sábado, 6 de abril de 2013


¿Qué es el Judaísmo?
por Rabino    Esteban Veghazi (z"l)

A) HISTORIA
Por judaísmo se entiende el conjunto de la civilización, y tradición religiosas, culturales y jurídicas del pueblo judío, tal como se desarrollaron y trasmitieron desde los comienzos de los tiempos bíblicos hasta el presente. Como tal, no es un ente monolítico. Comprende muchos diferentes períodos históricos, así como muchas distintas aproximaciones a las preguntas fundamentales referentes a Dios, al hombre y al mundo. Aún así, todos estos «Judaísmos» están ligados por el hilo común de la continuidad de la tradición y el destino histórico colectivo de los Hijos de Israel.
EL PERIODO BÍBLICO
La historia del judaísmo se inicia a principios del segundo milenio antes de la era común (a.e.c.) en Mesopotamia. Allí, a causa de la destrucción de la ciudad de Caldea de Ur y de otras circunstancias externas, se daba un gran desplazamiento de población. Entre las muchas familias que migraban con dirección norte hacia Asiria se hallaba una cuyo destino la llevaría al descubrimiento de que existe un solo Dios. Esta familia, conforme a los relatos bíblicos, estaba encabezada por Abraham y Sara. Más tarde migraron a las tierra de Canaán y fue allí donde se desarrollaron sus ideas monoteístas.
Nuevas circunstancias empujaron a muchos semitas occidentales a Egipto, con la conclusión de algunos miembros de la familia patriarcal. Allí la experiencia de la esclavitud y la redención definió al pueblo judío y a su futura fe. Al abandonar Egipto hacia el año 1250 a.e.c. aproximadamente, en medio de eventos cataclísmicos (el Éxodo), los hijos de Israel experimentaron en el Sinaí un despertar religioso y nacional, el que describieron como Revelación Divina. Bajo la guía de su maestro Moisés llegaron a aceptar lo que consideraron la Ley de Dios. La Tora se transformaría en la guía directora de toda la historia judía subsiguiente.
De estas experiencias en el Sinaí, junto con la percepción judía de la Revelación de Dios, surgió la Tora. La Tora, mejor conocida como los Cinco Libros de Moisés o Pentateuco es, según la tradición judía, el resultado de la Revelación Divina directamente a Moisés y a través de él, a la totalidad del pueblo judío y para el mundo entero. Los estudios modernos han cuestionado la validez de esta afirmación, basándose en su propio análisis literario de la Tora. Su teoría es que la Tora fue redactada o editada a partir de varios documentos, cada uno siendo el producto de grupos o autores distintos, en épocas diferentes. De cualquier manera hasta los tiempos modernos, tales tópicos no afectaron en modo alguno el desarrollo del judaísmo. Para los Rabinos del Talmud y para sus sucesores en la Edad Media y moderna, la creencia en la santidad y la revelación de la Tora eran un axioma.
A comienzos del siglo XII (a.e.c.) Israel ocupó la tierra de Canaán, que conquistaron lentamente. Allí encontraron a algunos miembros de su clan que nunca habían abandonado esta tierra, y juntos empezaron a forjar una nueva sociedad. La base ideal de esta sociedad fueron las tradiciones que los israelitas habían recibido en el Sinaí, pero de hecho la realidad fue muy distinta. Por todas partes se sentía la influencia de los cananitas, y pasaron muchos años antes que los israelitas pudieran liberar de esta influencia a su pueblo. (El Rey Salomón quien reino entre 970 y 930 a.e.c.) había construido el Templo de Jerusalem. Los reyes que lo sucedieron hicieron ilegal el culto en los santuarios esparcidos por el país y centralizaron el culto en el Templo.
El reino de Salomón se dividió a su muerte en dos pequeños Estados, Judea en el sur e Israel en el norte. Este último se sintió atraído con mucha mayor fuerza por las influencias paganas circundantes. El norte fue destruido por Asiria en el 722 (a.e.c.) y el sur junto con el Templo de Jerusalem, por los babilonios en el 586 (a.e.c.).
Estos sucesos fueron de importancia capital dentro de la historia del judaísmo. Por una parte, el Templo debía ser reemplazado, aunque fuera de modo temporal. Existen evidencias que se había desarrollado una nueva clase de culto en el exilio, sin presentar sacrificios en el Templo. Asimismo, por primera vez, había un gran porcentaje de la población judía fuera de la tierra de Israel. La Diáspora había nacido y el judaísmo comenzó a ser una religión mundial.

EL HELENISMO Y LA PLURALIDAD JUDIA
Al retomar algunos judíos a Judea durante el gobierno persa 538 (a.e.c.) se reconstruyó el Templo y se inició la Segunda Mancomunidad. Durante este período, los sabios judíos desarrollaron un método de interpretación llamado Midrash, por el cual se interpretaba un verso bíblico a la luz del otro. Esta forma de exégesis, tanto como las tradiciones legales que entonces se desarrollaron en base a la Tora, servirían como base al judaísmo post-bíblico.
La influencia griega sobre la Tierra de Israel y sobre los judíos había aumentado lentamente desde el siglo IV (a.e.c.). Con la llegada de Alejandro El Grande en el 334 (a.e.c.) esta influencia se incrementó enormemente en Judea, y los judíos comenzaban a sentir sus efectos en las esferas religiosas y culturales, mientras que antes sólo había afectado a la economía. A comienzos del siglo II (a.e.c.), algunos judíos que deseaban asimilarse al mundo helenista y obtener las ventajas políticas, sociales y económicas que aquel conllevaba, trataron de reorganizar a Judea según los planteamientos de una Polis (ciudad – Estado) helénica y de convertir el Templo en un santuario más de los dioses del Pantheón griego. Una familia de sacerdotes conocidos como los Macabeos o Hashmonitas, sin embargo se opuso y junto con sus seguidores iniciaron una revuelta victoriosa que duró del 168 al 165 (a.e.c.). Los Seleucidas, sucesores de Alejandro, gobernantes de Siria, se solidarizaron con sus aliados pro-helénicos y declararon ilegal la práctica del judaísmo, pero los Macabeos restablecieron el culto judío en el Templo, y esta victoria se conmemora actualmente en la festividad de Januka.
El desenlace final del aspecto político de esta lucha se alcanzó en el 153 (a.e.c.) al necesitar los seleucidas la ayuda militar de Jonatan el Hashmonita. A cambio de dicha ayuda, estaban dispuestos a conceder la independencia a Judea (141 a.e.c.) Ahora los reyes – sacerdotes hashmoneos eran reconocidos de modo oficial. El helenismo, al menos en su forma extrema, había sido rechazado por el pueblo de Israel, que a cambio escogió mantener su propio carácter espiritual y su tradición nacional y religiosa.
El período hashmoneo trajo también muchos cambios religiosos. A partir de esta época se conoce un pluralismo espiritual. Estaban los fariseos que eran los antecesores-espirituales de los Rabinos del Talmud., los saduceos, que conformaban el grupo del sacerdocio y la aristocracia, y otros grupos como los esenios, la secta de los «Ro¬llos del Mar Muerto», quienes rechazaban tanto los valores religiosos como económicos de la sociedad de Jerusalem. La existencia de tantos grupos distintos permitió la evolución de distintas aproximaciones al judaísmo. Aunque cada grupo se veía a si mismo como poseedor del «verdadero» camino, en realidad la decisión final sería dada por el devenir histórico.
Desde 63 a.e.c. Palestina estaba bajo la influencia y control de Roma y luego se transformó en un vasallaje, perdiendo su autonomía política.
