CHILE EN LA ENCRUCIJADA
Víctor Rey
“Nosotras y nosotros, el pueblo de Chile,
conformado por diversas naciones, nos otorgamos libremente esta Constitución,
acordada en un proceso participativo, paritario y democrático.” (Del prólogo de
la propuesta de la nueva Constitución de la República de Chile)
Chile fue el primer país en el mundo que eligió
democráticamente un presidente marxista, socialista, ateo y masón. Esto ocurrió
un 4 de septiembre de 1970 y este presidente fue Salvador Allende, quién murió
en el Palacio de la Moneda el 11 de septiembre de 1973. El primer país que
impuso después el neoliberalismo por la fuerza con el general Augusto Pinochet
y luego democráticamente con la Concertación. Y ahora el primer país que se
saca democráticamente el neoliberalismo y se vuelven a abrir las grandes
alamedas. ¿La historia vuelve a repetirse como dice el tango cada 50 años?
Este 4 de septiembre del 2022 se realizará el
plebiscito de salida para aprobar o rechazar la propuesta de nueva Constitución
Política de la República de Chile. Este hecho considero que es el más
importante en la historia de Chile. Por primera vez el 80% por ciento de la
población votó para que se hiciera una nueva Constitución y sí terminar con la
Constitución de 1980 impuesta por el General Pinochet en un plebiscito espurio.
Más tarde fueron elegidos 155 convencionales en forma paritaria y con
representación de los pueblos originarios. Los partidos tradicionales
obtuvieron una bajísima representación en esta elección y este fue un claro
mensaje de la ciudadanía de que estaba aburrida de estos abusos de este último
tiempo. Por eso se hizo popular la frase que acuñaron los secundarios: “No son
treinta pesos, son treinta años”. La redacción de la nueva Constitución tardó
un año justo en redactarse y como dijo la ex presidenta Michelle Bachelet
citando una canción de Pablo Milanés: “No es perfecta, más se acerca lo que yo simplemente soñé.” Como toda obra
humana es perfectible
Pienso que uno de los problemas que ha tenido
Chile es su exitismo, no su éxito que han tratado de exportar y de hacer creer
a los chilenos en su desarrollo económico y democrático, la élite política.
Recuerdo en diciembre de 1993 cuando terminaba de estudiar en Europa, a los
becarios nos juntaron en Alemania para celebrar la Navidad y los
latinoamericanos me decían que Chile estaba punto de ser un país del primer
mundo. Luego en 1996 en un congreso latinoamericano en Quito, escuchaba lo
mismo de los delegados latinoamericanos cuando salía el tema de Chile, se
hablaba de los jaguares de América Latina. El año 2001 volví a Chile y
trabajando con una organización de desarrollo y visitando los proyectos en los
barrios periféricos de Santiago y en los campos del Sur me percaté de otra
realidad. Percibía que había rabia y frustración, es decir había malestar. El
PNUD en su informe del 2005 dijo que en Chile se estaba cuajando un malestar.
El Gobierno de entonces no le gustó que esa palabra apareciera en la
portada de ese informe documento y pidió que cambiaran esa palabra del informe.
Y al año siguiente vino la «Revolución de los pingüinos», el 2011 las protestas
estudiantiles, en octubre del 2019 el estallido social y ahí empezó a cambiar
la historia. Las élites no lo vieron venir, pero la ciudadanía si lo vio. Una
cosa es querer ver la realidad como a uno le gustaría que fuese, otra es la
dura realidad. Creo que se acabó un ciclo, que las viejas instituciones se han
desfondado y que está naciendo una nueva sociedad más justa, más democrática,
más libre, más humana, más participativa, más igualitaria. Quizás Chile no será
tan exitoso, pero creo que será más feliz. Que es algo que nos hace mucha
falta, por eso tengo esperanza en este proceso social que se está viviendo al
fin del mundo y quizás al fin de los tiempos. Y confío en la sabiduría del
pueblo chileno que este 4 de septiembre votará Apruebo y así a partir de ese
día nacerá un nuevo país más solidario, democrático, libre, justo e
igualitario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario