera muy profundo.

«El Shock" del Futuro” --afirma Toffler-- contempla el proceso del cambio: la forma en que éste afecta a las personas y a las organizaciones. “La tercera ola” se centra en las orientaciones de ese cambio: adónde nos están llevando los cambios de hoy. “El cambio del poder” aborda el control de los cambios que han de sobrevenir: quién les dará forma, y cómo.

Su argumento central es que la humanidad se encuentra frente a un cambio social muy profundo. El ser humano tiene ante sí un futuro que se viene aceleradamente y para el cual ni sus instituciones, ni él mismo se encuentran suficientemente preparados.

En las páginas de El "shock" del futuro trata de explorar sistemáticamente los efectos de la aceleración del cambio que está afectando a la humanidad de finales del segundo milenio.

El problema principal sobre el que se detiene no es sólo el proceso de cambio en sí mismo, sino la aceleración de este cambio que lo hace desestructurante y de difícil asimilación para el ser humano.

Por eso se refiere a la llegada del futuro como un shock: «Este shock --afirma-- es la desorientación vertiginosa producida por la llegada prematura del futuro. Y puede ser la enfermedad más grave del mañana» . Ve este shock como una «nueva enfermedad psicológica, turbadora y virulenta» . Los efectos del shock son múltiples y aquejan de diversas maneras la vida del ser humano. Toffler cree descubrir tres efectos principales que afectan seriamente al hombre: la transitoriedad, la novedad, y la diversidad. Su ensayo “El shock del futuro” está articulado principalmente a partir de estos tres elementos.

En La tercera ola Toffler se fija en las direcciones y consecuencias del proceso de cambio. La tesis central del ensayo es que la humanidad se encuentra ante una suerte de transición crítica hacia una nueva forma de civilización que, no obstante ser de incierto desenlace final, ofrece un potencial lleno de esperanza.

Llama a esta crisis la tercera ola en función de que ha habido antes otras crisis --otras olas en su lenguaje-- que trajeron transformaciones profundas de la vida social.

La primera ola fue producida por el descubrimiento de la agricultura hace diez mil años y propició la revolución agrícola. La segunda ola se generó por la revolución industrial iniciada hace unos trescientos años.

Esta segunda ola habría entrado en una fase de crisis muy seria en el presente siglo, percibiéndose sus primeros síntomas, según Toffler, a mediados de la década de los cincuenta --cuando los obreros norteamericanos se vieron superados en número por los trabajadores del conocimiento y los servicios--.

La tercera ola estaría siendo generada por el fracaso del industrialismo y por la aparición de la revolución tecnológica --Toffler habla de un salto "cualitativo" en el conocimiento--. Las consecuencias de esta ola afectarán seriamente la vida de los seres humanos, en aspectos como lo económico, lo político, incluso la misma vida familiar. Se trata, según cree, de «la muerte del industrialismo y el nacimiento de una nueva civilización; civilización que es «al mismo tiempo, altamente tecnológica y antiindustrial».

Es un proceso que tiene características revolucionarias --por la profundidad y radicalidad de los cambios en la vida del ser humano-- y globalizantes --porque se difunde a nivel planetario--. En palabras de Toffler «lo que ahora está sucediendo es, ni más ni menos, una auténtica revolución global, un salto cuántico en la Historia».

En el libro “El cambio del Poder” aplica sus hipótesis sobre el proceso de cambio de la sociedad al control del poder y las tensiones que se generan alrededor del asunto.

En palabras suyas, este tercer ensayo de su trilogía «se centra en el papel --profundamente modificado-- del conocimiento en relación con el poder. Presenta una nueva teoría del poder social, y examina los cambios que se avecinan en los negocios, la economía, la política y los asuntos mundiales».

A partir de sus hipótesis respecto de la llegada de la tercera ola, Toffler considera que estaría naciendo un nuevo sistema de poder que sustituiría al del pasado industrial. Esto traería una lucha por el poder «que se entablará en todas y cada una de las instituciones humanas», empezando por el mundo empresarial, los Estados, el mercado, los medios de comunicación, incluso la familia y la Iglesia. El punto central para él es quién tendrá el «control del conocimiento», pieza esencial de la civilización del futuro.