Esta es la época de nacimiento de Jesús y el comienzo de la formación del cristianismo.
Hacia el final de la Gran Revuelta del 67 al 70 (E.C.), los romanos destruyeron el Templo y asimismo gran parte del país. Los saduceos perdieron su plataforma de poder al ser arrasado el Templo: grupos como los esenios o la secta del Mar Muerto fueron aniquilados físicamente o como resultado del gran desencanto espiritual causado por el fracaso de la revuelta, no pudieron continuar sus prédicas. Sólo los fariseos permanecieron como grupo capaz de sobrevivir. Los sabios fariseos fueron escogidos por los romanos para administrar los asuntos internos y religiosos de los judíos. Esto decidió la consolidación del judaísmo post-bíblico.
Sin embargo algunas tendencias que podían ser observadas dentro de los grupos sectarios, tales como las sectas apocalípticas extremas, no desaparecerían. En gran parte, la ideología sectaria iba a jugar su papel en el desarrollo de la naciente cristiandad, la que hacía gran énfasis en la cercanía del ideal mesiánico y en su cumplimiento. Aún así, hay que enfatizar que estos grupos no deben ser considerados los predecesores del cristianismo puesto que conservaron interpretaciones de la Ley aún más estrictas y más literales que aquellas encontradas entre los fariseos y sus descendientes rabínicos.
La tradición farisea estaba ya bastante extendida durante el período previo a la destrucción, aunque es aún discutible su número. En el tiempo de la conquista de Judea por los romanos en el 63 (a.e.c.) los principios de los que hemos llegado a llamar tradición Mishnaica se podía observar entre los fariseos. En realidad, los fariseos ya constituían un grupo intelectual definible que más tarde sería llamado TANAIM, palabra que designa a los transmisores de la tradición de la Mishna.
Los primeros sabios fariseos habían participado en un Concilio de dirigentes judíos, junto con otros grupos (fabne 71e.c.), y estaban bastante involucrados en los tópicos políticos de su tiempo. En la época de la conquista romana y poco después, bajo el liderazgo de los sabios Hilel y Shamai, el fariseismo se presentaba a si mismo cada vez más como un movimiento religioso e intelectual. Los tanaim tomaron la conducción del estudio y la enseñanza de lo que los rabinos posteriores llamaron el Talmud o Ley Oral. Esta casi segunda Tora, consistía en la Ley judía (HALAJA, o el modo de vida) y saber (AGGADA, tradiciones y leyendas narradas). Al desarrollar estas enseñanzas, los tanaim echaron los cimientos para las grandes colecciones de tradiciones que se redactarían más tarde.
Fue hacia esta época que algunos de las fuerzas mesiánicas y apocalípticas que se habían estado gestando dentro de las sectas, emergieron en Judea en la forma de la primera cristiandad. En sus etapas iniciales, la Cristiandad era una forma de judaísmo. Hacia comienzos del siglo II y con la decisión de la Iglesia naciente de liberarse de las obligaciones de la Ley (Halajá), cesó la cristiandad de ser una forma de judaísmo.
JUDAISMO RABINICO
Luego de la destrucción del país y de su Templo en 70 (e.c.) los fariseos entraron nuevamente en asuntos políticos. En realidad los romanos confiaron los asuntos internos de la comunidad judía de Palestina en dichos rabinos, lo que produjo durante un tiempo una creciente estabilidad y recuperación económicas. El oficio de Patriarca (Nasi) fue ocupado por una dinastía hereditaria de descendientes de Hillel. Como resultado del discolamiento experimentado por la nación, los tanaim encontraron que era necesario consolidar las tradiciones del período precedente. La liturgia fue fijada, y se recopilaron numerosas leyes y explicaciones en una colección fácil de recordar. Este material se convirtió, eventualmente, en la base de las tradiciones de los tanaim que se encuentran en la Mishna, Guemará Tosefta y Misdrashim. Estos textos, que se hallaban aún en forma oral en esta época, constituyeron la base de las tradiciones posteriores del Talmud Palestino y Babilónico y por lo tanto la base del desarrollo del judaísmo que nos es familiar en nuestros días.
Hacia el 132 (e.c.) las expectativas mesiánicas de los judíos habían sido nuevamente incorporadas al deseo de ser redimidos de la opresión romana. Sin embargo, el resultado final de esta situación, la Revuelta de Bar Kojba, terminó en la derrota y la devastación del país. Pero como una cantidad suficiente de rabinos no apoyaron la revuelta, al terminar ésta los romanos decidieron como una solución práctica dar de nuevo el poder a los Sabios, y así los esfuerzos intelectuales y religiosos de los tanaim pudieron continuar. Hacia el año 200 (e.c.) el material atesorado en la Mishna y organizado por el Rabi Akiva (alrededor del 50-135 e.c.) y por su discípulo el Rabi Meir, estaba listo para su redacción final, bajo la dirección del Rabi Juda el Príncipe.
Al término de la compilación de la Mishna, finalizó el período tanaitico. Entonces en la región de Babilonia, en Mesopotamia, donde había existido una gran comunidad judía desde la destrucción del norte de Israel en el 722 a.C. y en Palestina, grupos de sabios iniciaron el trabajo de explicar las tradiciones de los tanaim, algunas de las cuales estaban siendo incorporadas a la Tosefta y al Midrash Halajico (legal). Los Amoraim (los que explican las Mishna) que fueron los rabinos de este período, además de contribuir al desarrollo gradual de los Talmud Palestino y Babilónico, dejaron mucho material en forma de Midrash explicativo, que fue aparentemente el resultado de las lecciones de la Sinagoga, dadas en la tarde del Sábado. Todos estos textos constituyeron lo que ahora llamamos Literatura Talmúdica o Posbíblica y que forma la base del judaísmo rabínico.
A causa de las persecuciones, aunadas a difíciles condiciones económicas, hacia los principios del siglo IV se compiló el Talmud Palestino sin haber finalizado el comentario rabínico. Al mismo tiempo, el oficio de Patriarca se abolió en Palestina. El Talmud Babilónico se completó a fines del siglo V, pero su interpretación fue continuada por los Saboraim (comentaristas) hasta poco después de la conquista islámica de la Mesopotamia en el 638 (e.c), cuando se publicó.
EL JUDAISMO MEDIEVAL
La llegada de los musulmanes determinó un nuevo momento del judaísmo, el proceso de cambio del período rabínico al período medieval. La judería palestina se eclipsaba, aunque ahora sabemos que era mucho más creadora de lo que habíamos pensado. Pero para entonces la Diáspora era mucho más importante. Además de las poblaciones judías de Babilonia y del mundo helénico, ya conocidas en el período anterior, los judíos llegaban ahora al Norte de África, al Sur de Europa y aún a España y Francia. Se establecieron también comunidades en Turquía y los Balcanes. Y mientras es difícil decir cómo llegaron los judíos al Oriente, este período aparece como una lógica elección. Arabia era el hogar seguro de muchos judíos, factor que ayudó a producir el nacimiento de la nueva religión monoteísta: el Islamismo.
El establecimiento del nuevo califato en Bagdad, en el cual se habían establecido también las grandes academias talmúdicas de Babilonia, hizo posible el establecimiento de la hegemonía talmúdica sobre las comunidades judías del mundo islámico. Parece que gran parte de la Diáspora no siguió las prácticas que los Tanaim y Amoraim palestinos estaban desarrollando. En lugar de esto, las costumbres locales persistieron, algunas de las cuales se cree, actualmente, tuvieron nexos con las antiguas tradiciones sectarias de la época del Segundo Templo. Bajo los musulmanes, los rabinos de Babilonia pudieron exigir a las más apartadas comunidades judías que acataran su liderazgo espiritual. De este modo, el judaísmo Talmúdico de los Babilonios, en lugar del Talmud Palestino, se convirtió en norma para todos los judíos.
