HOMBRE DEL NOMBRE DE LA ROSA
Víctor
Rey
La novela comienza una hermosa mañana de finales de noviembre del año
1327 cuando Fray Guillermo de Baskerville, un monje franciscano y antiguo
inquisidor, y su inseparable discípulo el novicio Adso de Melk, que es quien
relata la historia, acuden a una abadía benedictina situada en el norte de la
península italiana para intentar esclarecer la muerte del joven miniaturista
Adelmo da Otranto. Durante su estancia en la abadía van desapareciendo
misteriosamente más monjes, a quienes encuentran muertos al poco tiempo.
Lentamente y gracias a la información aportada por algunos monjes, Guillermo va
esclareciendo los hechos. El móvil de los crímenes parecen ser unos antiguos
tratados sobre la licitud de la risa que se encuentran en la biblioteca del
complejo, de la cual se dice que es la mayor del mundo cristiano. ¿Quién es el
asesino? ¿Qué hicieron sus víctimas para morir asesinadas? Nadie lo sabe.
Tras múltiples ensayos y teorías, Umberto Eco publicó en Italia en el
año 1980 su primera novela: “El nombre de la rosa”. Es una
combinación de la crónica medieval y la novela policiaca con una reconstrucción
sorprendente de la época, que no sólo se centra en la forma de vida de los
monjes de una abadía benedictina, sino que también lo hace en la ideología y
forma de pensar y sentir del siglo XIV. La teología y el misterio se funden en
una sola novela, complementándose mutuamente y dando una sensación de realidad
que pocas novelas consiguen producir. Aunque el manuscrito de Adso de Melk
(sobre el cual el autor habla en el prólogo diciendo que fue su fuente de
inspiración) sólo fuesen las invenciones de un monje, no me importaría porque
para mí seguiría siendo una crónica tan verídica como las de los historiadores
de aquel tiempo, que pone a mi alcance una visión clara de una época tan
conflictiva como fue aquélla.
Tiene pasajes excepcionales, magníficos, y hay que reconocer que también
tiene algunos que son un poco pesados. Ése en el que Guillermo y Adso consiguen
entrar en la biblioteca es a mi juicio en mejor de toda la novela; describe con
una exactitud sorprendente la situación de los libros y salas en ese laberinto
según su tema y siguiendo el orden de colocación de las tierras conocidas hasta
ese momento por el hombre según su posición en el globo.
Creo que es una de esas novelas de lectura obligada y que todo el mundo
debería leer por lo menos una vez en la vida. También hay gente que dice es muy
pesada y difícil de entender, pero a mí no me lo parece en absoluto y, es más,
pienso que no hace falta tener grandes conocimientos históricos para leerla y
que cualquiera puede hacerlo sin tener que pararse a pensar si es un libro
adecuado o no a su edad. Tan sólo tiene que disfrutar de una trama apasionante
y llena de intrigas y misterios que no hace más que sorprenderte en cada
momento, incluso en el final, ya que el asesino es el menos sospechoso.
Y, en fin, como dice la última frase: Stat rosa prístina nomine,
nomina nuda tenemos.