Rituales que sanan: Anselm Grün.
Rituales que sanan: Anselm Grün.Las lecturas de Anselm Grün nos permiten acceder a una nueva visión en el modo de comprender y vivir nuestra fe. De esas lecturas he tomado estas notas que ahora les comparto (Y gracias a unos nuevos amigos en Chile, en especial a Patricio, que me ha hecho recordarlas).
“Aun cuando la oración en la mesa no es la forma máxima de rezar y, muchas veces, es tan sólo un acto rutinario, trasmite, sin embargo, un sentimiento de que la comida es algo sagrado, de que podemos disfrutar de las ofrendas de Dios. Y le da a la convivencia un estilo saludable. Si cada cual comienza a comer apenas llega la comida a la mesa, pues no se celebra una comida, sino simplemente se trata de una atracón de mal gusto”.
“También nuestro habitat puede enfermarnos o curarnos. Hay una falta de cultura del habitat que daña el alma. Nuestra espiritualidad no debería sentirse disminuida por atender la decoración o el orden de nuestras habitaciones. En el orden externo de nuestra habitación, el alma puede ordenarse. Cuadros agradables y una distribución de buen gusto de los muebles también le hacen bien al alma”.
“El cuerpo es el compañero más importante de nuestro camino espiritual. Sólo cuando la fe también se exprese a través del cuerpo, será eficaz en mí y podrá curar mis heridas y mis tensiones temerosas. Creer con el cuerpo significa ante todo para mí expresar en los ademanes del cuerpo mi anhelo de Dios”.
“El trabajo mismo se convierte en oración si lo realizo en presencia de Dios. Si trabajo en presencia de Dios, respondo a Dios con mi acción, puedo dedicarme de lleno al trabajo sin dividir mi mente. La presencia de Dios deja su impronta en mi modo de trabajar”.
Recuerda: Necesitamos rituales.
“Si yo modelo mi vida por mí mismo, si le doy una forma que me corresponda y haga bien, sentiré alegría de vivir; tendré la sensación de vivir yo mismo en lugar de ser vivido. Mi estilo es cómo me levanto, cómo comienzo el día, cómo abordo el trabajo, cómo preparo las comidas, cómo concluyo el día. Un sano estilo de vida necesita rituales sanos. Si no reparamos en nuestros rituales, se deslizarán, sin quererlo, rituales que no son sanos, que enferman, por ejemplo, comenzar con prisa el día, devorar el desayuno, llegar siempre tarde, etc. Rituales sanos me ordenan, me regalan la alegría de modelar yo mismo mi vida”.
“Aun cuando la oración en la mesa no es la forma máxima de rezar y, muchas veces, es tan sólo un acto rutinario, trasmite, sin embargo, un sentimiento de que la comida es algo sagrado, de que podemos disfrutar de las ofrendas de Dios. Y le da a la convivencia un estilo saludable. Si cada cual comienza a comer apenas llega la comida a la mesa, pues no se celebra una comida, sino simplemente se trata de una atracón de mal gusto”.
“También nuestro habitat puede enfermarnos o curarnos. Hay una falta de cultura del habitat que daña el alma. Nuestra espiritualidad no debería sentirse disminuida por atender la decoración o el orden de nuestras habitaciones. En el orden externo de nuestra habitación, el alma puede ordenarse. Cuadros agradables y una distribución de buen gusto de los muebles también le hacen bien al alma”.
“El cuerpo es el compañero más importante de nuestro camino espiritual. Sólo cuando la fe también se exprese a través del cuerpo, será eficaz en mí y podrá curar mis heridas y mis tensiones temerosas. Creer con el cuerpo significa ante todo para mí expresar en los ademanes del cuerpo mi anhelo de Dios”.
“El trabajo mismo se convierte en oración si lo realizo en presencia de Dios. Si trabajo en presencia de Dios, respondo a Dios con mi acción, puedo dedicarme de lleno al trabajo sin dividir mi mente. La presencia de Dios deja su impronta en mi modo de trabajar”.
Recuerda: Necesitamos rituales.
“Si yo modelo mi vida por mí mismo, si le doy una forma que me corresponda y haga bien, sentiré alegría de vivir; tendré la sensación de vivir yo mismo en lugar de ser vivido. Mi estilo es cómo me levanto, cómo comienzo el día, cómo abordo el trabajo, cómo preparo las comidas, cómo concluyo el día. Un sano estilo de vida necesita rituales sanos. Si no reparamos en nuestros rituales, se deslizarán, sin quererlo, rituales que no son sanos, que enferman, por ejemplo, comenzar con prisa el día, devorar el desayuno, llegar siempre tarde, etc. Rituales sanos me ordenan, me regalan la alegría de modelar yo mismo mi vida”.
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