52 AÑOS DE
LA PELÍCULA “UN HOMBRE Y UNA MUJER”
Víctor Rey
Cuando
era niño escuché acerca de esta película que tenía una música muy pegajosa compuesta
por Francis Lai y la voz de la cantante Nicolle Croisille la hacía más
atractiva. En ese tiempo está película
estuvo catalogada para mayores de 21 años, así que no pude verla hasta muchos
años después cuando ya estaba en la universidad en un ciclo de cine francés en
la Alianza Francesa de Concepción. La
segunda vez la vi en Quito, Ecuador en otro ciclo de cine francés por la misma
institución. Ahí la vi con mis hijos que
estudiaban en esa institución educativa.
Lo novedoso fue que a ellos les gustó, cosa diferente que ocurrió cuando
volvimos a Chile, junto a unos amigos adolescentes de ellos en casa en
Valparaíso se aburrieron y no la entendieron. Cuando estudiaba en Bélgica
descubrí la segunda parte de este film que se hizo con los mismos actores pero
20 años después. Con amigos la hemos
vuelto a ver este año para conmemorar los 52 años de esta película que se ha
transformado en un clásico que se estrenó un 27 de mayo de 1966.
Su
melodía quedó en el recuerdo colectivo, al igual que su historia y la química
de sus intérpretes, Anouk Aimée y Jean-Louis Trintignant. Una trama romántica,
una situación cotidiana, sobre una guionista de cine y un piloto de carreras,
ambos viudos, que un día coinciden en la escuela de sus hijos en Deauville.
Como
pequeña obra de arte esta producción tiene sus curiosidades. El realizador
Claude Lelouch escribió el guion en apenas un mes. El rodaje duró tres semanas,
bajo la batuta de un joven cineasta que quería expresar emociones diferentes,
alternando el color con el blanco y negro e incluso el sepia.
Fue
estrenada en el Festival de Cannes en 1966, y el director se llevó la Palma de
Oro. Un año después la Academia de Hollywood le entregó dos Oscars, al mejor
guion y la mejor película extranjera.
El
éxito del film fue tan grande que originó veinte años después una segunda
parte, con el mismo equipo. Allí se narraba el reencuentro de estos dos viejos
amantes, por entonces separados.
Aparte
de los premios mencionados, el film obtuvo otros galardones, e incluso existe
una placa recordatoria en Normandía (uno de los escenarios del rodaje), ante la
cual desfilan parejas de enamorados y amantes del cine que recuerdan con
nostalgia esta magnífica producción francesa. Es bueno volver a ver este film o
recordar escuchando la banda sonora de la película con un buen café.
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