De hecho se presento cierta oposición a esta normalización. La secta conocida como los Caraitas se originó, aparentemente en el siglo VIII (e.c.) como una coalición de varios grupos que no seguían la dirección rabínica. Estos grupos habían basado desde mucho tiempo su judaísmo sobre su propia interpretación de la Tora, alineados bajo el concepto de literalismo y ahora rechazaban la interpretación rabínica. Hasta cierto punto, algunas creencias de los antiguos saduceos, o aún de la secta de los Rollos del Mar Muerto pueden haber influenciado en el desarrollo de esta división sectaria del siglo VIII. Este grupo ha contribuido, al fenómeno multifacético que denominamos judaísmo.
Los rabinos babilónicos, conocidos como GAONIM «eminencias» no pudieron mantener por mucho tiempo el control absoluto. Hacia mediados del siglo XII, se habían establecido autoridades locales a través del mundo judío. Pero para esta época el judaísmo se había regularizado suficientemente de modo que en realidad las costumbres locales añadían sabor y belleza a las prácticas, sin detractar de la unidad esencial del pueblo judío ni de su modo de vida.
El período gaonico fue también de importancia central en el desarrollo de la filosofía y del misticismo judío. Por supuesto, que estos dos aspectos de la tradición judía eran muchos más antiguos. Los aspectos místicos se encuentran ya en la Biblia y en los Rollos del Mar Muerto y existen algunas referencias en la literatura talmúdica. Pero fue en el período gánico cuando se editaron los textos básicos del primitivo misticismo judío, preparando el escenario para la popularidad del Zohar, el gran trabajo de la Kabbala, la tradición del misticismo judío medieval. Hacia el fin de la Edad Media, se había desarrollado al máximo la aproximación mística al judaísmo por parte del círculo de los cabalistas místicos de Safed, en la Tierra de Israel. El misticismo se había convertido en un sistema para comprender al pueblo judío, su Dios y sus creencias.
Este gran aspecto de la tradición judía tuvo también su lado oscuro, algunas veces, cuando las condiciones históricas para los judíos eran más difíciles, se presentaban falsos Mesías que proclamaban su mesianidad con base en la doctrina cabalística. Este fue el caso de Shabbetai Zevi (1626-1676 d.C) cuyas pretensiones mesiánicas se basaban en parte en el misticismo judío.
La filosofía no estaba apartada del judaísmo y se había hecho evidente en los trabajos del filósofo de Alejandría Filón (cerca de 20 A.C-50 D.C), aunque su trabajo no tuvo mucho impacto fuera de la comunidad helenista judía y de aquellos cristianos que leyeron sus obras en griego. Al diluirse el judaísmo helenista, también Filón se alejó de la escena judía. Sólo en la Edad Media, bajo la influencia del reciente interés islámico en la filosofía y en las nuevas traducciones de los textos clásicos de la filosofía griega al árabe, los trabajos del Saadia Gaón (882-942) Moisés Maimónides (1135-1204) Juda Halevi (antes de 1070 a 1141) Salomón ibn Gabirol (1021 – 1058) y Bahya Ben Josef ibn Paquda (segunda mitad del siglo XI), culminaron esta aproximación al pensamiento judío y a su literatura. Ciertamente en este momento estaba listo el escenario para la eventual confrontación del judaísmo con la filosofía moderna, confrontación que perdura dentro de la comunidad judía contemporánea.
Los estudios de la Biblia por los judíos adelantaron mucho durante el período medieval. En el área de los estudios bíblicos, la iniciación de los estudios gramaticales y lexicográficos fue estimulada grandemente por los nuevos descubrimientos referentes al idioma árabe. Pero, aún más importante, el reto canaita estimuló a los judíos a desarrollar aún más la interpretación bíblica. Comentaristas tales como Abraham ibn Ezra (1089-1164), Moisés Najmanides (1194-1270), David Kimhi (1160-1235) y el prominente Rashi (Salomón Ben Isaac 1040-1105) crearon un verdadero tesoro de exégesis bíblica.
Simultáneamente se desarrolló la ley judía (Halajá), se crearon nuevos comentarios sobre el Talmud siendo uno de los más famosos el Rashi. Se editaron y publicaron los códigos legales de Maimónides y el Shuljan Aruj, que es el código por Josef Caro (1448-1575). Adicionalmente la literatura «responsa», o sea cartas que discutían las soluciones a querellas legales enviadas a las academias o a los principales estudiosos, ayudaron a unir a los judíos y fueron una fuerza primordial dentro de los esfuerzos de normalización de los maestros gaonim de Babilonia, y luego también en otros centros.
VIVENCIA JUDIA EN TIERRAS CRISTIANAS
Durante la Edad Media ocurrió asimismo un gran cambio en la demografía judía. Los judíos se trasladaron a Europa en números cada vez más crecientes, lo que produjo que la mayoría de los judíos vivieran en tierras cristianas y que el centro de la cultura y la literatura judías se trasladaran a Europa, aquí, los judíos se enfrentaron a sus vecinos cristianos, a veces en disputas, a veces en diálogo, pero a menudo perecieron por causa de su adhesión a la fe ancestral que ninguna persecución antijudía podía destruir.
En Europa, la persecución fue fomentada por las Cruzadas, que lanzaron a las clases sociales más bajas contra los judíos. Ciertamente, este fuerte antisemitismo continuó a través de los siglos hasta culminar en el Holocausto, o sea el intento del genocidio de toda la judería europea.
Es a partir de este momento que se puede hablar de los judíos como dos comunidades separadas, los Ashkenazim y los Sefardim, cada una de costumbres y tradicio¬nes ceremoniales separadas. Los Ashkenazim (a partir de un término que designaba a Alemania) se esparcieron desde Europa Central y Oriental, mientras que los Sefarditas (literalmente españoles) vivieron en las tierras mediterráneas, incluyendo a España, de donde habían sido expulsados (1692) el norte de África, Egipto, Palestina, Turquía, Italia y Francia.
El fin de la Edad Media halló a los judíos con una tradición intelectual altamente desarrollada. Su ley (Halajá) había sido codificada, sus teorías místicas y filosóficas se habían desarrollado de modo extensivo, y el estudio de la Biblia, del Talmud y de la literatura y ciencias judías habían avanzado.
JUDAISMO Y EL MUNDO MODERNO
Es difícil trazar la línea divisoria entre el judaísmo medieval y el moderno, puesto que la transición tuvo lugar en épocas y lugares diferentes. Para los judíos de Italia, el fin del Medioevo fue marcado por el Renacimiento. Para aquellos en el resto de Europa lo fue por la Iluminación, la Revolución Industrial y la Emancipación. Para los judíos del mundo árabe, este proceso se dio a principios del siglo XX con el inicio de la modernización en los países islámicos.
Pero aunque el centro de la vida judía viró a Europa de modo marcado durante el período moderno, al menos en sus etapas iniciales, tenemos razones que justifican fechar el comienzo del período moderno hacia 1800. Poco después de esta fecha, los judíos se hallaron lanzados de modo súbito a un nuevo mundo en el que, por primera vez, les era dada la opción de participar en una cultura más amplia. Esta cultura dominante estaba, en apariencia, dispuesta a aceptarlos y les exigía ciertos compromisos o adaptaciones de poca importancia. Este nuevo reto dio lugar a varios movimientos: reforma religiosa, reforma cultural y sionismo, que es el Movimiento de la Liberación Nacional que finalmente llevó a la creación del Estado de Israel.
