21 DE MARZO, DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA
¡La señora poesía!
- Escritores revelan el papel de la poesía y su entorno
Hoy es el Día Mundial de la Poesía declarado por la UNESCO, que invita a promover la enseñanza y el diálogo con otras artes.
LA PRENSA/Stockphoto
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Marta Leonor González
El escritor y filósofo indio Rabindranath Tagore, una vez dijo que “la poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos”. El español Federico García Lorca, expuso que “poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse y que forman algo así como un misterio”.
Hoy la palabra poesía, ¿misterio, amor, sexualidad y belleza?, ocupa un lugar en las celebraciones, el 21 de marzo, el Día Mundial de la Poesía, proclamado por la Unesco en París en 1999.
De acuerdo con la decisión de la Unesco, el principal objetivo de este festejo es el restablecimiento del diálogo entre la poesía con las demás manifestaciones artísticas, el teatro, la danza, la música, la pintura y así sucesivamente, el apoyo a los pequeños editores y crear una imagen atractiva de la poesía.
¿Oficio, respirar o vivir?
Para otros, como Luis Alvarenga, escritor salvadoreño, “la poesía permite ver la vida de una forma distinta a la ordinaria. Permite hacer la vida de otra manera. Segundo, porque los valores de la poesía son distintos a los predominantes, incluyendo a los de la institución-literatura. La poesía no es una profesión en el sentido convencional de la palabra. Profesión, en el sentido de profesión de fe, a lo mejor, pero profesión en el sentido de “ocupación remunerada que le da legitimidad a la existencia de un individuo”, no lo es. Es como si, al preguntarle a alguien a qué se dedica, este diga que se dedica a respirar o a vivir simplemente (aunque esta respuesta sea más valedera que cualquier otra).
Sin embargo, aunque existe un día para celebrarla, editores, escritores y lectores encuentran dificultades para que la poesía pueda llegar a grandes públicos, problemas de distribución, preferencias por otros géneros (novelas, cuentos, libros de autoayuda) que tienen mayor demanda en el mercado editorial.
Sin embargo, para Francisco Arellano Oviedo, presidente de la Academia Nicaragüense de la Lengua y editor, el gusto y la aceptación de la poesía por los lectores a veces obedece a que la poesía es compleja porque implica un estudio profundo del lenguaje y para hacerlo bien se necesita estar bien preparado.
El editor también recomienda que “abría que rescatar las lecturas de los grandes poetas internacionales y nacionales, volver a los autores clásicos porque ahora es difícil encontrar una voz sólida, los autores han perdido el apetito poético, hay falta de musicalidad y dominio de las formas del lenguaje”.
También agrega que los compradores de libros deben leer poesía, “a veces la gente compra los libros pero no los lee” (ríe).
Frente a este ambiente, enfatiza que los libros más consumidos son de narrativa. “Los prosistas están mejores que los poetas, el cuento vende la poesía no”.
Quizás otro de los factores que incluye en el consumo de poesía según Francisco de Asís Fernández, presidente del Festival de poesía de Granada, “es incentivar la poesía y su lectura, hace falta un interés más decidido de los gobiernos y de las instituciones culturales a promoverla”.
Fernández ha impulsado por nueve años un festival donde anualmente asisten más de cien poetas, de sesenta países y explica que “vivimos tiempos donde se pierden los valores y se pierde intimidad. La poesía destaca los valores del hombre en la sociedad, la honestidad, la sinceridad, el ser humano como centro”, eso hay que trabajar, dice.
Aunque para el escritor Carlos Maturana Coronel, la poesía va más allá de los convencionalismos. “La poesía es la intensidad y brevedad de la emoción, del ser que vive libre creando y expresándose con fortuna literaria, la poesía es mi máximo anhelo de ser”.
Javier Alvarado, Premio Internacional de Poesía Rubén Darío, enfatiza que la poesía es “ser y seguir siendo siempre la voz ante todos los sucesos individuales y colectivos de la humanidad.
No obstante para la escritora Daysi Zamora “es mi vida. Lo mismo que en otros tiempos, porque el mal está en uno mismo, y eso no cambia. El mundo exterior es el que cambia. No sé si ella me eligió o si yo la habré elegido, porque es algo esencial en mi ser y en mi vida”, concluye.
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