lunes, 5 de enero de 2015

Manifiesto del Anarquismo Cristiano

Manifiesto del Anarquismo Cristiano
Sobre el camino de la libertad y el amor
Colectivo espiritual Lev Tolstoi
                                   Para libertad fue que Cristo nos hizo libres.
Por tanto, permanezcan firmes,
y no se sometan otra vez al yugo de esclavitud
Gálatas 5:1
Durante siglos, las religiones judío-cristianas han explotado, destruido, limitado y criminalizado los avances del ser humano. Ha sido participe y ha justificado crímenes de odio, pederastías, violaciones, etc., incluso, éstas religiones, son uno de los culpables del desarrollo y práctica de la esclavitud, la opresión a la mujer y el exterminio de civilizaciones enteras.
Hoy, en pleno siglo XXI, siguen existiendo muchos de los vicios de la Iglesia, donde para ella la religión representa una herramienta de opresión y no de liberación. Pero al igual, existimos mujeres y hombres a lo largo del mundo que creemos que la aceptación de la existencia de Dios siguiendo las enseñanzas de Cristo es una herramienta de liberación para todxs.
Y no hay mayor doctrina que busque la liberación que el anarquismo. ¿Cómo una doctrina política que por años a pregonado el lema Ni Dios, Ni amo puede empatar con la creencia en Dios? Bueno, a esa complicada pregunta intentaremos dar respuesta en las siguientes líneas donde en base a ciertos puntos específicos intentaremos dar una pequeña pero esclarecedora revisión a los postulados básicos del anarquismo cristiano.
1. ¿Dios como autoridad?
Uno de los postulados básicos del anarquismo es rechazar todo tipo de autoridad ya sea en la familia, en la escuela, en el trabajo y en la vida diaria, suplantando a esas autoridades por el acuerdo mutuo, el respeto y la solidaridad; y por otro lado la Iglesia justifica su desesperado deseo por cumplir sus intereses con que Dios nos está vigilando a todo momento y en todo lugar, y es Él nuestra autoridad máxima y quien decide el rumbo de nuestra vida y nuestra muerte.
Lxs anarquistas cristianos rechazamos toda jerarquía y todo dogma de la Iglesia institucionalizada (ya sea católica, protestante, etc.), incluyendo la idea de Dios como autoridad. Dios creó al mundo y Él nos espera al final de nuestras vidas, pero no interviene en ellas. Si Dios fuera nuestra autoridad no existieran religiones que no conciben su existencia, tampoco aceptaría la existencia con manifestaciones contrarias a sus intereses, cosa que pasa con cualquier otra forma de autoridad.
Dios nos dio la libertad, envió a Jesús a mostrarnos el camino del amor y la libertad, y fuera de eso no interviene en la vida de sus creaciones. Orar es una manera de comunicarnos con Él y tiene el poder de intervenir en nuestras vidas cuando en su sabiduría lo considere necesario para guiarnos por el camino del bien, pero para un ser omnisciente, omnipotente y omnipresente no existe para Dios el concepto de autoridad, por lo tanto tampoco debería existir para nosotrxs.
Así es como el anarquismo se puede entender con el cristianismo, así lo entendemos.
2. La religión institucionalizada: La Iglesia y la Biblia
Como ya se ha mencionado antes, el anarcocristianismo rechaza toda estructura jerarquizada de la religión y la sociedad en general. Todas las jerarquías, los prejuicios morales y todos los vicios de la Iglesia –insistimos en que no solamente nos referimos la Iglesia católica, también contamos a todas las religiones basadas en Cristo- deben de ser destruidos por representar intereses contrarios al amor y a la libertad que Cristo nos ha enseñado.
La Biblia es una de las principales herramientas en la que la Iglesia justifica su odio, así como tenemos la libertad de aceptarla tenemos también la libertad de rechazarla. Recordemos que ésta fue escrita por hombres, seleccionada, estudiada y censurada por los hombres, lo que la convierte en un libro de alta sabiduría pero no en un libro sagrada ni en el único libro que nos puede guiar en el camino del bien.
Lxs anarquistas cristianos rechazamos todo dogma impuesto por la Iglesia aunque este halle “justificación” en la Biblia. A su vez practicamos nuestra fe en lo individual y en lo colectivo sin caer en una jerarquización, sin practicar la autoridad del uno sobre el otro, ya que eso no es lo que Jesús nos ha enseñado.
El rompimiento con toda autoridad nos acerca al amor y a la libertad.
3. La sexualidad y los prejuicios
Romper con la autoridad de la Iglesia signifia olvidar los prejuicios morales, dejar de lado la “buena” moral “cristiana” y adquirir una moral acorde al amor y a la libertad. La Iglesia por siglos ha pregonado su moral de odio, esa moral que rechaza la homosexualidad, la plena libertad sexual de todo individuo y la libertad de la mujer de romper con su rol social.