Los judíos reaccionaron de diferente manera al proceso de la modernización en la civilización europea. Algunos judíos, especialmente en Europa Occidental, se sintieron atraídos por la idea de la emancipación. Este concepto prometía la completa igualdad social a los judíos que dejaran los confines de sus propios ghettos y participaran de la cultura general. En Europa Occidental, este movimiento llevó a la adopción de los idiomas de algunos vernaculares, a una creciente asimilación y, eventualmente, al matrimonio mixto de parte de algunos de la comunidad judía.
Al mismo tiempo, estos mismos factores estimularon la inauguración del estudio histórico del judaísmo. Esta ciencia del judaísmo intentó introducir los métodos de estudio histórico y filosófico entonces prevalentes dentro de la comunidad académica europea, al estudio del judaísmo y de su literatura. Además, los líderes de este movimiento esperaban demostrar que la tradición judía era un valioso tópico de investigación intelectual y facilitar la entrada de los judíos a la vida científica de Europa. Eventualmente, este movimiento se esparció a todos los segmentos de la comunidad judía y produjo grandes resultados en estudios judaicos también en Israel y América.
Los judíos de Centro Europa y del Occidente acogieron bien la Emancipación, junto con la idea de la reforma religiosa. Asumieron que con el cambio de las condiciones sociales para los judíos, su religión y cultura, debían ser modernizadas. Se pidió mayor decoro en los servicios y se implantaron prácticas similares a las de sus vecinos protestantes.
Además, las antiguas ceremonias y las barreras rituales que separaban a los judíos de sus vecinos debían ser eliminadas. Sólo de este modo pudieron los judíos vivir dentro de la sociedad y pudo el judaísmo continuar sobreviviendo. Algunos judíos alemanes, involucrados en el estudio histórico del judaísmo, deseaban mantener la teoría tradicional, e inauguraron una aproximación que hemos llegado a llamar «judaísmo Histórico». Fue esa ideología la que eventualmente sirvió como base al movimiento conservador que se desarrolló en América y luego en todo Occidente.
Otro segmento del pueblo judío, los neo-ortodoxos, enseñaron que era posible mantener la tradición del pasado y al mismo tiempo participar de los aspectos de la cultura circundante. En esta forma de Ortodoxia Moderna y la que, como la Reforma y el judaísmo Conservador, también refleja una reacción a la modernización. No es necesario decir que la igualdad civil tan buscada por los judíos en Europa Occidental duró muy poco, y que gran parte de esta comunidad fue eventualmente destruida en el Holocausto.
En la Europa Oriental, el Iluminismo llevó a los judíos a intensificar los aspectos seculares del judaísmo. Así se inició un renacimiento de la literatura hebrea, especialmente en lo relativo a los temas seculares. Al mismo tiempo, el naciente movimiento sionista divulgó entre los judíos que sólo en su propia tierra podría realizarse su destino. Los progroms de la década de 1880 les demostraron la futilidad de sus esfuerzos de asimilación dentro de la sociedad general. Son bien conocidas las vastas movilizaciones de la población judía de Europa Oriental hacia América y la Tierra de Israel durante el final del siglo XIX y principios del XX.
El Movimiento Jasídico, formado a fines del Siglo XVII mostró una reacción completamente opuesta al de la modernización. Encarados a las nuevas circunstancias, los místicos intensificaron su teoría, y esta circunstancia, junto con ciertos factores sociales e históricos, llevó a la más reciente etapa en la historia del misticismo judío, el Jasidismo. Sus adherentes enfatizaban los aspectos espirituales del judaísmo y la realización de su destino espiritual dentro del contexto de la compacta unidad de la comunidad religiosa. El surgimiento de este movimiento en Europa Oriental y su subsiguiente desarrollo en América e Israel, son los principales factores que contribuyen a la supervivencia del judaísmo ortodoxo dentro del mundo moderno.
EL SIGLO XX
Los eventos más significativos de la reciente historia del judaísmo, no han tenido aún su completo impacto. Comenzando el final del siglo XIX, las fuerzas del creciente nacionalismo europeo, del antisemitismo y del antiguo mesianismo judío se combinaron para producir el movimiento sionista. Al principio, este movimiento fue visto como una amenaza para las normas tradicionales judías, pero con el tiempo fue adoptado por casi todos los judíos.
En el mismo umbral de su realización, este sueño de la restauración de la antigua patria judía fue roto por la peor demostración de odio antisemita en la historia. Entre 1938-1945, seis millones de judíos, aproximadamente un tercio de la población judía mundial, fueron asesinados brutalmente por los nazis. Los judíos que en aquel entonces vivían en Palestina vieron frustradas sus ambiciones de ofrecer un refugio seguro para los judíos de Europa. Cuando los sobrevivientes a los brutales medios de destrucción que asesinaron a seis millones de sus hermanos judíos salieron de los campos de concentración, se les negó el acceso a Palestina, que se hallaba entonces bajo el mandato británico. Finalmente, de las cenizas se declaró el Estado Judío en 1948, evento que sirvió, en escala pequeña pero apreciable, como consuelo al pueblo judío por la inescrutable tragedia de la destrucción de la judería europea.
Estos eventos produjeron un cambio masivo en la demografía judía. El Holocausto trajo el fin de los principales centros de población judía en Alemania y en los países y territorios ocupados por los nazis. Las comunidades de la judería palestiniense y norteamericana aumentaban continuamente con inmigrantes que buscaban una nueva vida. La creación del Estado de Israel produjo a si mismo, una emigración en gran escala de los judíos establecidos en los países árabes, lo que a su vez causó la virtual terminación de lo que una vez fueron grandes centros culturales judíos. Actualmente, las juderías norteamericana e israelí constituyen las mayores comunidades, existiendo aún, detrás de la cortina de hierro, un importante grupo en la Unión Soviética.
Existen comunidades grandes en Francia e Inglaterra y más pequeñas en Europa Occidental, en la mayoría de los países comunistas y en Sud América. De todos modos, no existe virtualmente ningún país en el mundo que no tenga una pequeña comunidad judía.
El Holocausto dejó al pueblo judío en búsqueda de una respuesta teológica. Algunos dijeron que Dios, por alguna razón inexplicable, -había desviado su mirada. Otros vieron el Holocausto como el preludio de la restauración del Estado Judío.
Otros simultáneamente permanecieron quietos y silenciosos, dándose cuenta de su incapacidad para resolver los dilemas teológicos producidos por este evento.
Las opiniones sobre el significado de la creación del Estado de Israel ante el pueblo judío fueron también variadas. Algunos vieron el Estado como el comienzo de la redención mesiánica, mientras que otros lo vieron sencillamente como un paso más en la asimilación de los judíos a una nación «normal» como todas las demás naciones. A través del corto tiempo de existencia del Estado Judío, Israel ha sido el mayor factor de unión dentro del pueblo judío. El pueblo judío en Israel y en la Diáspora cree que Israel será la realización de sus sueños, de una sociedad que incorpore las ideas y el destino del pueblo judío. En tal sentido, Israel representa, quizás, un paso auspicioso para todos los judíos hacia la redención.*
(Nota: Dada la importancia del Holocausto y del Renacimiento del Estado de Israel en la historia moderna del pueblo judío, se tratarán estos temas en forma separada).
B) CREENCIAS BÁSICAS JUDÍAS
El judaísmo de los rabinos talmúdicos, sentó las bases para la teología y las prácticas de los judíos medievales y modernos. Aún los movimientos religiosos modernos, con su deseo de reformar las antiguas estructuras, tomaron como punto de partida las tradiciones de aquellos sabios. Con el fin de contribuir a la comprensión de lo que se ha llamado a menudo judaísmo «Normativo», vamos a resumir sus creencias teológicas y religiosas. Debe recordarse, sin embargo, que la sistemática presentación de principios teológicos es por si misma, totalmente ajena a los rabinos del Talmud, cuyas creencias deben tan sólo extrapolarse a partir de sus varias tradiciones exegéticas y jurídicas.
El mundo fue creado por un Dios que ha existido desde la eternidad y que existirá para siempre. Este Dios es Omnipotente, Omnisciente. El creó el mundo, por su Voluntad y persevera como dueño de sus eventos. Su único deseo es que sus criaturas obedezcan su guía y observen su Tora, que es el instrumento por el cual Dios revela al hombre su voluntad divina. En su sentido más amplio, la Tora es la instrucción dada por Dios a Moisés en el Sinaí en forma de la Ley Escrita y también la Ley Oral. La primera está preservada por la Biblia Hebrea (lo que los cristianos llaman Antiguo Testamento) y la segunda se explica en la literatura del Talmud y del Midrash. Juntas, y dentro de una tensión creativa, estas dos fuentes forman la base del judaísmo. Dios le exige a su pueblo que obedezca la Ley (Halajá) y al hacerlo logrará el acceso al mundo por venir y la recompensa dentro de éste. Los no judíos pueden también lograr esta recompensa, al observar unos siete preceptos, los Mandamientos de Noé, que son una especie de conjunto rabínico de leyes naturales a que está sujeta toda la humanidad. La opción del proselitismo o conversión al judaísmo, queda abierta para el no – judío sincero que desee identificarse de modo completo con el pueblo judío y adoptar su modo de vida.
La Halajá busca santificar nuestra vida entera y nuestras relaciones, tanto con Dios como con los demás hombres. En ella y a través de ella, uno logra la perfección en lo referente a las preocupaciones éticas y morales a los asuntos rituales y de hecho para el judaísmo Rabínico no existe tal distinción, pero sí para el profético. Toda la orientación proviene de la Ley, que busca santificar aún la más mundana de las actividades humanas con miras a infundir divinidad en la vida de los mortales.
El estudio y enseñanza de la Ley (Halajá) se ve, en si mismo, como un valor religioso. A través de éste, uno aprende no sólo como realizar la voluntad Divina, sino a participar en la transmisión continua de la tradición. El estudiante de la Tora se convierte en un eslabón de la ininterrumpida cadena que conecta al pueblo judío con la Revelación del Sinaí.
La observancia o no observancia de los mandamientos lleva al hombre a la recompensa o al castigo, tanto en esta vida como en la siguiente, aunque algunas veces parece que los justos sufren en este mundo, de hecho les espera su recompensa en el mundo por venir; cuando parece que los malvados prosperan en este mundo, esto es sólo una ilusión, en la vida futura recibirán su justo castigo.
Pero el tópico de recompensa y castigo va más allá del mero individuo. La Comunidad de Israel busca el logro de la recompensa colectiva, de la Era Mesiánica. Se cree que, en algún momento futuro, una serie de eventos transformarán al mundo y al Pueblo de Israel, y se iniciará un período de perfección. Esta Era comenzará con una serie de cataclismos, pero al final, prevalecerá la paz. Al fin de los días el Pueblo de Israel saldrá de la dominación extranjera y estará regido en su propia tierra por un Rey Davídico, un Mesías. Junto con la Era Mesiánica llegará el reconocimiento final de la verdad del Dios de Israel por todas las naciones, lo que a su turno llevará a la fraternidad y unión de todos los pueblos del mundo de la Era Mesiánica. Todos obedecerán la voluntad de Dios y orarán al pie de Su montaña. El Templo será reconstruido en Jerusalem y la resurrección final llevará a todos quienes vivieron con justicia al gozo de la dicha eterna.
Cabe mencionar que la filosofía judía moderna no está de acuerdo con algunas de estas creencias
C) RITUALES TRADICIONALES
Durante siglos, entre la codificación del judaísmo mishnaico y el surgimiento de los movimientos modernos, ha existido un esquema básico de prácticas rituales judías, que los han unido.
Estos ritos fueron primero establecidos por la Mishna y el Talmud, y luego por los Códigos medievales de la ley judía. Como tal hacen parte de la Halajá, o sea el sistema de la ley judía. Mientras que ciertamente han existido divergencias a través del tiempo en lo referente a reglamentaciones y costumbres específicas de la ley judía, en la mayoría de los casos se trata de diferencias de poca importancia que añaden sabor a la vida de los judíos. Muchas de estas hermosas costumbres locales y ritos de oración han sido reunidos en Israel por inmigrantes Askenazies y Sefarditas, que las han preservado durante muchas generaciones y que las han traído desde sus países de origen.
LA BÚSQUEDA DE LA SANTIDAD
La vida de un judío tradicional debe ser dedicada, en todo momento, a la búsqueda de la santidad y al cumplimiento de sus obligaciones religiosas. El día se inicia con una serie de rituales. Apenas se levanta, el judío lava sus manos, de modo tanto físico como espiritual, para prepararse al servicio del Creador. Existen reglas específicas referentes al vestido. Los hombres cubren sus cabezas con un pequeño gorro llamado Yarmulke en yiddish, o kippa en hebreo, y se visten con el tradicional Tsitsit de cuatro franjas. Las mujeres deben vestir modestamente. Las mujeres casadas deberán cubrir su cabello. Con bendiciones especiales se agradece a Dios por el cumplimiento de las funciones fisiológicas y por proveer a las necesidades diarias.
ORACIÓN:
Luego de las bendiciones matinales, el judío de sexo masculino y de más de trece años (BAR MITZVA) viste el manto de la plegaria (TALIT) y las filacterias (TEFILIN), y da comienzo al ritual de la oración de la mañana (SHAJARIT). Este ritual se lleva a cabo preferiblemente con la participación de diez hombres adultos (MINIAN), generalmente, en la Sinagoga. El Servicio se centra en la recitación del Shema (Deut 6:4-9), la declaración judía de fe en un solo Dios, en sus bendiciones asociadas y en la devoción silenciosa llamada AMIDA o la «plegaria de pie» literalmente. En las mañanas de los días lunes y jueves, así como en la mañana y tarde del sábado, y la mañana de las fiestas y semifiestas es leída una parte escogida del Rollo de la Tora.
Dentro del judaísmo tradicional, el hebreo, para quienes lo dominan, es el idioma de la oración. El idioma hebreo se considera poseedor de cualidades místicas que unen al judío con su Creador y, a su vez, a todos los judíos con la Tierra de Israel, aquel lugar especial en donde se halla con mayor esplendor la cercanía de Dios con el hombre.
Un hombre judío debe orar tres veces al día. El servicio vespertino (MINJA) está formado del salmo introductorio y la Amida, mientras que el servicio de la noche (MAARIV) consiste en el SHEMA y sus bendiciones, y la Amida. En los sábados y días festivos existen expansio¬nes especiales que prolongan los servicios, al ser recitado el MUSAF, que es un servicio adicional y al ser leída la porción completa de la lectura semanal de la Tora. (En los Sábados y Festivos no se llevan las filacterias). Cada año se completa la lectura de la Tora (formada por los Cinco Libros de Moisés).
