La adicción al consumo, la compra irreflexiva o la falta de control pueden llegar a crear problemas personales. Según un estudio europeo hecho público recientemente, una tercera parte de los consumidores adultos euro-peos tiene problemas de descontrol en la compra o en el gasto. Este estudio realizado en cuatro regiones europeas, entre ellas en la Comunidad Castellano- Manchega española, aclara que, a pesar de que la mayoría de los consumidores adultos europeos (66-78%) tienen un nivel aceptable de autocontrol en la compra y el gasto, una tercera parte (33-22 %) presenta un nivel alto de adicción al consumo irreflexivo o innecesario. El estudio revela que el porcentaje de adicción consumísta es ligeramente superior en las mujeres (34 %) que en los hombres (32 %). Igualmente, y dentro dei grupo de adictos el 55% (18% del total) presenta una adicción leve o moderada y el 45 % (15 % del total) una adicción importante. El 3% llega niveles que pueden considerarse patológicos. Entre las principales causas de la adicción al consu-mo el estudio destaca las siguientes: 1. Preexistencia de un tipo de personalidad característico, que se denomina como 'caprichoso'. Este término, entendido en sentido coloquial, se correspondiera con un carácter con fuertes tendencias hedonistas dirigidas hacia el consumo. Este rasgo, junto con la compulsividad y un nivel relativamente alto de ansiedad en relación con la compra, configuran el perfil psicológico del adicto. 2. La insatisfacción personal y la falta de alicientes o estímulos vitales distintos del consumo. Este sentimiento, típico del adicto al consumo, se relacionaría más con una sensación de tedio o aburrimiento que en un estado propiamente depresivo. La depresión solo parece estar relacionada con la adicción al consumo en un número muy reducido de casos, aunque quizá sean los de mayor gravedad. 3. Un alto grado de credulidad, falta de actitud crítica y vulnerabilidad hacia los mensajes publicitarios, junto con una mayor exposición a los medios de comunicación en los que estos mensajes son más frecuentes. Como el estudio ha reflejado, los adictos reconocen ver mucha televisión en un porcentaje que duplica los no adictos. La mayor aceptación de cierto tipo de valores e ideas consumistas, tales como la creencia de que el prestigio personal, el status y la consideración social dependen de las cosas que se pueden comprar. Otro tipo de factores que se relacionarían con la adicción al consumo en los adultos, aunque en forma menos importante que los anteriores, son la baja autoestima, el mayor deseo de estimulación social o de atracción por los lugares donde hay muchas personas y la inseguridad respecto al propio atractivo físico. LAS MUJERES GANAN A LOS HOMBRES El estudio pone de manifiesto que las mujeres han resultado ser, de forma altamente significativa, mucho más adictas a estímulos de consumo. Esto aparece en todas las cuestiones relacionadas con la atracción por las tiendas y comercios, ver escaparates, acompañar a otras personas a hacer sus compras, ir a grandes almacenes aunque no se tenga nada que comprar etc. También ha resultado evidente que las mujeres utilizan más la compra para afrontar situaciones de tristeza, abatimiento o depresión. Sin embargo no hay diferencias significativas entre hombres y mujeres respecto a la compra impulsiva, ni en cuanto al autocontrol o el desajuste en el gasto. Tampoco en las otras respuestas relacionadas indirectamente con el comportamiento de compra (aceptación de valores consumistas, desconfianza hacia la publicidad etc) se han encontrado diferencias significativas entre hombre y mujeres. LOS JOVENES: POBLACIÓN DE RIESGO La población joven se puede decir que constituye uno de los sectores más proclives a la práctica de la adicción consumista. El estudio destaca algunas de las causas de esta preocupante tendencia: 1. Preexistencia de rasgos psicológicos específicos que combinan el ser "caprichoso" con la impulsividad, la habilidad y un nivel alto de ansiedad en relación con la compra. 2. La insatisfacción personal, la sensación de tedio o aburrimiento y la falta de alicientes no consumistas que en los jóvenes es muy frecuente. 3. La mayor aceptación de valores consumistas y la vulnerabilidad psico-lógica hacia los mensajes que relacio-nan el consumo con la felicidad, el éxito social y el prestigio personal. 4. La atracción por los por los estímulos de consumo como pasar el tiempo en hipermercados y grandes centros comerciales, ver anuncios, mirar escaparates, entrar en comercios aunque solo sea a mirar, etc son actividades que por sí mismas no pueden considerarse consumo, pero que en los jóvenes provocan un efecto muy intenso de incitación a la compra y predisponen a la adicción al consumo. 5. El bajo nivel de autoestima y la desconfianza hacia las propias aptitudes o habilidades. LOS JOVENES POR DELANTE DE LOS ADULTOS De los datos, resulta un porcentaje del 46 % de adictos al consumo (englobando en este término los que tienen una atracción intensa por los estímulos de compra y los que carecen de autocontrol en el consumo y en el gasto) y un 540/p de no adictos. La diferencia entre hombres y mujeres es más acusada que en los adultos, puesto que el porcen-taje de adicción es el 53% en el caso de las mujeres y el 39 % en el caso de los hombres jóvenes. Dentro del grupo de adictos presentarían una adicción leve o moderada el 44% (el 20% del total) y un nivel importante el 56 % (26 % respecto del total). Aproximadamente el 80 % de los jóvenes tiene un nivel de adicción al consumo que se puede considerar patológico. RECOMENDACIONES A partir de lo dicho el estudio propone varias recomendaciones a seguir: 1. Es necesario que la sociedad entera (Instituciones. asociaciones de consumidores, padres y educadores) tomen conciencia de la importancia de los problemas personales y sociales que derivan de la adicción al con-sumo, esto es la compra compulsiva, la falta de auto- control y responsabilidad en el consumo y en el gasto. 2. Realización de campañas especificas de sensibilización y prevención. 3. Intensificar la educación de los niños y jóvenes como consumidores responsables y autocontrolados. 4. Hacer llegar a los padres las recomendaciones adecuadas respecto a la educación de SUS hijos como consumidores responsables. 5. Fomentar las actividades de ocio no consumista de niños y jóvenes. 6. Limitación de todo tipo de publicidad o de ofertas comerciales que estimulen la compra a crédito, enmascarando los auténticos efectos que estas compras representarán para el consumidor. 7. Ofrecer asesoramiento y ayuda psicológica, creación de grupos de autoayuda y de la figura del "tutor voluntario" para los adictos al consumo. Posibilidad de autolimitación previa en la compra a crédito. publicado por Consumidores Éticos y Usuarios (CECU) Madrid, España.
Víctor Rey es Profesor de Filosofía, Universidad de Concepción, Chile. Licenciado en Ciencias Sociales, Universidad Alberto Hurtado, Santiago de Chile. Master en Comunicación Social, Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. Miembro fundador de la Comunidad de Reflexión y Espiritualidad Ecológica (CREE). Facilitador de URI (Iniciativa de Religiones Unidas), en Quito, Ecuador y Director del Servicio de Estudios de la Realidad (SER).
viernes, 26 de julio de 2013
El Consumo Compulsivo y los Problemas Personales.
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