MARTIN LUTHER KING Y LA DESOBEDIENCIA
CIVIL COMO MEDIO DE ACCIÓN POLÍTICA
Víctor Rey
Ya han
pasado 52 años desde el asesinato de este del pastor bautista Martín Luther
King. Su vida y su muerte siguen siendo
un ejemplo de participación social y política desde la perspectiva
cristiana. La vida de este profeta
contemporáneo es el mejor ejemplo de participación política.
Lo que
más se destaca es su acción en relación a la desobediencia civil. Esta característica es su ejecución de forma
consciente, pública pacífica y no violenta, manteniendo una actitud de protesta
contra la autoridad con el fin de rectificar los errores que ésta haya
cometido, a juicio de quienes protestan.
El
ensayista norteamericano Henry David Thoreau, quien influyó en Martin Luther
King, León, Tolstoy, Ghandi describió estos principios en su obra Desobediencia
Civil (1849). Thoreau era considerado como una persona
excéntrica, de ácidas reflexiones e ingenio inagotable: Elaboró su reflexión a
partir de su rechazo a pagar un impuesto del gobierno de la época destinado a
financiar la guerra de Texas contra México.
Decisión por la cual fue encarcelado y de donde sólo salió cuando sus
amigos pagaron la fianza en el verano de 1846.
Las ideas e intenciones de Thoreau iban más allá del egoísmo
individualista (es decir, no era sólo por no querer pagar ese impuesto), sino
que cuestionaba la conformidad del gobierno para cobrar impuestos que
financiaban una guerra que él consideraba injusta, máxime cuando ese mismo
gobierno avalaba la esclavitud.
Thoreau
creó un cierto tipo de resistencia no violenta pero contumaz, ni mucho menos
pasiva, que tenía mucho de renuncia. Suya es la afirmación de que “Bajo un
gobierno que encarcela a alguien injustamente, el lugar que debe ocupar el
justo es también la prisión” (Thoreau, 1849). En fin, Thoreau es considerado
hoy como uno de los padres de la desobediencia civil. Sin embargo, no es
precisamente innovador cuando reconoce que el gobierno puede estar equivocado y
que es legítimo por parte del pueblo rebelarse: El gobierno por sí mismo, que
no es más que el medio elegido por el pueblo para ejecutar su voluntad, es
igualmente susceptible de originar abusos y perjuicios antes de que el pueblo pueda
intervenir
El
término de desobediencia civil fue popularizado por el famoso ensayo de
Thoreau; sin embargo, el concepto es el resultado de diferentes
interpretaciones en la historia del pensamiento y de la acción del
hombre. Durante el marco histórico de la humanidad se presentan tres
desobedientes ilustres. Estos son Henry David Thoreau en Estados Unidos; Mahatma
Gandhi en India y Nelson Mandela en Sudáfrica. Los tres tenían en común el
fin de articular sus discursos y asumirlos como ejemplos de participación
política y como movimientos de cambio social, tanto en sociedades no demócratas
e incluso demócratas, como en sociedades democráticas mas no consideradas
legítimas.
Mahatma
Gandhi usó esta estrategia en la India siendo ésta todavía una colonia del
Imperio Británico, con el objetivo de lograr la independencia de forma no
violenta. Gandhi llamó a boicotear al gobierno colonial inglés, mediante
huelgas, movilizaciones y violando la autoridad impuesta, con el objetivo de
mostrar que de manera pacífica obtendrían mejores resultados que con la
violencia, en donde la superioridad de los ingleses aplastaba cualquier lucha
armada. Gandhi se destaca en la historia de las campañas masivas. El primer
movimiento de masas auténtico de la desobediencia civil, dirigido por Gandhi,
fue la marcha al Transvaal en noviembre del 1913, para protestar contra leyes
discriminatorias. Algunas de estas leyes eran, por ejemplo, el impuesto anual a
todos los indios que permanecían en Sudáfrica después de finalizado el contrato
de trabajo que les había llevado allí, así como la ley que invalidaba todos los
matrimonios no cristianos.