Las comidas deben ir siempre precedidas y seguidas del recitado de bendiciones (BERAJOT), puesto que todo es creación de Dios y los hombres debemos ofrecer gracias por lo que recibimos; sólo podrá comerse alimentación Kasher. Aunque las reglamentaciones de preparación de la alimentación Kasher no son sencillas, pueden describirse brevemente así: 1) Sólo aquellos animales que la Tora especifica como «puros», son Kasher, pueden ser ingeridos, 2) Los animales de carne deben ser sacrificados conforme al ritual judío (SHEJITA) y luego inspeccionados para asegurar que no exista enfermedad. El sacrificio ritual judío es buscar ser indoloro en lo posible y elimina la sangre, cuya ingestión está prohibida por la Tora. La carne debe salarse y luego tratar de eliminar todo resto de sangre, 3) No podrán cocerse juntos la carne y los productos lácteos ni sus derivados. Tampoco podrán ingerirse en la misma comida. Por esta razón se mantienen separados en la cocina los utensilios destinados al manejo de la carne y al de los productos lácteos.
ELSÁBADO:
El sábado (SHABAT) se inicia hacia el ocaso del día viernes. En realidad, el día judío, se inicia al ocaso del sol y termina al anochecer del día siguiente. El propósito del Sábado es el de crear una pausa en la semana de trabajo de modo que el hombre pueda distraer su atención de los asuntos mundanos a los aspectos más espirituales de la vida, el Sábado judío combina dos conceptos diferentes: el de la elevación espiritual y el del descanso.
Por una parte, se celebra con tres comidas festivas, con cantos y con tiempo compartido con la familia y amigos. Por otra, es también una celebración de los poderes creativos de Dios, y para realizar esta función, toda labor creativa que demuestre el poderío humano en la Tierra está prohibida dentro del sábado. Así como Dios descansó el séptimo día, así el hombre debe descansar y renovarse espiritualmente. El sábado tiene un motivo especial también. El judío debe recordar que fue esclavo en Egipto. En conformidad, debe dar a sus criados, trabajadores y aún animales un día de descanso. Además de ser el día para destinar tiempo a la propia familia, el sábado era a menudo el único día que un hombre trabajador podía destinar a la propia familia, al estudio de la Biblia o el Talmud.
La observación del sábado se inicia con el encendido de velas en el hogar, y en la Sinagoga con el canto de la oda kabalística: el sábado, que se personifica como una Novia Real, quien es bienvenida por la comunidad. El servicio vespertino es seguido en el hogar por la comida, que se inicia con el Kiddush (o santificación), plegaria que se recita sobre una copa de vino y la bendición sobre las dos hogazas de pan entrelazadas (Jala). La comida se acompaña con el canto de jubilosas canciones del shabat (Zemirot).
Al día siguiente, en la Sinagoga se entona el servicio matinal (Shajarit) con la porción semanal de la Tora (Sidra), la cita prescrita de los Profetas (Haftara) y el Servicio Adicional (Musaf). La segunda comida del shabat se ingiere, como la primera, con la previa recitación del Kiddush o plegaria que santifica el día y la comida de una porción de jala, que simboliza el maná que llovió sobre los israelitas mientras peregrinaban por el desierto. La tarde se pasa dentro de una atmósfera de descanso general. No se discuten cuestiones materiales, ni asuntos similares. El servicio de oración de la tarde (Minja) va seguido de una comida ligera y de las oraciones nocturnas para el día siguiente (Maariv).
El Sábado termina oficialmente con la llegada de la oscuridad y con la ceremonia de la Havdala (literalmente «separación»). Se recitan bendiciones sobre vino, especias y una vela, candelero espiral. El encendido de la vela es el primer acto creativo de la semana que se inicia y anuncia que el sábado ha terminado y que de nuevo el trabajo es permitido.
LAS ALTAS FIESTAS (YAMIM NORAIM):
Los festivales o festividades del año judío se celebran, como el sábado, con la abstención de la labor creativa. Adicionalmente, cada festividad lleva consigo un tema particular. Entre los más conocidos están los Días Austeros de Rosh Hashana y Yom Kippur. Rosh Hashana, la festividad del año nuevo, se celebra durante dos días. Junto con la celebración de la majestad y potencia de Dios, viene el tema de la fragilidad del hombre. Como tal, este día santo es parte integrante de la estación penitencial que se extiende hasta Yom Kippur. Lo más importante en el Rosh Hashana es la obligación de escuchar el sonido del Shofar, o sea el cuerno de carnero que simboliza el sacrificio que hizo Abraham en reemplazo de su hijo Isaac (Gen 22). El sonido del shofar se considera también como un llamado para despertar el alma de modo que se arrepienta de sus transgresiones.
Yom Kippur, o Día de la Expiación, sigue a Rosh Hashana, diez días más tarde, la víspera se llama Kol Nidre. Los conceptos básicos de este día son: el arrepentimiento, la confesión de los pecados y el regreso al camino que Dios nos ha mos¬trado. Todo este día se pasa en la Sinagoga ayunando y orando el perdón de Dios por las culpas en que se haya incurrido contra El. Las culpas por nuestras acciones contra otros hombres sólo pueden ser perdonadas por aquel que ha sido ofendido y que ha perdonado al culpable. Este día termina con una llamada final del Shofar
FIESTAS DE PEREGRINACIÓN:
Existen tres Festividades de Peregrinación (Shalosh Regalim) en el calendario judío. En estos días sagrados todo Israel acostumbraba subir al Monte del Templo, en Jerusalem, mientras que aún se conservaba en pie el santuario central. Cada uno de estos gozosos festivales celebra eventos de la historia de Israel y también señala las estaciones del calendario agrícola en la Tierra de Israel.
Libro de Esther
El libro de Esther se describe generalmente sobre rollos de pergamino, que con frecuencia se ilustraban artísticamente. He aquí una parte del Rollo de Esther escrito en el Sur de Francia en el años 1600.
El festival de la Pascua (Pesaj) conmemora la libertad de Israel del yugo de la servidumbre en Egipto. Originalmente se celebraba con el sacrificio pascual. Actualmente la parte central de la Pascua es la recitación de la Haggada durante la comida familiar (seder). Este festival convoca a Israel para que tome conciencia de la importancia de la libertad en la vida de todos los hombres y en la de su propia nación. Era al mismo tiempo el festival de la cosecha de la cebada. Para simbolizar estas dos ideas, se consume pan ácimo (Matza) y se prohíben los alimentos que contengan levadura durante todo el festival, que dura una semana en Israel y ocho días en la Diáspora.
La Pascua es seguida por un período de treinta y tres días durante los cuales se observan momentos de duelo. Conforme a la tradición, este período recuerda a los estudiantes del Rabi Akiba, quienes murieron a causa de una plaga durante la Rebelión de Bar Kojba (132-135 d.e.C). No se celebran matrimonios durante este tiempo, ni el cabello debe ser cortado.
Shavuot fue originalmente el festival de los primeros frutos, coincidiendo con la cosecha del trigo. Toma su nombre («Semanas») del hecho de que tiene lugar siete semanas después de la Pascua. Dentro de la tradición rabínica es también el festival que conmemora la entrega de la Tora en el Monte Sinaí. Se celebra durante un día en Israel y durante dos días en la Diáspora.
El festival otoñal de la cosecha de la uva (SUCOT) es el más colorido. Los judíos deben habitar en chozas durante esta semana, como símbolo de los cobertizos en que hubieran de dormir los Hijos de Israel durante el tiempo de su peregrinación luego del Éxodo de Egipto. La rama de palma (LULAV) y la sidra (ETROG) junto con el mirlo y el sauce, son el símbolo de la bendición de Dios y de la esperanza de lluvia abundante durante el año por llegar. El séptimo día para concluir la época del arrepentimiento es Hoshana Raba, se recitan plegarias especiales y los fieles acostumbran dar vuelta a la mesa de lectura en la Sinagoga por siete veces. El octavo día es Shemini Atzeret, cuando se reza por abundantes lluvias, seguido de Simjat Tora, cuando el ciclo anual de lecturas de la Tora se completa y se da comienzo a su lectura de nuevo con rondas de cantos y danzas en la Sinagoga.
