sábado, 13 de abril de 2013


Una espiritualidad desde abajo. Por Anselm Grün y Meinrad Dufner.

 


Una espiritualidad desde abajo. El diálogo con Dios desde el fondo de la persona.
Por: Anselm Grün y Meinrad Dufner.












PUNTOS CLAVE:
Los que inician un camino espiritual pueden hacerlo de dos maneras diferentes: fijando la mirada en el ideal y aplicándose con todas las fuerzas a conseguirlo, o trabajando por construir el edificio del espíritu desde la realidad de cada uno. Cuando tomamos el primer camino, solemos prescindir de la realidad y podemos convertirnos en sujetos atormentados y divididos interiormente. Sin embargo, en la espiritualidad desde abajo tratamos de abrirnos a las relaciones personales con Dios en el punto en que se agotan y cierran las posibilidades humanas. Entonces, la auténtica oración brota de las profundidades de nuestras miserias y no de las cumbres de nuestras virtudes.

CONTENIDOS:
1/ Espiritualidad desde arriba.
2/ Justificación de una espiritualidad desde abajo.
3/ Desarrollo de una espiritualidad desde abajo.
4/ Humildad y humor, rasgos esenciales de la existencia humana.

DATOS DEL AUTOR:

ANSELM GRÜN, benedictino, maestro espiritual y psicólogo, es autor de numerosos libros, de los que se han publicado seis en esta misma colección; en todos ellos resalta su agudeza psicológica y su amplio conocimiento experiencial de la vida de oración y de los numerosos orantes a los que acompaña en su aventura espiritual.




"La espiritualidad desde abajo es un concepto nuevo para hablar de la vía de la humildad tal y como describieron esta virtud los antiguos monjes.
...La humildad es el camino de descenso a la tierra, humus, a nuestra terrenalidad. La familiaridad con este concepto de lo terrenal nos introduce también en el concepto de humor que nos da un aspecto esencial de la humildad: su serenidad, su sentido del humor en el tratamiento de la propia realidad y del mundo. Pero la humildad es también descripción del camino del fracaso, del camino hacia el punto cero en el la vida parece desarticularse cuando en realidad es allí donde adquiere cohesión en su apertura a Dios. Si lográramos llegar a aceptar que el camino de la humildad es el camino hacia Dios, ya no perderíamos el tiempo combatiendo contra nuestra naturaleza y renunciaríamos a los inútiles esfuerzos por reformarnos.
... Una espiritualidad inspirada en los motivos de humildad lleva a la madurez de una personalidad que no se complace en hacerse artificialmente pequeña ni se comporta como quien pide disculpas por haber venido al mundo. La humildad lleva al conocimiento de la realidad interior, al estado de serenidad , a la interpretación de las cosas con sentido del humor. Y el humor hace presente que todo es posible en nosotros porque estamos formados de barro de la tierra y, por lo tanto, nunca debemos hacer ascos de nada terrenal.

... En el humor se supera y domina espiritualmente una situación adversa porque por una parte se reconcilia uno con ella y por otra la supera y relativiza desde el punto de vista de Dios.

... El Nuevo Testamento entiende la humildad como una conducta no sólo ante Dios sino también frente a los hombres. Por lo tanto, la humildad se relaciona íntimamente con otras virtudes como la mansedumbre, la amabilidad, la magnanimidad. "Revestíos de ternura entrañable, de agrado, de humildad, sencillez y tolerancia" (Col 3, 12). Con esto cinco conceptos describe Pablo la conducta de Dios con los hombres y la conducta del hombre nuevo redimido por Cristo. El humilde nunca desprecia a su hermano o hermana porque ve a Cristo en ellos. Por eso pertenece a la humildad el concepto de respeto ante el misterio del prójimo y la magnanimidad o grandeza de corazón, en el que siempre hay espacio para el otro. El que se ha encontrado con su humanidad ya no encuentra nada humano que le resulte extraño. Está reconciliado con todo lo humano que pueda encontrar, por ejemplo, en los débiles y enfermos, en los imperfectos y resentidos. Todo lo contempla a través del prisma misericordioso de Dios y con la mirada compasiva de Jesús

... No es posible ascender al cielo sin descender a las profundidades de la tierra, al humus, a la terrenalidad, a las zonas en sombas del inconsciente, a nuestra debilidad humana. Lo paradójico de la ascensión espiritual descrita por Benito al comienzo del capítulo sobre la humildad, es la paradoja de todo método de espiritualidad. Para subir a Dios hay que bajar al fondo de sí mismo. Este es el camino de la libertad, del amor, de la humildad, de la mansedumbre y misericordia, el camino de Jesús y nuestro camino.
El objetivo de la humildad es conseguir el amor que echa fuera todo temor. El hecho de haber descendido en humildad al infierno del corazón contrito nos libra del temor al infierno eterno.

... En la mitad de la vida, a más tardar, es necesario orientarse por el antipolo y practicar la espiritualidad desde abajo. Ahora necesitan armarse de valor para oír serenamente y seguir con decisión la voz de Dios hecha lenguaje en su corazón a manera de pasiones, sentimientos, sueños, lenguaje pluriforme del cuerpo. Ahora es cuando necesitan rasgar el corsé asfixiante en el que se habían encorsetado para permitir que aparezca en toda su belleza la imagen que de ellos quiere Dios."

Anselm Grun y Meinrad Dufner.
"Una espiritualidad desde abajo. El diálogo con Dios desde el fondo de la persona
 

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