Otro
antecedente significativo lo ofrece el movimiento sufragista. En 1913 más de
mil mujeres habían pasado por las cárceles inglesas acusadas de cometer actos
ilegales, públicos y no violentos en el marco de la lucha por el sufragio femenino. Cientos de ellas realizaron
huelgas de hambre. El Gobierno británico respondió con la alimentación forzosa,
y con leyes que permitían el cumplimiento escalonado de las penas.
“El
objetivo es crear una situación de crisis generalizada que abra inevitablemente
la puerta a las negociaciones”. Así pudo
resumir Martin Luther King su testamento de acción sociopolítica: encarar
pacíficamente un contexto en el cual, a pesar delos elementos en contra, la
movilización pueda desestabilizar el panorama hasta llegar al punto de
ebullición, pero sin permitirle estallar gracias al liderazgo y a las
convicciones compartidas. Esta era una
de las diferencias principales entre la no-violencia abogada por King y la
violencia proactiva de su contemporáneo Malcolm X. mientras que el último no dudaba en acudir a
la defensa propia para lograr sus cometidos, King, pastor bautista y fundador
de la Southern Christian Leadership Conference, llevó los principios de Gandhi
de no-cooperación hasta cada rincón del sur estadounidense. Las batallas de King comenzaron contra la
segregación racial en autobuses, escuelas e instituciones públicas. Cuando Rosa Parks se negó a cederle su puesto
a un blanco, como indicaba la ley, en diciembre de 1955, King organizó un
boicot al sistema de autobuses de la ciudad de Montgomery que duró más de un
año y que terminó en el veredicto de la Corte Suprema de eliminar la separación
racial en los buses públicos.
Fue el
primer éxito notable de King, quien continuó ejerciendo estrategias no
violentas en Albany, Birmingham, Chicago y Washington. Su modus operandi consistía en organizar a
los afroamericanos en forma regional en huelgas o paros civiles que presionaran
a las autoridades locales que debían responder a las solicitudes hechas por
King y la comunidad negra. Fue el primer
éxito notable de King, quien continuó ejerciendo estrategias no-violentas en
Albany, Birmingham, Chicago y Washington.
El éxito
de esta estrategia fue diverso: mientras que el paro comercial y los arrestos
masivos en Birmingham llamaron la atención del presidente Kennedy y eliminaron
toda prohibición segregacionista en el pueblo, sus esfuerzos tras un año de
movilización civil en Albany fueron un fracaso.
Sin embargo, la reputación de King subió considerablemente y fue
establecido como el rostro del movimiento por los derechos civiles.
Múltiples
grupos radicales como el Ku Klu Klan atentaron contra la vida de martin Luther
King y de los manifestantes en muchas manifestaciones a favor de los Derchos
Civiles, lo cual elevó a nivel nacional el perfil de King y su apuesta pacífica. La cúspide mediática vendría el 28 de agosto
de 1963, con la marcha hacia Washington que reunió a más de 250.000 personas
frente al Capitolio, donde King emitió su más recordado discurso. “I have a Dream”. El año siguiente el movimiento recolectó
recompensas aún mayores, con la firma del Acta de los Derechos Civiles por el
presidente Johnson y la entrega del Premio Nobel de la Paz a Martin Luther
King.
En el
agitado clima de los años sesenta, Martin Luther King continuó luchando por una
vida más justa y fraternal para los afroamericanos y los desvalidos en general,
ampliando su discurso a los pobres de América y combatiendo a la impopular
guerra de Vietnam. En una década plagada
de mártires estadounidenses, el asesinato de King a manos de James Earl Ray, un
segregacionista blanco, clausuró una etapa – probablemente la más importante –
en la histórica campaña afroamericana por la libertad y la calidad de vida.
La
desobediencia civil sigue siendo la clave de la acción política de los
cristianos que quieren involucrarse en esta área de la misión y para las
iglesias que quieren asumir su rol profético en la sociedad. Algo anda mal cuando los gobiernos de turno
aplauden y se sienten complacidos con las iglesias. En este tiempo de acomodos
políticos y búsqueda de privilegios de líderes cristianos el ejemplo de Martín
Luther King está más vigente que nunca.
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