JANUKA Y PURIM:
Januka y Purim son dos festivales gozosos. Januka exige el encendido diario de la Menorá, durante 8 días, para simbolizar la victoria judía sobre los helenistas y sus aliados, los judíos asimilados durante la Revuelta Macabea de 168-165 a.e.c. Purim conmemora la victoria judía sobre el antisemita persa Haman. El Rollo (Meguilá) de Esther se lee en la noche y en la mañana. Se dan regalos a los pobres y hay un intercambio de dulces y masas entre los parientes y amigos. Como en todos los festivales se consumen alimentos especiales de festividad.
DÍAS DE AYUNO:
Eventos trágicos de la historia judía están conmemorados por una serie de días de ayuno. Estos días se refieren a la destrucción del Primero y Segundo Templo y a la consiguiente pérdida de autonomía judía en la Tierra de Israel. El más importante es el Noveno de Av (TISHA BEAV). En este día se recitan endechas o cantos fúnebres por la destrucción de ambos templos en el 586 a.e.C. y el 70 e.c. y por varias otras tragedias que han asolado al pueblo judío durante la historia.

NUEVAS CONMEMORACIONES:
Recientemente se han incorporado, por parte de muchos judíos, algunos hechos conmemorativos. Yom Hashoa conmemora la destrucción de la judería europea durante el Holocausto. Yom Haatzmaut es el día de la Independencia de Israel. Yom Yerushalaim celebra la reunificación de la ciudad sagrada de Jerusalem en 1967. Mientras que estos días deben aún desarrollar una tradición litúrgica distintiva, es claro que repercuten en la conciencia religiosa del pueblo judío.
EL CICLO VITAL
El ciclo vital del judío está también rodeado por varios rituales antiguos. Un recién nacido es recibido dentro de la comunidad por medio de una ceremonia especial. A los niños se les efectúan la circuncisión ritual (Berit Mila) a la edad de ocho días, lo que les da el ingreso al Pacto de Abraham. A las niñas se les da el nombre hebreo en la Sinagoga en el momento de la lectura de la Tora.
A la edad de 12 años y un día para las niñas, de 13 años y un día para los niños (Bat Bar Mitzva) se alcanza la mayoría de edad religiosa, lo que conlleva la obligación de cumplir con todos los mandamientos de la Tora, tal como los adultos. Este evento va señalado a menudo, especialmente en los tiempos modernos, por una ceremonia y una fiesta o comida festiva.
El matrimonio y la procreación se consideran mandamientos positivos. La Ley también fija la ceremonia doble, primero el compromiso y luego la boda. Los dos están unidos por el intercambio de argollas y por la lectura del contrato matrimonial (Ketuba) que garantiza la seguridad económica y legal de la esposa dentro del matrimonio y en el evento de un divorcio. La Halajá gobierna la conducta sexual de los cónyuges. Puesto que es un mandamiento positivo crear una familia, se requiere asimismo que los padres den a los niños una educación judía y la preparación para un futuro trabajo.
El divorcio es permitido, aunque es visto como casi una tragedia. Debe ser llevado a cabo en una Corte Rabínica en presencia de testigos y por medio de un documento apropiado (Guet) que libera a la mujer para casarse de nuevo. A partir de la Edad Media, casi todas las comunidades judías han insistido en la monogamia
La Ley también gobierna la última etapa humana en este mundo. Se exige el entierro dentro de los tres días de la muerte, como muestra de respeto. Es costumbre elogiar a los muertos. El cuerpo es lavado, vestido y sepultado mientras se recitan los salmos, y los parientes cercanos hacen luto durante siete días (Shiva), con algunos rituales menores del luto continúan por treinta días más (Sheloshim). Adicionalmente hay ciertas restricciones que deben observarse durante todo el año siguiente. El judaísmo opina que los deudos deben demostrar respeto por el fallecido recitando la plegaria del Kaddish durante once meses. Durante el aniversario anual de la muerte (Yahrzeit), los deudos recitan el Kaddish en la Sinagoga y hacen contribuciones de caridad en memoria de su familiar y amigo.
D) ASPECTOS ÉTICOS
Los aspectos morales y éticos de la vida están gobernados también por la halajá. La ética en los negocios está regida de modo severo y se prohíbe el sobreprecio, la deshonestidad, el fraude y la competencia injusta. Mientras que estas áreas están, a menudo, sujetas al juicio personal, debe entenderse que no puede existir una vida seriamente regida por el ritual si no conlleva una conducta ética y moral concomitante. Este concepto está ya expresado en los libros proféticos y reforzado una y otra vez por los sabios talmúdicos. El judaísmo busca crear un mundo en el cual los rituales lleven al hombre a una vida de moralidad, santidad y cercanía a Dios.
E) EL CULTO JUDIO EN EL MUNDO MODERNO
Aunque la Ortodoxia se esfuerza todavía en preservar las tradiciones de observancia que hemos acabado de describir, los otros movimientos del judaísmo en el Nuevo Mundo – el Reformista, el Conservador y el Reconstruccionista- han introducido varios cambios a los rituales y cultos judíos. En general, puede decirse que dentro de estos movimientos se ha producido una disminución de los aspectos del ritual que dependen del individuo, con el consiguiente incremento de importancia del hogar y de la Sinagoga como centro de la ejecución de los rituales judíos. Este escrutinio intentará presentar un reflejo de los ideales de varios movimientos religiosos judíos dentro de la cohesión judía del mundo moderno, aunque los patrones de observación y de entrega pueden variar ampliamente dentro de cada grupo.
Los judíos ortodoxos utilizan los términos «Sinagoga» o «congregación» o la palabra en Yidish Shul para designar sus sitios de adoración. Los judíos reformistas simplemente usan la palabra «templo» en razón de la creencia reformista de que el servicio de la Sinagoga ha reemplazado en su totalidad el culto sacrificial del Templo de Jerusalem. Los judíos conservadores tienden al uso del término «templo» o sinagoga.
EL MOVIMIENTO REFORMISTA
En sus primeras etapas, el movimiento de la Reforma intentó regresar a la práctica bíblica. Además, ha puesto mucho énfasis en el desarrollo de una práctica litúrgica que enfatice el concepto occidental de decoro y estética. Por esta razón, mu¬chas sinagogas reformistas han adoptado el uso del órgano y el coro. Con el fin de hacer que la liturgia sea más comprensible a los asistentes, quienes probablemente no tengan una educación hebrea extensa, las sinagogas reformistas recitan la mayor parte de sus plegarias en una traducción inglesa o castellana en Latinoamérica. Algunos libros de plegarias que han sido publicados por el Movimiento Reformista contienen también servicios alternos diseñados para evitar la regularidad y rutina del sistema tradicional. La mayor parte del material hallado en los libros reformistas se han tomado, sin embargo, de la liturgia tradicional, a la que se han introducido modificaciones.
Los servicios del viernes por la noche reciben mayor énfasis que los de la mañana del sábado, los cuales están dedicados primordialmente al servicio del Bar o Bat-Mitzvah. Para dar fuerza a la educación judía, el Movimiento Reformista tiene un ritual de confirmación para los jóvenes de 16 años. La ceremonia de grupo, que se aplica tanto a los niños como a las niñas, trató inicialmente de ser un sustituto de la ceremonia del Bat Mitzvah, puesto que se consideraba que dicha ceremonia hacía responsables a los niños a edad muy temprana. Con el tiempo, sin embargo, se introdujo también el Bat Mitzvah para las niñas, de 12 años.