Todas esas imposiciones del hombre deben de ser olvidadas, dejadas de lado para dar paso a la plena liberación sexual en lo individual y en lo colectivo. El amor y la seualidad se basan en una serie de libres acuerdos entre individuos, sin limitantes. Se cae en el pecado y en el mal actuar cuando el acuerdo no es libre entre los individuos, es decir, cuando se obliga a alguien a hacer algo que no es de su agrado (violación) o cuando se rompe un acuerdo de lealtad sin previo aviso (adulterio[1]).
En resumen, el respeto a las manifestaciones sexuales y amorosas de las personas, el pleno conocimiento y aceptación de nuestra sexualidad nos acerca al camino del amor y a una vida con libertad.
4. El Estado y la violencia
Como anarquistas rechazamos completamente la idea de un Estado regulador, los individuos somos capaces de administrar nuestras vidas en armonía colectiva sin la necesidad de instituciones que busquen controlar la vida de las y los trabajadores con el propósito de cuidar los intereses de la clase burguesa, clase enajenada por sus propios males e incapaz –en este momento- de seguir el camino del amor y la libertad.
El Estado usa la violencia para mantener al trabajadxr en “orden”, lxs cristianos rechazamos el uso de la violencia ya que Cristo nos enseño que se debe tratar a las personas como quisiéramos ser tratador, por esto mismo rechazamos el servicio militar, nos negamos a engrosar las filas de sus ejércitos y sus policías.
Pero no vamos a desprestigiar ni a desvirtuar las acciones “violentas” de la gente contra el Estado y sus fuerzas represivas ya que son manifestaciones del hartazgo, es lo que generó el Estado y la burguesía tras siglos de opresión, violencia revolucionaria, la expresión de odio por parte del pueblo es algo que no se puede controlar así como así, por lo que no nos oponemos, pero intentamos no practicarla.
Nuestra revolución es día a día.
5. Sobre la acción revolucionaria
Existen mil formas de luchar contra el Estado, aquí planteamos algunas acciones y maneras de organizar al movimiento de las y los trabajadores cristianos que luchan contra el capital y toda autoridad, es decir, por el camino del amor y la libertad. Este esquema de organización pretende apuntar hacía el esclarecimiento teórico de la revolución, el alimento espiritual y la transmisión de los principios anarquistas a lxs trabajadoras cristianas.
La tarea básica de los colectivos espirituales es la de esclarecer el camino de la revolución, esto a través de la discusión, la reflexión y la difusión de las ideas cristianas antiautoritarias ante los militantes del colectivo y la sociedad en general. Pero los colectivos espirituales no se deben limitar a esta tarea, es preciso y necesario que se busque la posibilidad de crear organizaciones de trabajadoras, trabajadores, estudiantes, desempleados y jubilados cristianos para avanzar en el proceso revolucionario.
Las organizaciones revolucionarias de trabajadorxs cristianos deben de estar fundadas con los conceptos básicos del anarcocristianismo, siempre practicar el asambleísmo, la horizontalidad, la resistencia no violenta, el respeto y la tolerancia. Pero esta organización no necesita proclamarse anarquista, esto para no asustar el contacto con el pueblo y evitar un ataque directo por parte del Estado.
De esta manera el anarcocristianismo podrá incidir en la vida de lxs trabajadores y podrá posicionarse como una verdadera fuerza revolucionaria que guíe a la sociedad or el camino del amor y la libertad.
6. A modo de conclusión
El anarquismo y el cristianismo no son contrarios, pueden entenderse en la presentación más pura de ambos conceptos. El amor, la libertad, el respeto, la tolerancia y la igualdad son principios y fines que ambos pensamientos comparten y que deben llevarse a la práctica.
De esta manera, a través de este manifiesto, expresamos nuestro compromiso con la revolución y con Dios para esparcir su mensaje de amor y libertad. A sí mismo, expresamos nuestra solidaridad para cualquier grupo comprometido con la revolución antiautoritaria, ya que al unir nuestro interés por la destrucción del Estado y construir la libertad sin autoridad, no haremos jamás distinción entre creyentes y no creyentes, todos somos hijxs de Dios y tomamos nuestras propias decisiones.
¡Por la revolución!
¡Por la libertad y el amor!

[1] Consideramos adulterio a la acción de relacionarte con otra persona fuera del acuerdo que se haya establecido –si es que éste existe. Si en el acuerdo se establece una relación con individuos externos no es problema para ningún miembro de éste, no se cae en el adulterio. Es importante aclarar que el libre acuerdo de una relación no es necesariamente monógamo, siempre y cuando los individuos así lo prefieran.

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