jueves, 22 de diciembre de 2016

Si Jesús naciera en Chile hoy

Si Jesús naciera en Chile hoy, ya no sería en un pesebre en Belén sino en una mediagua de uno de los 680 campamentos del país o en un block en la Araucanía, la región más pobre, donde el 23% de sus habitantes vive en esa condición. Si Jesús naciera en Chile hoy, José la pareja de su madre, no sería hoy un carpintero sino un un simple empleado de una multitienda comercial, donde pese a trabajar toda su vida y muchas horas diarias nunca dejaría de ser pobre. Si Jesús naciera en Chile hoy, sería parte del 73% de los niños que nacen fuera del matrimonio, María su madre, habría tenido que lidiar con la discriminación de un embarazo adolescente, y ver en ese contexto cómo mediar para que su hijo creciera fuera de las drogas, haciendo “milagros” para llegar a fin de mes con el sueldo de José.

Algo no ha quedado claro al parecer desde el nacimiento hace 2000 años de Jesús, donde nos pidió una sola cosa: Amar al otro como a uno mismo.
Si Jesús naciera en Chile hoy el nuevo “templo” de entonces, sería probablemente un mall, el nuevo lugar donde la comunidad se junta, y va a escuchar y a conocer o que es lo importante para ser feliz, las nuevas “plazas”. Si Jesús naciera en Chile hoy, sus padres tendrían la disyuntiva de ponerlo en la educación municipal o hacer el esfuerzo de ponerlo en un colegio subvencionado donde la calidad es dudosa, pero el cobro de la mensualidad no perdona. Si Jesús naciera en Chile hoy, se atendería en los consultorios, María se levantaría temprano para sacar un número, y tendría como máximo 10 minutos para que vieran a su hijo enfermo. Si Jesús naciera en Chile hoy, en una de cada tres familias de su barrio encontraría un discapacitado, aún esperando por las políticas estructurales de inclusión, alguien de su familia tendría depresión, probablemente su tía Isabel, tras que su primo Juan fuera detenido y procesado por luchar por las demandas de su pueblo, el pueblo mapuche.
Si Jesús naciera en Chile hoy en resumen estaría determinado completamente por donde nació y quienes fueron sus padres, pero los “nuevos fariseos” lo justificarían diciendo que no se puede hacer más cambios porque el modelo nos beneficia a todos, o simplemente que el que no progresa es porque no se ha esforzado lo suficiente.
Algo no ha quedado claro al parecer desde el nacimiento hace 2000 años de Jesús, donde nos pidió una sola cosa: Amar al otro como a uno mismo. La Navidad es la fecha en que la que los cristianos celebramos el Dios que se hace fiel e ingresa a la historia para ser parte de ella, la historia se divide en un antes y un después de ello, y este misterio no es sólo alegría de esperanza sino la invitación a ser testimonio de lo que creemos. Ningún chileno que celebre la navidad, puede querer acaparar esta noticia sólo para él, porque es una noticia relacional, Jesús nos llama a nacer y vivir por los otros, relevando la importancia de una sociedad que viva el comunitarismo.
Nadie que celebre esta fecha puede permanecer indolente al Jesús que sigue naciendo hoy en Chile luchando por ser parte de nuestra comunidad, porque como dijera el poeta León Felipe “voy con las riendas tensas y refrenando el vuelo porque no es lo que importa llegar solo ni pronto, sino llegar con todos y a tiempo”.
Autor: Alberto Larraín

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