El ciclo tradicional de los días festivos judíos es observado por los judíos Reformistas, excepto que los festivales de peregrinación; La Pascua, Shavout y Sukkot y el Rosh Hashana en muchas Sinagogas, se han reducido a un día cada uno, en conformidad con la legislación de la Tora para la Tierra de Israel. Shavout ha ganado especial importancia en las Sinagogas reformistas, ya que sirve como ocasión para la ceremonia de confirmación. Se anima la asistencia regular a la Sinagoga en las tarde de los viernes y la mayoría de los judíos reformistas asisten a la Sinagoga en los días festivos y para ocasiones familiares personales. Se insiste en las celebraciones hogareñas.
El Movimiento Reformista cree que el hombre y la mujer deben cumplir idénticos papeles religiosos. En conformidad, existen rabinos y oficiantes reformistas que son mujeres, y se puede llamar a las mujeres a la Tora. Algunos rabinos reformistas han accedido recientemente a efectuar matrimonios interreligiosos, ya que los problemas de asimilación y matrimonios mixtos se han incrementado dentro de muchos segmentos de la comunidad judía. Pero la mayoría de los rabinos no los oficia. Tan sólo recientemente, el Movimiento Reformista se alejó de la Ley judía tradicional al reglamentar que los niños de padres judíos y de las madres no judías podrían ser aceptados como judíos si eran capaces de demostrar su compromiso judío de un modo concreto. A diferencia de los Movimientos Conservador y Ortodoxo, el Movimiento Reformista no requiere de un divorcio religioso antes del nuevo matrimonio. Se exige la circuncisión a todos los hombres judíos.
El Movimiento Reformista ha intentado recientemente animar una mayor devoción a los rituales y símbolos tradicionales del judaísmo. Se hacen esfuerzos en la actualidad para animar prácticas de culto casero tales como el encendido de las velas del sábado, el Kidush, la Havdala, y la bendición luego de las comidas. El mayor énfasis en el uso del hebreo en los servicios es evidente en los libros de plegarias de más servicios es evidente en los libros de plegarias de más reciente publicación. Algunas congregaciones reformistas observan leyes alimenticias en la Sinagoga, mientras que otras no lo hacen.
EL MOVIMIENTO CONSERVADOR:
El Movimiento Conservador se adhiere a la mayoría de los principios del judaísmo tradicional. Sin embargo, ciertas desviaciones de la práctica en la Sinagoga fueron introducidas para modernizar los servicios. Mientras que la mayoría de las Sinagogas conservadoras tienen órganos y coros, algunas no los tienen. Es de notar que casi todas las Sinagogas, a ejemplo de los reformistas, abandonaron la práctica tradicional de sentar separadamente a los hombres y las mujeres, favoreciendo los grupos familiares. Al mismo tiempo, las Sinagogas Conservadoras situaron la mesa de lectura al frente, colocando allí al lector de cara a la congregación.
Los libros de plegarias conservadoras preservan la liturgia tradicional virtualmente intacta, haciéndole sólo modificaciones menores. Estos cambios se diseñaron, ya para situar el libro de plegarias en armonía con los principios teológicos conservadores, ya para eliminar plegarias que los asistentes no podían comprender o que alargaban el servicio. En el servicio se alterna el texto hebreo con el inglés o el castellano.
El Movimiento Conservador adoptó recientemente roles equivalentes para los hombres y mujeres en la Sinagoga. Primero se decidió permitir a las congregaciones tradicionales el decidir si deseaban contar con mujeres dentro del quórum ritual. Luego la mayoría de las Sinagogas adoptaron la práctica de llamar a las mujeres a la Tora. Finalmente el movimiento ha decidido aceptar mujeres como rabinos. A pesar de lo anterior, al Movimiento Conservador se adhiérela mayoría de los principios de la ley judía tradicional en lo que respecta al status personal, a las conversiones, el matrimonio y el divorcio.
El Movimiento Conservador ha resguardado también la actitud tradicional ante la mayor parte de las prácticas rituales tales como la plegaria diaria, los tefilin, las leyes dietéticas y todas las prácticas de los días festivos. Además, las Sinagogas conservadoras se esfuerzan en mantener los servicios diarios, llevados generalmente del modo tradicional y exigen las celebraciones hogareñas como también el estudio y conocimiento del judaísmo organizando cursos para niños, adolescentes y adultos.
RECONSTRUCCIONISMO:
Siendo el Reconstruccionismo una derivación de la actitud conservadora, comparte muchos elementos de la práctica y de la tradición con el Movimiento Conservador. Por otra parte, el Reconstruccionismo hace énfasis en la necesidad del individuo de determinar que las leyes rituales deberían ser conservadas conforme a la visión de sus propias necesidades y las de la comunidad. Los reconstruccionistas han compilado un libro de oraciones con extensas revisiones para contener la teología sustancialmente original del Movimiento. Este movimiento fue pionero en la actitud creativa ante el ritual judío, influenciando también de este modo el desarrollo de nuevas prácticas litúrgicas en las Sinagogas reformistas y conservadoras. Fueron los reconstruccionistas quienes dieron origen á la Javura, pequeño grupo de personas dedicadas a promover la práctica judía entre sus miembros. Las Javurot son ahora comunes tanto dentro como fuera del marco de las Sinagogas y han tenido un gran impacto en los movimientos no ortodoxos en América.
La importancia del ritual y de la práctica judías en el inculcamiento de los valores y enseñanzas del judaísmo está reconocida con certeza por todos los movimientos de importancia de la comunidad judía. Cada uno a su modo busca asegurar que la práctica judía juegue un papel dentro de la vida de sus miembros y convertir a la Sinagoga en el centro de la actividad judía. Ciertamente, éstos han sido desde la antigüedad los propósitos de las leyes y costumbres judías, y continúan cumpliendo estos propósitos dentro de la comunidad judía contemporánea.
CONCLUSIÓN:
El judaísmo ha tenido una historia larga y variada. Sus conceptos y principios formativos se desarrollaron durante el período bíblico. Hacia el siglo II e.c. fue desarrollado un consenso sobre la tradición farisa-rabínica, que se convirtió en la base de la ley y de las creencias subsiguientes. La Edad Media fue testigo del advenimiento de la seria discusión de la teología y filosofía judías.
Esta combinación de ley y teología no expresada en palabras, determinó el carácter del judaísmo y del pueblo judío que se enfrentaría a la marea de la modernización. Mientras que este enfrentamiento debilitó la fe de algunos en la tradición, fortaleció la de otros. Para otros más, transformó radicalmente el significado de la tradición. Pero los años de la emancipación y del Iluminismo fueron nublados por la trágica destrucción de uno de cada tres judíos en manos de los nazis.
Sin embargo, como si su intención fuera arrebatar a los nazis su triunfo y revivir el espíritu y cuerpo del pueblo judío a partir de las cenizas del Holocausto produjo el más grande triunfo de este pueblo. Luego de 2.000 años, pudo finalmente retornar el pueblo a su hogar y constituir el Estado Judío en Israel. Allí como en la Diáspora, continúa la historia del judaísmo basada en la tradición multimilenaria pero con mucha fuerza y voluntad de adaptación a las circunstancias cambiantes y con esperanza y fe en el futuro.

Fuente: EVeghaziYADBEYAD

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